El Nanga Parbat (8.126 m) seguirá siendo, un año más, el penúltimo ochomil virgen en invierno. Sólo la apodada como la Montaña Asesina y el K2 (8.611 m) se resiste a permitir que nadie alcance su cima en la estación más fría del año. Y no por falta de interés ni de persistencia. Cuatro expediciones lo han intentado infructuosamente durante este 2014, y se suman al total de 20 intentos realizados en 25 años.
El invierno más largo
El de 2014 será recordado como uno de los inviernos más largos en el Nanga Parbat. Los seis alpinistas polacos de la expedición Justice for All (Tomasz Mackiewicz, Marek Klonowski, Jacek Teler, Pawel Dunaj, Michal Obrycki y Michal Dzikowski) viajaron a Pakistán el 1 de diciembre y estaban ya en el campo base de la vertiente del Rupal listos para comenzar a trabajar la montaña con el inicio del invierno, el día 21 de ese mes. A pesar de contar con unos medios y apoyo muy limitados, los polacos acumulaban una extensa experiencia entre sus filas: Tomasz Mackiewicz y Marek Klonowski cumplían su cuarto invierno en la montaña, mientras que el veterano Jacek Teler regresaba a ella después de su intento de 2009. La anticipada paternidad de Klonowski y el fin de las vacaciones de Dzikowski diezmaron al equipo más persistente, que hasta ayer no abandonaba el objetivo, después de casi 90 días de campo base y sólo porque una avalancha los ha terminado echando. (Por la información de que disponemos en estos momentos, Tomasz Mackiewicz todavía permanece en el campo base… pero no parece probable haga el solo un nuevo intento… aunque, por otro lado, hoy y mañana hay previsión de buen tiempo en el Nanga Parbat. Lo normal es que su propósito, como mucho, sea recuperar el material que tienen en el C2).
Coincidieron con los polacos, unas semanas más tarde, los integrantes de la expedición patrocinada por The North Face, Simone Moro, David Göttler y Emilio Previtali. Con muchos más medios, congeniaron muy bien con sus compañeros de Justice for All y todos ellos unieron esfuerzos en la ruta Schell para intentar lograr el objetivo común de la primera invernal. Al final, en el tercer intento de cima, David Göttler y Tomasz Mackiewicz se convirtieron en la punta de lanza y alcanzaron los 7.200 m, la tercera mayor altura de la historia invernal de esta montaña.
El otro lado del Nanga Parbat, la vertiente Diamir, acogió los otros dos intentos del invierno. El primero fue protagonizado por el catorceochomilista alemán Ralf Dujmovits, que llegaba acompañado por el polaco Darek Zaluski para lanzar un ataque rápido y en solitario a la ruta Messner, después de haber aclimatado previamente en el Aconcagua. Sin embargo, tras pocos días y sin haber pasado de 5.500 metros, decidía renunciar por los «riesgos incalculables» que presentaba la ruta, amenazada por dos enormes e inestables seracs.
Más adelantada la temporada, su relevo lo cogió el italiano Daniele Nardi quien, después de aclimatar en picos cercanos y conseguir montar el campo 1 (4.800 m), abortó su trabajo en la ruta del espolón Mummery, también intimidado por el riesgo de avalanchas. De hecho, el desprendimiento de un serac generó un enorme alud que se quedó a un escaso centenar de metros de arrasar su tienda de ese C1. Era el segundo año consecutivo que Nardi se enfrentaba a esa ruta, después de su intento con Elisabeth Revol el invierno anterior.
20 intentos en 25 años
Polacos, 1989
Con estas cuatro expediciones del invierno de 2014, ya son 20 las que han intentado conseguir la primera invernal del Nanga Parbat en 25 años. Ese es el tiempo que ha pasado desde 1989, cuando los polacos realizaron su primera tentativa. Aquella expedición de diez integrantes fue liderada por Maciej Berbeka, autor de las primeras invernales al Manaslu (1984), Cho Oyu (1985) y posteriormente al Broad Peak (2013, donde falleció durante el descenso). Se decantaron por la vertiente del Rupal, donde trataron de ascender la directa ruta Messner de 1970. El propio Maciej Berbeka, junto con Piotr Konopka y Andrzej Osika alcanzaron una altitud máxima de 6.800 m antes de retirarse.
Polacos e ingleses, 1991
Maciej Berbeka lideró de nuevo una expedición invernal al Nanga Parbat el invierno siguiente, compuesta por once miembros polacos e ingleses. Otra vez eligió la ruta Messner de la vertiente Rupal , pero sus esfuerzos no los llevaron más allá de los 6.600 metros. Cuando la onda expansiva producida por una enorme avalancha tiró al suelo las tiendas del campo base, la expedición se trasladó a la ruta Schell, por la que Andrzej Osika y John Tinker alcanzaron otra vez los 6.600 metros antes de que la expedición decidiera finalmente retirarse.
Franceses, 1993
Los franceses Eric Monier y Monique Loscos fijaron su objetivo también en la ruta Schell de la vertiente Rupal. Las malas condiciones meteorológicas no les permitieron ascender demasiado en la montaña. Eric Monier consiguió realizar una punta de 6.500 metros.
Polacos, 1997
La primera expedición a la vertiente Diamir fue liderada por el sabio polaco de las invernales Andrzej Zawada, quien eligió la ruta Kinshofer, que el verano anterior había sido ascendida en solitario por Krzysztof Wielicki. Esta expedición terminaría siendo, a la postre, la que más cerca se quedaría de la cumbre hasta nuestros días. El ataque final a la cima fue protagonizado por el dúo formado por Krzysztof Pankiewicz y Zbigniew Trzmiel. El frío extremo, sin embargo, no les permitió llegar. Ambos se dieron la vuelta afectados por congelaciones: primero abandonó Krzysztof Pankiewicz, a una altitud de 7.700 m; y después lo hizo Zbigniew Trzmiel, el hombre que más arriba ha llegado en la historia del Nanga Parbat invernal, que superó los 7.800 m. Los dos tuvieron que ser evacuados del campo base en helicóptero debido a sus congelaciones.
Polacos, 1998
La cercanía del éxito del año anterior, motivó que Andrzej Zawada dirigiera otra expedición en 1998, formada básicamente por idénticos integrantes enfrentándose a la misma ruta Kinshofer. Sin embargo, la meteorología no colaboró para nada y sólo se alcanzaron los 6.800 metros. Además, la caída de una roca provocó que Ryszard Pawlowski sufriera una fractura en la pierna.
Polacos, 2007
Casi una década tuvo que pasar para que los polacos volvieran al Nanga Parbat. En esta ocasión, fue el propio Krzysztof Wielicki quien lideró una expedición de grandes nombres: los veteranos Artur Hajzer, Dariusz Zaluski, Jacek Jawien, Jacek Berbeka y otros jóvenes como Przemyslaw Lozinski y Robert Szymczak. La vertiente elegida fue esta vez la Rupal, a través de la ruta Schell. A pesar de que la expedición comenzó antes de la llegada del invierno propiamente dicho, el frío extremo no permitió nunca superar los 6.800 metros del C3, instalado por Przemyslaw Lozinski y Robert Szymczak. Ambos sufrieron congelaciones.
Italiano, 2007
El italiano Simone La Terra realizó un intento invernal en diciembre de 2007 que comenzó antes del inicio del invierno y prácticamente terminó el mismo día que empezaba la estación. Una tormenta se llevó la tienda-cocina y todos los suministros se perdieron en el glaciar. La máxima altitud alcanzada fueron los 6.000 metros del C1 en la vertiente Diamir.
Polacos, 2009
Jacek Teler y Jaroslaw Zurawski querían ascender la vertiente Diamir, pero fueron rechazados de la montaña por unas condiciones imposibles. La profundidad de la nieve no les permitió montar el campo base en su lugar habitual, sino cinco kilómetros más lejos. Sus esfuerzos los llevaron hasta los 5.400 metros, donde montaron C1, antes de verse forzados a rendirse.
Ruso y polacos, 2011
El invierno 2010-2011 comenzó con un intento en solitario del ruso Sergey Tsygankov. Su madrugador intento a la ruta Kinshofer de la vertiente Diamir lo llevó hasta los 6.000 metros de altitud con rapidez. Sin embargo, síntomas de edema pulmonar y dificultades respiratorias lo obligaron a abandonar.
Ese mismo año fue el primero para la expedición polaca Justice for All, formada por Tomasz Mackiewicz y Marek Klonowski, quienes relevaron a Tsygankov en la ruta Kinshofer. En su primera experiencia ochomilística, se vieron superados por las condiciones meteorológicas y el riesgo de avalancha, alcanzando una cota máxima también de 6.000 m (C1).
Italiano, kazajo y polacos, 2012
El invierno siguiente, Tomasz Mackiewicz y Marek Klonowski regresaron a la vertiente Diamir, donde coincidieron con Simone Moro y Denis Urubko. Las condiciones de la ruta Kinshofer aquel año se revelaron como absolutamente imposibles y los polacos abandonaron sin apenas haber podido avanzar en la montaña.
Por su parte, la potente cordada del italiano y el kazajo, ya con dos primeras a ochomiles invernales a sus espaldas (Makalu en 2009 y Gasherbrum 2 en 2011) mantuvieron el pulso un poco más, e incluso lo intentaron por otra ruta -la del intento de Messner en 2000-. Consiguieron montar C3 a 6.800 metros, pero tres semanas de continuas nevadas y un riesgo excesivo de avalanchas los obligaron a abandonar.
Cuatro expediciones en 2013
El año pasado, fue el más concurrido en el Nanga Parbat invernal. Igual que en 2014, cuatro expediciones intentaron la primera invernal a la montaña, dos por cada vertiente. En el lado del Rupal, se encontraban los polacos Tomasz Mackiewicz y Marek Klonowski, en su primera tentativa a la ruta Schell. Tirando de paciencia y avanzando lentos pero seguros, el ataque final de Tomasz Mackiewicz en solitario lo llevó hasta una altitud de 7.400 metros, que es la segunda mayor altura alcanzada jamás por un intento invernal al Nanga Parbat.
Peor suerte corrió el francés Joel Wischnewski, quien coincidió con ellos en la vertiente del Rupal aunque su intención era abordarla por el pilar sureste. Después de montar C1 y C2, realizó un intento aprovechando una ventana de tres días y no se volvió a saber más de él. Su cuerpo fue recuperado el siguiente otoño a 6.100 metros.
En la vertiente del Diamir, el estadounidense Ian Overton y los húngaros David Klein y Zoltan Acs pretendían alcanzar la cima a través de la misma ruta intentada el año anterior por Simone Moro y Denis Urubko. Sin embargo, los problemas llegaron enseguida para ellos: Zoltan Acs sufrió congelaciones ya de camino al campo base. Posteriormente, Ian Overton y David Klein consiguieron alcanzar los 5.400 metros antes de retirarse también.
En la misma vertiente, pero con el espolón Mummery como objetivo, el italiano Daniele Nardi y la francesa Elisabeth Revol lanzaron un ataque que los condujo hasta los 6.400 metros, pero la llegada de mal tiempo les recomendó darse la vuelta.