En la primavera de 2017, Nives Meroi y Romano Benet alcanzaron la cima del Annapurna y con ella se convirtieron en el primer matrimonio en completar de forma conjunta los catorce ochomiles sin oxígeno. Su historia de lealtad, amor y montaña es admirable y todo un ejemplo para el mundo del alpinismo. Cualquier podría pensar que con ello podían dar por concluida su carrera en las cumbres, pero meses después ya aseguraban en una entrevista con Desnivel.com que tenían “sueños en la montaña para llenar la próxima vida”.

Y no han tardado demasiado en poner rumbo hacia esos sueños. El primero tiene un nombre nada común: Kangbachen. Se trata de un pico de 7.902 metros que no aparece en los listados, puesto que está considerada una cumbre subsidiaria del Kangchenjunga. De hecho, es la quinta mayor elevación del macizo del Kangchenjunga por detrás del pico principal (8.586 m), el Yalung Kang (8.505 m), el pico Central (8.473 m) y el pico Sur (8.476 m).
Se encuentra situado en la larguísima arista oeste, completamente dentro de Nepal (el pico principal está en la frontera con la India). La arista oeste del Kangchenjunga une el pico principal con el Yalung Kang para posteriormente descender hasta una pequeña meseta por encima de los 7.700 m, en cuyo lado norte se eleva el Kangbachen. Más al oeste, la arista continúa descendiendo hasta unos 6.675 m, para elevarse de nuevo en el Jannu (7.710 m).
La idea de Nives Meroi y Romano Benet es intentar abrir una nueva ruta en este pico, a través de su desconocida arista sureste. Como siempre, lo harán sin utilizar oxígeno artificial ni la ayuda de sherpas.
La historia del Kangbachen
No consta que haya habido intentos de ascensión al Kangbachen por su lado sur. De hecho, todas las expediciones que se lo han planteado han seguido siempre el mismo itinerario por la cara noroeste.
El primer reconocimiento –aunque sin intento– llegó por el lado norte, a cargo de la expedición alemana liderada por Günter Oskar Dyhrenfurth en 1930 que luego intentaría ascender el Kangchenjunga. En 1949, una expedición suiza ganó los primeros metros por la cara noroeste, aunque se retiró sin llegar a los 5.500 m.
Una gran expedición yugoslava tomó el relevo en otoño de 1965 y a punto estuvo de alcanzar la cumbre; Paule Dimitrov, Tone Sazonov y dos sherpas se dieron la vuelta a 7.600 m debido al frío y a las congelaciones sufridas por Sazonov. También los japoneses se tuvieron que dar por vencidos en 1973 tras alcanzar los 6.550 m por las condiciones de la nieve y el riesgo de avalanchas.
El curso de 1974 fue el año del Kangbachen. Aquella primavera, una expedición polaca logró la primera ascensión del pico por la citada cara noroeste. Tras mes y medio de expedición, cinco de sus miembros alcanzaron la cumbre el 26 de mayo: Kazimierz Olech, Wojciech Branski, Wieslaw Klaput, Marek Malatynski y Zbigniew Rubinowski.
Y en otoño de ese mismo 1974, la ruta recibió su primera y única repetición y la última ascensión conocida. En ese caso fue un equipo esloveno bajo bandera yugoslava, que puso en la cima a diez de sus miembros, repartidos en tres oleadas: el 29 de septiembre, alcanzaban la cumbre Stane Belak-Strauf, Roman Robas y Peter Scetinin; el 5 de octubre lo hacían Janez Dovzan, Franc Jeromen y Marjan Manfreda; y el 6 de octubre culminaban Zvone Andrejcic, Rado Riedl, Tone Trobevsek y Nima Sherpa.
Desde entonces, no ha habido más cumbres. De las tres expediciones que han pretendido ascender el Kangbachen, dos ni tan siquiera llegaron a la montaña, y los italianos de 1984 liderados por Dante Porta se retiraron a unos 6.000 m.
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