El Everest (8.848 m) ha recuperado, por su cara sur, el trajín de ascensiones que solía tener antes de la pandemia. Todavía no ha terminado la temporada en la vertiente nepalí del techo del mundo, pero ya se puede decir que será una primavera con una cifra de cimas elevada, y probablemente superior a las de los dos últimos años. Los cálculos de los expertos la sitúan ya alrededor de las 600 personas, entre expedicionarios y sherpas. En 2021, se registraron 472 cimas desde el sur, y en 2022 fueron 671, según los datos de The Himalayan Database.

Una tragedia sin tragedia
La cifra que seguro que será muy superior a esas dos temporadas será la de fallecidos en la montaña. De hecho, habrá que remontarse unos cuantos años más en el tiempo para encontrar un número equivalente de muertos durante la temporada de expediciones en el Everest.
Siguiendo con los datos post-pandemia, en 2021 fallecieron cinco personas en la montaña, mientras que en 2022 ‘solo’ hubo que lamentar tres víctimas mortales. Este año, sin embargo, el blog de Alan Arnette ya contabiliza once muertos, y las noticias hablan desde hace unos días de otros dos desaparecidos. Desde ayer, además, hay que sumar la preocupación por el alpinista húngaro Suhajda Szilard, de quien no hay noticias tras haber lanzado su ataque final a la cumbre sin oxígeno y por su cuenta. El último dato fiable es la posición que marcaba su localizador GPS ayer por la tarde, a casi 8.800 metros de altitud.
Esa cifra de 11 personas fallecidas (que todo apunta a que aumentará en las próximas horas o días) solamente ha sido superada tres veces en toda la historia, siempre con un episodio trágico como telón de fondo. Fueron 12 las personas muertas en primavera de 1996, cuando ocurrió la tragedia más famosa de la historia del Everest. Murieron 14 personas en la primavera de 2015 como resultado del enorme terremoto que sacudió toda la región (aunque algunas fuentes elevan esa cifra hasta los 25, contando también personal auxiliar de CB y personas sin permiso de ascensión). Y un total de 17 personas perdieron la vida en la primavera de 2014, por culpa de una fatídica avalancha en la Cascada de Hielo del Khumbu.
Los fallecidos y desaparecidos
12 de abril: Los primeros fallecidos esta temporada en el Everest fueron tres sherpas miembros del equipo de Imagine Nepal encargado de equipar la ruta, Tenjing Sherpa, Lakpa Sherpa y Badure Sherpa, que perdieron la vida por culpa del desplome de un serac en la parte alta de la Cascada de Hielo del Khumbu.
1 de mayo: El doctor Jonathan Sugarman, de nacional estadounidense y 69 años de edad, murió en su tienda del campo 2, en la jornada de descanso durante una rotación de aclimatación.
16 de mayo: Phurba Sherpa, integrante de la expedición del ejército nepalí que tenía la misión de limpiar la montaña, perdió la vida cerca de las Bandas Amarillas, entre el C3 y el C4.
17 de mayo: El expedicionario moldavo Victor Brinza falleció en el Collado Sur (C4).
18 de mayo: El expedicionario chino Xuebin Chen murió a los 52 años de edad, cuando se hallaba en la zona de la Cumbres Sur. Ese mismo día, falleció la expedicionaria india Suzanne Jesus, de 59 años en el hospital de Lukla, tras haber sido evacuada de emergencia del Everest.
19 de mayo: El expedicionario malasio Ag Askandar Bin Ampuan Yaacub llegó a ascender más allá de la Cumbre Sur antes de que se encontrara mal, no pudiera continuar y finalmente perdiera la vida en el campo 4.
21 de mayo: El australiano de 40 años Jason Kennison falleció cerca del relieve conocido como Balcón.
23 de mayo: El cocinero nepalí Ang Kami Sherpa murió en el campo 2, como resultado de una caída sufrida cuando descargaba material de un helicóptero en la zona del helipuerto de ese campamento.
En cuanto a los desaparecidos, el malasio Muhammad Hawari Bin Hashim, sordomudo de 33 años de edad, perdió contacto con el resto de su expedición de Pioneer Expeditions durante el descenso desde la cima hacia el C4 el pasado 19 de mayo.
Ese mismo día también desapareció el singapureño Shirnivas Sainis Dattatraya, de 39 años, igualmente durante el descenso desde la cima. La prensa de su país cuenta que llamó a su mujer para decirle que había hecho cumbre pero que no se veía capaz de descender.
Más rescates que nunca
Durante estas dos semanas de continuas cimas en el Everest, las redes sociales se han llenado también de testimonios de rescates y evacuaciones. Ha habido expedicionarios que se han sorprendido de haber visto rescates “por todas partes” y otros que han señalado el continuo ir y venir de los helicópteros, evacuando a personas con problemas en la montaña.
Algunas agencias y sherpas notables han publicado espectaculares operaciones de rescate en sus redes. Uno de los esfuerzos más admirables fue el protagonizado por Gelje Sherpa, quien publicaba el pasado 20 de mayo una entrada con vídeo en la que explicaba cómo se había encontrado a una persona en problemas y abandonada en la zona del Balcón (a unos 8.300 m). Sin dudarlo, canceló el intento a cima con sus clientes, se cargó a aquella persona a la espalda y la llevó él solo hasta el campo 4 (7.900 m), donde lo relevaron otros sherpas para posteriormente ser evacuada y trasladada a un hospital.
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