Marc Batard ha anunciado que ha comenzado a prepararse para regresar por tercera vez al Everest sin oxígeno. Es la mejor manera que se le ocurre para celebrar su 70 aniversario, que cumplirá a finales de 2021. Así pues, ha planificado su ascensión al techo del mundo para el año 2022.
Metódico y concienzudo como pocos, el pequeño gran alpinista francés ya tiene decididos los dos compañeros de ascensión con quienes compartirá aventura, y ha trazado un completo plan de preparación para lograrlo. Lo acompañarán su amigo nepalí Pasang Naru (43 años), que ha pisado ocho veces la cumbre del Everest, y el guía franco-tunecino Tahar Manaï (28), que fue el primer tunecino en el Everest en 2016.
En la página web francesa Le Plus, Marc Batard explica que “la idea se me ocurrió hace más o menos un año. Mi matrimonio con Lindenilson Marques, un joven brasileño muy deportista, me ha llevado hacia este desafío. Tuve la idea de motivarle para que viniera conmigo al Everest para celebrar este aniversario. Es también un bonito ejemplo para los jóvenes y los menos jóvenes, así como una buena razón para mantenerme en forma”.
Aunque la idea ha cambiado y ya ha descartado que su pareja lo acompañe a la cima del Everest, ha ido perfilando con detalle el resto del camino. Este verano ha comenzado su preparación en el Mont Blanc y quizás la cara norte del Eiger. El año que viene regresará a la cara sur del Aconcagua (6.962 m). En 2019, el objetivo será el Nanda Devi (7.816 m) en el Himalaya indio. A continuación dará el salto a los ocho mil metros con el Annapurna (8.091 m) en 2020 y el Makalu en 2021.
Retirado hace 18 años
Marc Batard se retiró del alpinismo profesional en 1999 para dedicarse a la pintura, tras una carrera fulgurante en la que destacan ascensiones de gran velocidad en el Himalaya. Se estrenó en los ochomiles en 1975, con tan sólo 23 años y abriendo una ruta nueva en la arista sur del Gasherbrum II (8.034 m) con Yannick Seigneur.
Sin duda, fue el himalayista del año en 1988. Comenzó aquel año con la ascensión invernal al Dhaulagiri (8.167 m). En primavera, ascendió el Makalu (8.485 m) por el Pilar Oeste en 18 horas, el 27 de abril. A finales de verano, subió a la carrera el Cho Oyu (8.188 m) en 19 horas, el 31 de agosto. Y pocos días después, a principios de otoño, hizo lo propio en el Everest (8.848 m), estableciendo el récord todavía vigente de la ascensión más rápida sin oxígeno por la vertiente sur, 22 horas y 29 minutos desde el campo base hasta la cima. Cuatro ochomiles en nueve meses.
Regresó al valle del Khumbu en 1990, con el gran objetivo de enlazar las ascensiones del Everest y el Lhotse (8.516 m). Sin embargo, tras hacer cumbre en el Everest y mientras vivaqueaba a la espera de ascender hacia el Lhotse, sintió un principio de congelación que lo llevó a emprender el camino de regreso.
Marc Batard relata su historia en su libro «Huida de las cimas», en el que narra no solo su historia como alpinista, sino también su lucha interior para reconocer y hacer pública su homosexualidad, en un momento en que hacerlo suponía un acto de valentía.