“Inocente como mínimo, estúpido como mucho, incompetentes en el fondo”. De esta manera tan contundente calificaba el cronista del Everest, Alan Arnette, la nueva medida adoptada por el gobierno de Nepal para intentar evitar la masificación en el techo del mundo. Una medida que pretende dar turnos para poder ascender por encima del Collado Sur (C4, 8.000 metros) y que es absolutamente imposible de cumplir, según todos los actores implicados.
La raíz del problema radica en la fórmula para limitar la cantidad de gente en la montaña. Las autoridades nepalíes no están dispuestas a renunciar a los importantes ingresos que reciben de los permisos de ascensión. Por eso, no limitan el número de permisos por temporada como sucede en la vertiente tibetana, que ofrece un máximo de 300, aunque este año está cerrada por las restricciones derivadas de la pandemia.
Así pues, Nepal ve cómo el número de permisos otorgados esta primavera está ya a punto de superar el récord de 2019 y alcanzar los 400. Y eso que solo se cuentan a los extranjeros, así que hay que doblar esa cifra para dar con el número de personas aproximado que irá más allá del campo 2, contemplando también a los sherpas.
En este contexto y con la temporada ya en marcha, a alguien en Katmandú se le ocurrió que la forma de evitar que no haya más de 150-170 personas intentando alcanzar la cima en un solo día pasaba por organizar una serie de turnos de ascensión. Según esta regulación, quienes tengan un permiso de ascensión numerado entre el 6 y el 38 podrá intentarlo en la primera ventana de buen tiempo, quienes lo tengan del 40 al 68 podrán ir en la segunda ventana y el resto tendrán que esperar. Por supuesto, la regulación no especifica qué se considera una ventana de buen tiempo.
Ante el aluvión de críticas recibidas, un portavoz del Ministerio de Turismo ya ponía la venda antes de la herida: “Hemos publicado una serie de medidas para controlar las multitudes este año. Si esto no funciona esta temporada, vendremos con otras medidas el año que viene”.
Sherpa herido en una avalancha
Mientras tanto, la temporada sigue su curso en el Everest y algunos alpinistas ya han realizado una primera rotación de aclimatación hasta el campo 1. El progreso está dentro de lo habitual en el Everest, aunque un incidente ha provocado un parón y consiguiente retraso.
Por lo visto, el desplome de un serac sobre la Cascada de Hielo del Khumbu y la consiguiente avalancha han dejado impracticable una sección de la ruta. Los Doctores de la Cascada han tenido que intervenir y han previsto que las labores de mantenimiento del itinerario les podrían llevar unos cinco días de trabajo, en los que nadie podrá transitar por el lugar.
Además, un sherpa ha resultado herido por un trozo de hielo. Tras los comprensibles momentos de confusión, se llevó a cabo una rápida operación de rescate que culminó con su evacuación en helicóptero.
Alarma por posible Covid
Por otro lado, el campo base del Everest está revolucionado ante un posible caso de Covid. No ha sido confirmado, pero se apunta a que la persona en cuestión habría sido evacuada y que todo su equipo estaría en cuarentena.
Inicialmente, todos los extranjeros con permiso de ascensión debían presentar un PCR negativo a su llegada a Nepal, y someterse a un nuevo test cinco días más tarde antes de poder desplazarse hasta el Khumbu. Algunas fuentes señalan que en el CB del Everest no se están siguiendo las normas básicas de higiene, protección y distancia social obligatorias en época de pandemia.
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