Daniele Nardi y Tom Ballard se han convertido en las víctimas número 84 y 85 del Nanga Parbat. Después de contactar por última vez con su campo base el pasado domingo 24 de febrero desde el espolón Mummery, no volvió o a saber de ellos. La operación de localización y rescate consiguió, gracias a un potente telescopio, localizar dos puntos -a una altura aproximada de 5.900 metros en el espolón Mummery- que se ha confirmado son los cuerpos de los dos alpinistas.
La actualidad ha sido especialmente rabiosa durante todos estos días, con numerosas novedades y giros de guión entre lo planeado, lo posible y lo ejecutado. Realizamos a continuación un resumen de los hechos, ordenados de forma lineal y cronológica.
Daniele Nardi, Tom Ballard y el espolón Mummery
Daniele Nardi regresaba por quinta vez al Nanga Parbat en invierno, después de los intentos de 2013, 2014, 2015 y 2016. Quería volver para intentar la cumbre, pero principalmente para hacerse con la primera ascensión del histórico espolón Mummery, que lleva el nombre del primer montañero de la historia que intentó un ochomil, el Nanga Parbat y por esta ruta en 1895. Lo acompañaba Tom Ballard, una joven promesa del alpinismo británico que ya había demostrado su valía en Alpes y que, además, era el hijo de la malograda Alison Hargreaves. Ambos comenzaron la expedición haciendo equipo con los pakistaníes Karim Hayat y Rahmat Ullah Baig.
Se instalaron en el campo base el 29 de diciembre y en menos de dos semanas ya habían instalado tres campamentos de altura a 4.700 m, 5.200 m y 5.700 m. Era un inicio prometedor de temporada, que se vio truncado de repente por la llegada del mal tiempo. Las nevadas se fueron convirtiendo en el día a día de los expedicionarios y la montaña se fue cargando tan extraordinariamente de nieve que Karim Hayat y Rahmat Ullah Baig decidieron marcharse.
Los elementos destrozaron campamentos de altura y el permiso de ascensión estaba cerca de caducar, pero Daniele Nardi y Tom Ballard no querían para darse por vencidos. Hicieron trámites para extender su permiso y organizaron la llegada de un nuevo contingente de porteadores con provisiones y equipo.
Finalmente, sin embargo, la paciente espera en el campo base parecía tener su recompensa con la llegada de una ventana de buen tiempo, que se abrió el viernes 22 de febrero. Una buena oportunidad para completar la escalada del espolón Mummery (que termina a unos 6.700 m) y quién sabe si alcanzar incluso la cima del Nanga Parbat.
Ascensión rápida
Aquel día, las redes sociales de Daniele Nardi informaban que Tom Ballard y él partieron del campo base (4.200 m) con el objetivo de alcanzar el C1 (4.700 m). No obstante, ante las extraordinarias condiciones y su buen estado de forma, decidieron continuar ascendiendo y alcanzar el C2 (5.200 m) ese primer día en la montaña.
El sábado 23 de febrero, siguieron ascendiendo, cargados con material para los campamentos superiores pero llenos también de motivación. Hacia el mediodía, alcanzaban la altura del C3 (a 5.700 m, que tuvieron que volver a instalar ya que había sido arrasado), donde Daniele Nardi se comunicó con su equipo: “Estamos en el campo 3. El día es bueno, hasta hace poco hacía un poco de viento y nubes en altura, pero ahora la situación ha mejorado claramente. Estamos un poco cansados porque hemos tenido que llevar mochilas muy pesadas para montar C3. Ahora empezaremos a excavar para posicionarlo”.
Allí descansaron un rato, pero no se detuvieron, sino que todavía exprimieron más la jornada y lograron montar también el C4, a una altura de unos 6.000 metros.
Última comunicación
Tras pasar la noche en C4, Daniele Nardi y Tom Ballard prosiguieron el domingo 24 de febrero con su aventura. Sus redes sociales, gestionadas por su equipo, informaron: “Daniele nos acaba de comunicar que han llegado a unos 6.300 metros, tal vez incluso algo más. Han subido por un camino diferente del que ascendió con Elisabeth [Revol; en 2013, la francesa y el italiano alcanzaron los 6.450 m en el espolón Mummery]. Ahora descienden al C4. La méteo no es buena, han encontrado niebla, aguanieve y ráfagas de viento”.
Aquella fue la última comunicación realizada por los dos alpinistas. Ocurrió hacia las 19:00 horas del domingo 24 de febrero y su interlocutor fue el cocinero de la expedición, ubicado en el campo base del Diamir, unos 2.000 metros de desnivel más abajo.
Cronología de la operación de localización
Miércoles, 27 de febrero: helicóptero y Ali Sadpara
Las alarmas no se dispararon enseguida. Todavía era plausible que los dos alpinistas se hubieran quedado sin baterías o que se hallaran en una zona sin cobertura de radio, aunque la tensión iba en aumento a cada hora que pasaba. Sin embargo, el miércoles 27 de febrero (más de dos días desaparecidos) se activaron las alarmas por parte del equipo de Daniele Nardi y se puso en marcha una operación para intentar localizarlos.
El plan A era subir a un helicóptero a Ali Sadpara –que vive en la zona y conoce a la perfección la montaña tras ascenderla en cuatro ocasiones, una de ellas en invierno– para realizar un reconocimiento aéreo y descubrir señales acerca de la ubicación de los dos alpinistas. Los helicópteros volaron a Skardu y, mientras realizaban una parada de repostaje y antes de que Ali Sadpara embarcara, el espacio aéreo quedó cerrado por emergencia nacional. Pakistán acababa de derribar un avión del ejército indio en la frontera.
La maquinaria diplomática italiana se puso en marcha de inmediato y el embajador Stefano Pontecorvo consiguió un permiso especial para el helicóptero de rescate. No obstante, las condiciones meteorológicas habían empeorado para entonces y el vuelo fue imposible ese día.
Jueves, 28 de febrero: primer reconocimiento aéreo
Finalmente, el jueves 28 (más de tres días desaparecidos), pudo volar el helicóptero hacia el Nanga Parbat con Ali Sadpara y otros dos alpinistas pakistanís a bordo. El aparato realizó un primer reconocimiento aéreo sobre el espolón Mummery, sin hallar señales de Daniele Nardi y Tom Ballard.
Ali Sadpara fue depositado en el campo base de la vertiente del Diamir para realizar apoyo desde tierra. Además, su compatriota Rahmat Ullah Baig –había empezado la expedición invernal al Nanga Parbat con Daniele y Tom pero abandonó hace unas semanas– se puso en marcha por vía terrestre para ayudar en la operación.
Por otro lado, cuatro alpinistas bien aclimatados pertenecientes a la expedición ruso-kazajo-kirguís al K2 invernal estaban listos para ser recogidos por helicópteros y trasladados al Nanga Parbat también.
Por la tarde, los helicópteros realizaron un segundo reconocimiento aéreo de la ruta y se informó que habían descubierto la tienda del C3 de Daniele Nardi y Tom Ballard, aunque posteriormente se confirmó que se trataba de otra tienda vieja, situada en la vecina ruta Kinshofer.
Viernes, 1 de marzo: Txikon, Revol y falta de dinero
El viernes 1 de marzo (más de cuatro días desaparecidos) debía ser el día en que los hombres de Pivtsov fueran trasladados al Nanga Parbat para realizar las tareas de localización sobre el terreno. Sin embargo, el plan quedó doblemente desbaratado a primera hora de la mañana.
Primero, el elevado riesgo de avalanchas en el Nanga Parbat recomendó evitar una acción terrestre que pondría en peligro a más alpinistas sin saber si había opciones de rescate. Así que se decidió que fuera el equipo de Álex Txikon el que fuera transportado en su lugar, junto con dos drones para realizar una aproximación más exhaustiva vía aérea.
De nuevo, la cuestión burocrática añadió dificultades. Por un lado, el embajador Pontecorvo tuvo que implicarse a fondo para conseguir un nuevo permiso para que un helicóptero pudiese aterrizar a los pies del K2, situado en una zona de especial exclusión aérea. Por otro lado, la compañía Askari Aviation, que gestiona el uso de los helicópteros del ejército pakistaní para vuelos de rescate, exigió el pago anticipado de los altos costes de ese vuelo y se topó que los fondos de reserva de los alpinistas se habían agotado. A pesar de que la familia de Daniele Nardi aceptó el pago de forma inmediata, se perdieron horas vitales en hacer efectivo ese pago, que incluyó de nuevo la implicación del gobierno de Italia.
Cuando todo estuvo resuelto, de nuevo la meteorología no permitió realizar el vuelo hacia el K2, que quedó reprogramado para el día siguiente.
En otro orden de cosas, ese día trascendió que también la francesa Elisabeth Revol –que vivió una situación de emergencia parecida en el Nanga Parbat el año pasado en la que falleció Tomek Mackiewicz– se integraba en el equipo de coordinación de la operación de localización de Tom y Daniele, con quien había compartido intento invernal al Nanga en 2013. También el veterano jefe de expediciones italiano Agostino Da Polenza asesoraba en contacto con la familia de Daniele.
Sábado, 2 de marzo: crowdfunding
Las condiciones meteorológicas impidieron cualquier acción, tanto en el Nanga Parbat como en el K2 durante toda la jornada del sábado 2 de marzo (más de cinco días desaparecidos). Mientras tanto, un grupo de amigos de Daniele Nardi puso en marcha una campaña de crowdfunding que recaudó decenas de miles de euros en pocas horas y garantizó la financiación de la operación.
Domingo, 3 de marzo: vuelo al K2
Finalmente, hacia mediodía del domingo 3 de marzo (más de seis días desaparecidos), los helicópteros pudieron volar hasta el K2 para recoger a Álex Txikon, Félix Criado, Ignacio de Zuloaga y el doctor Josep Sanchis, además de los drones. Realizaron un vuelo en condiciones difíciles hasta Skardu, donde debían reabastecerse y recoger a Rahmat Ullah Baig antes de proseguir hasta el campo base del Nanga Parbat.
Eso hicieron, aunque tuvieron que darse la vuelta antes de llegar a su destino, pues comenzó a nevar en el Nanga Parbat. Aterrizaron de nuevo en Skardu.
Lunes, 4 de marzo: Txikon llega al Nanga Parbat
Por fin el lunes 4 de marzo (más de siete días desaparecidos), Álex Txikon, Ignacio de Zuloeaga, Félix Criado, Josep Sanchis y Rahmat Ullah Baig pudieron ser trasladados hasta la vertiente del Diamir del Nanga Parbat. Desde el helicóptero –con Álex Txikon y Rahmat Ullah Baig a bordo–, realizaron un tercer reconocimiento aéreo (después de los dos efectuados cuatro días antes) de 50 minutos de duración de las rutas Kinshofer y espolón Mummery, sin hallar señales de Daniele Nardi y Tom Ballard.
A continuación, fueron depositados a 4.850 metros, donde han instalado un campamento operativo entre C1 y C2. Desde allí, Álex Txikon y Félix Criado emprendieron la marcha a pie hasta el C2 (5.200 m), que hallaron sepultado por una avalancha, y continuaron ascendiendo algunos metros más antes de darse la vuelta por lo avanzado de la hora, la situación de la nieve y el riesgo de avalanchas.
Paralelamente, se realizaron los primeros vuelos con el drone y también se usó un potente telescopio, aunque no se observaron señales de Nardi y Ballard.
Martes, 5 de marzo: búsqueda de Alex Txikon por tierra y aire
A primera hora del martes 5 de marzo (más de ocho días desaparecidos), Álex Txikon, Félix Criado, Ali Sadpara y Rahmat Ullah Baig salieron con la intención de realizar una búsqueda por tierra hasta el C3 (5.700 m). El riesgo de avalancha, no obstante, no les permitió llegar hasta allí sino que tuvieron que quedarse a unos 300 metros de ese campamento en línea recta.
Desde allí, consiguieron volar sus drones hasta una altura de 6.500 metros, sin hallar rastro de la presencia de Daniele Nardi y Tom Ballard. Ni tan siquiera fueron capaces de localizar el campo 3. Durante los trabajos de reconocimiento perdieron un drone.
Miércoles, 6 de marzo: atención a la ruta Kinshofer
Antes del amanecer del miércoles 6 de marzo (más de nueve días desaparecidos), Álex Txikon, Félix Criado, Ali Sadpara y Rahmat Ullah Baig volvieron a ponerse en marcha hacia la pared del Diamir, aunque en esta ocasión su destino era la ruta Kinshofer, situada unos 500 metros a la derecha del espolón Mummery. El argumento era que esta podría ser la mejor ruta de escape una vez escalado el espolón, habida cuenta del elevado riesgo de aludes en aquella zona de la montaña y debido también al hecho de que al ser la ruta normal del Nanga Parbat suele estar equipada con cuerdas fijas que se mantienen allí de un verano al siguiente.
Los miembros del grupo de rescate no consiguieron tampoco encontrar evidencia alguna del paso de Tom Ballard y Daniele Nardi en la ruta Kinshofer y regresaron de nuevo al campamento con las manos vacías. Allí, todavía tuvieron tiempo de echar mano al telescopio de nuevo para escrutar la parte alta del espolón Mummery… y descubrir lo que parecían dos figuras o siluetas que debían ser investigadas al día siguiente con la ayuda de los helicópteros.
Jueves, 7 de marzo: los helicópteros no vuelan
El que se preveía como día definitivo de la operación de rescate, con la confirmación o no de la correspondencia de los puntos avistados por el grupo de rescate con los cuerpos de Daniele Nardi y Tom Ballard (muchas fuentes lo daban ya por hecho), quedó en suspenso debido a la no disponibilidad de los helicópteros. Y es que el jueves 7 de marzo (más de diez días desaparecidos), los aparatos del ejército pakistaní tuvieron que dedicarse a menesteres militares y la conclusión de la operación quedó aplazada para el día siguiente.
Álex Txikon y sus compañeros tuvieron que descender a pie hasta la aldea de Ser (a unos 2.700 m) puesto que el staff pakistaní de la expedición de Daniele Nardi había desmontado ya el campo base de la vertiente del Diamir y había abandonado la zona.
Viernes, 8 de marzo: fin de la operación
Tampoco el viernes 8 de marzo (más de once días desaparecidos) hubo vuelo sobre el espolón Mummery para identificar las figuras. Tras partir de Skardu, el piloto detectó problemas técnicos en el aparato y regreso de inmediato. A media tarde, Álex Txikon y sus compañeros emprendieron el camino de regreso hasta la carretera a pie. Los helicópteros finalmente sí pudieron volar pero cuando llegaron a la aldea de Ser, Alex Txikon ya había partido y tuvieron que regresar a Skardu.
Sábado, 9 de marzo: confirmación
Finalmente, el sábado 9 de marzo (más de 12 días desaparecidos) fue la jornada en que la familia de Daniele Nardi hizo público que daban por terminada la operación de rescate, ante las evidencias que apuntaban a que el italiano y su compañero Tom Ballard habían fallecido en el espolón Mummery. A continuación, se divulgó una fotografía (publicada con permiso de la familia) tomada con telescopio en la que se ven las dos siluetas de los alpinistas.
Así terminaba este último episodio de la historia trágica del Nanga Parbat.
Renunciar al codiciado K2, para intentar rescatar o recuperar los cuerpos de dos alpinistas, merece toda la admiración del mundo.
No solo han renunciado a un ambicioso plan, sino que han puesto en riesgo sus vidas, sin esperar nada a cambio, y perdiendo dinero y tiempo precioso, dando al traste con su expedición.
Les deseo a estos abnegados alpinistas, que al menos puedan conseguir generosos patrocinadores para sus futuras expediciones. Sería un premio a su altura moral.
que triste verles ahí colgados, tan cerca de la tienda… el alpinismo es una actividad que no perdona errores, es duro ( más para ellos y sus familias) ir viendo como caen uno a uno todos los alpinistas a los que sigues y lo peor de todo es que sabes que nunca acabará. El verdadero reto del alpinista es vivir para contarlo.