La pandemia de coronavirus no se ha detenido todavía en Nepal, aunque la curva de casos activos parece haber dejado atrás lo más duro de la crisis, que en el país del Himalaya se vivió durante el mes de junio. En total, ha habido hasta ahora más de 18.000 personas diagnosticadas en Nepal, con 43 muertos. Sus nuevos casos diarios han vuelto a las cifras de finales de mayo y se espera que en las próximas semanas desciendan todavía más.
En esas esperanzas se apoyan las autoridades del país para instaurar de forma anticipada la nueva normalidad –quizás demasiado anticipada para algunos observadores– y anunciar que la actividad turística comenzará a recuperar su ritmo a partir del 17 de agosto. A nadie escapa que la fecha es muy adecuada para garantizar el desarrollo de la temporada montañera de otoño, muy importante para las expediciones de trekking y ascensiones.
El gobierno de Nepal ha asegurado que ese día se retomarán los vuelos internacionales y domésticos, así como la autorización de permisos de ascensión y trekking. Eso sí, queda en la recámara la posibilidad de decretar medidas excepcionales ante ciudadanos de países con una elevada incidencia de coronavirus actualmente, como Estados Unidos o India. Estos son dos de los tres países con más infectados del mundo y dos de las nacionalidades más destacadas en el turismo en Nepal.
Se calcula que el sector del turismo pierde en su conjunto unos 83 millones de dólares mensuales durante el confinamiento.
Comercializar la cara sur del Cho Oyu
El cierre de las agencias y la ausencia de turismo ha favorecido la creatividad de algunos agentes nepalíes del sector, que han comenzado a dar forma a una idea que ya corría antes de la crisis. Se trata de la posibilidad de abrir una ruta comercial en la cara sur del Cho Oyu, es decir, en el lado nepalí de la montaña. Actualmente, la ruta normal se encuentra en el lado tibetano y, por tanto, bajo la jurisdicción de China.
El Cho Oyu ha sido históricamente el segundo ochomil más ascendido, solo por detrás del Everest. Sin embargo, China ha tomado una y otra vez inesperadas medidas que han resultado en la cancelación de permisos y el cierre de la montaña. Sin ir más lejos, el pasado otoño los permisos de los ciudadanos extranjeros fueron cancelados el 1 de octubre, hubieran tenido tiempo o no de completar su expedición.
Esa inseguridad ha colmado la paciencia de las agencias que suelen operar desde Nepal, los guías internacionales y los sherpas. Su objetivo ahora es abrir una nueva ruta, fácil y accesible, desde el lado nepalí, que les brindara la posibilidad de organizar una expedición sin sobresaltos.
La vertiente nepalí del Cho Oyu
Lo cierto es que ya existen tres rutas (o cuatro si se cuenta la arista fronteriza con China) que ascienden a la cima del Cho Oyu desde la vertiente de Nepal (de las 13 totales), aunque es verdad que la inmensa mayoría de expediciones ascienden la sexta montaña más alta del mundo por la ruta original austriaca de la arista oeste (Herbert Tichy, Sepp Jöchler y Pasang Dawa Lama, 1954). Según los datos de The Himalayan Database, menos de un centenar de las más de 3.700 cumbres registradas hasta 2018 fueron por una ruta diferente de la normal.
La vertiente nepalí del Cho Oyu corresponde a la cara sur de la montaña, limitada por las evidentes arista sur y arista este. Se estrenó en otoño de 1978, a cargo de los austriacos Edi Koblmüller y Alois Furtner, que abrieron la segunda ruta en todo el pico por el lado derecho de la cara sur (algunas fuentes lo identifican como la cara sureste).
La primera invernal del Cho Oyu, en 1985, culminó la apertura de la arista sur, que formalmente es frontera entre Nepal y China. Maciej Berbeka y Maceij Pawlikowski hicieron cumbre el 12 de febrero, seguidos tres días más tarde por Jerzy Kukuczka y Zygmunt Heinrich.
En otoño de 1991, una gran expedición rusa consiguió abrir una de las rutas más deseadas, la de la arista este, accediendo a ella por el relieve conocido como arista sureste. Se trata de una línea de extrema dificultad que anteriormente había rechazado dos intentos japoneses y otros polacos, británicos y estadounidenses. Firmaron la apertura Ivan Plotnikov, Yevgeni Vinogradski, Aleksandr Yakovenko, Sergei Bogomolov y Valeri Pershin. Durante el descenso, falleció Yuri Grebeniuk, que se había dado la vuelta a 8.000 m.
La última ruta nepalí al Cho Oyu es mucho más reciente y tuvo como protagonistas a Denis Urubko y Boris Dedeshko. Para completar los catorce ochomiles en 2009, Urubko solo tenía pendiente el Cho Oyu y las autoridades chinas cerraron la montaña. Con toda naturalidad, se fue al lado nepalí y abrió con Boris Dedeshko esta línea nueva que se une a la polaca de 1985 a unos 8.000 m.