El mal tiempo, con nubes persistentes y vientos huracanados (las temperaturas serán también bajas cuando la meteorología mejore), han marcado los últimos días del año en el Nanga Parbat. Las expediciones localizadas en ambas vertientes de la montaña han informado de ello y se han visto obligadas a mantenerse en sus respectivos campamentos base a la espera una mejoría, que ha llegado con el estreno de 2014, como habían augurado las previsiones meteorológicas. Las nubes han empezado a romperse y la nieve ha dejado de caer, con lo que los alpinistas vuelven a lanzarse hacia arriba, para seguir trabajando sus respectivas rutas.
Ralf Dujmovits piensa en cumbre
Ralf Dujmovits, que se encuentra en la vertiente Diamir con Darek Zaluski, ha profundizado un poco más allá en las previsiones del meteorólogo de Innsbruck Karl Gabl y ha señalado los días 8 y 9 de enero como la primera ventana de buen tiempo que podría permitir hacer cumbre. Los pronósticos hablan de un sensible descenso de la violencia del viento para esas jornadas, algo absolutamente necesario para pensar en la cima.
Conviene recordar que Ralf Dujmovits llegó al Nanga Parbat con una buena aclimatación previa, obtenida en el Aconcagua, así que una ascensión temprana sería lo mejor para él. Sin embargo, sus dudas residen en el estado de la pared y la peligrosidad de la línea elegida, la ruta Messner. De hecho, el alpinista alemán ya ha comenzado a poner en duda su estrategia de ascender sin montar campamentos propiamente dichos, debido a que las dificultades son mayores de lo esperado y la progresión, necesariamente más lenta.
Pero el elemento de preocupación más importante ahora para él es el riesgo objetivo, que ha podido valorar una vez las nubes han permitido observar toda la pared: «Observándola, nuestro miedo de estar en un riesgo bastante alto al escalar la ruta Messner se reveló bastante obvio. En la gran barrera de seracs hay dos grandes torres de hielo que están aisladas del resto y no parecen muy estables», comentaba ayer 1 de enero Dujmovits al blogger alemán Stefan Nestler.
La línea de eventual caída de esas torres se sitúa justo por encima del depósito de material que Ralf Dujmovits y Darek Zaluski realizaron a 5.500 metros y que pensaban que podría ser un buen posible emplazamiento para un campamento de altura. Además, los 40 cm de nieve recién caída y las grietas existentes en aquella zona hacen que la progresión sea bastante lenta, obligando a dedicar un día y medio a transitar bajo un elevado riesgo. «Es un gran riesgo estar tanto tiempo bajo esas dos inestables torres de hielo», apunta el propio alpinista, que añade que «tendré que tomar una decisión en las próximas 24 horas».
Los polacos para arriba
La expedición polaca Justice 4 All, mientras tanto, ya vuelve a estar en la montaña, intentando ganar altura a los 5.700 metros a los que llegaron en su última incursión el día 26 de diciembre. Según explican en su blog, han esperado pacientemente en el campo base de la vertiente del Rupal a que el tiempo mejorase y ahora su objetivo es conseguir montar C2 y C3, e incluso C4 si las condiciones a más de 7.000 metros lo permiten.
Simone Moro y los suyos en el CB
Por otro lado, Simone Moro, David Göttler y Emilio Previtali celebraron la Nochevieja en el campo base de la vertiente Rupal del Nanga Parbat, al que llegaron sólo tres días y medio después de haber salido de Italia. «En mi opinión, hemos batido algún tipo de récord», decía en su Twitter Emilio Previtali.