Siguniang, Kajaqiao, Manamcho, Sulamar, Mugu Chuli o Shiva son algunos de los nombres que brillan en el currículum de Mick Fowler, la mayoría de ellos escalados junto a su compañero inseparable Paul Ramsden. Los dos británicos, alpinistas a tiempo parcial, son especialistas en la exploración de territorios ignotos y en primeras ascensiones de montañas nunca antes pisadas por el hombre.
Su carrera se vio reconocida por la comunidad alpinística mundial ya en 2002, cuando recibieron el Piolet d’Or por la apertura de la primera línea a la cara norte del Siguniang (6.250 m), en la cordillera de Qionglai Shan (Sichuan, China). Aquella línea “realmente orgásmica”, como la calificaron ellos mismos en su momento, constaba de 1.500 metros (750 m de hielo vertical), con dificultades máximas de ED+, max. VII, AI6, M6. Realizaron la ascensión en estilo puramente alpino y ligero, lo que se convertiría en una marca de la casa irrenunciable y que todavía mantienen a día de hoy, doce años más tarde.
Ambos volverían a recoger un Piolet d’Or la pasada primavera, por su apertura de Prow of Shiva a la arista noreste del Shiva, un remoto pico de 6.142 metros del Himalaya indio. De nuevo emplearon su característico estilo alpino ligero para enfrentarse a una pared desconocida, en la que permanecieron nueve días de campo base a campo base. Por el camino, superaron dificultades principalmente en forma de terreno mixto de gran dureza y placas heladas.
Descubriendo el Kishtwar Kailash
El Himalaya indio no le resultaba desconocido a Mick Fowler, quien había llevado a cabo una expedición al Cerro Kishtwar en 1993. Por aquel entonces, se fijó en que la foto que se trajo de la cumbre mostraba un llamativo pico que identificó como Kishtwar Kailash. Las esbeltas formas de aquella montaña capturaron su interés y lo apuntó en su lista de objetivos, descubriendo además que no había sido ascendido todavía.
De hecho, el Kishtwar Kailash había sido objeto de una expedición anterior, en 1989, que no consiguió la cumbre, y la última vez que hubo una visita de alpinistas al propio valle fue allá por 1991. Después, la intensificación de los problemas políticos en la zona provocaron su cierre en 1994, negando cualquier posibilidad de ascensión y protegiendo la virginidad de la cima.
Justo hasta el año pasado, cuando por fin el área fue reabierta y puesta de nuevo en juego para los alpinistas amantes de la exploración. Mick Fowler todavía recordaba aquella atractiva cima puntiaguda y no tardó nada en organizar una expedición para intentar realizar la primera ascensión.
Los comentarios de Mick Fowler
Nada más regresar de la expedición, Mick Fowler ha comentado lo siguiente sobre su ascensión, a su patrocinador Berghaus:
No hay manera fácil de subir al Kishtwar Kailash y Paul yo yo estamos extremadamente contentos de haber logrado hacer la primera ascensión a través de la impresionante cara suroeste. Después de aclimatar, dejamos el campo base el 4 de octubre y, tras un vivac a 6.200 m, conseguimos llegar a la cima durante la mañana del día 9. El descenso fue realizado casi completamente a base de rápeles por la línea de la ascensión. Conseguimos descender un buen trecho durante el día de cumbre y completamos el regreso al campo base en una jornada muy larga el día 10.
Fue una ruta fantástica, con situaciones espectaculares y escalada variada de hasta grado VI escocés. El resultado estuvo particularmente en duda el cuarto día, que incluyó varios largos muy duros de escalada mixta a través de un couloir pegado a muros monolíticos.