La acción de las expediciones a los ochomiles en verano se encuentra en el Karakórum, pero la temporada de otoño en Himalaya de Nepal se acerca y algunos proyectos ya calientan motores. Uno de los que apuntan a figurar entre los más destacados será el de Marc Batard en el Everest. Su objetivo: intentar trazar un nuevo itinerario entre el CB y el CB que evite los peligros de la Cascada de Hielo del Khumbu.
Everest sin oxígeno a los 70
Ya hace tiempo que Marc Batard anunció que su sueño consistía en regresar al Everest sin oxígeno en 2022, el año en que cumplirá los 70 años de edad. Se ha ido preparando con ascensiones en los Alpes y en el Himalaya, a pesar de las dificultades añadidas que la pandemia ha traído. Y ha tenido que sobreponerse a sucesos tan dramáticos como la desaparición en el K2 invernal de Ali Sadpara, uno de los compañeros que había elegido para sus aventuras.
Annapurna en primavera
Cumpliendo con ese proceso de preparación, la pasada primavera Marc Batard fue al Annapurna, aunque se retiró tras alcanzar una altitud de unos 6.000 metros. Adujo que lo hacía debido a las condiciones de la montaña y posteriormente profundizó en sus explicaciones, lanzando críticas a las expediciones comerciales que, según su opinión, buscan la cumbre a toda costa, aunque sea a expensas de la seguridad.
Bajo su experta mirada, la ruta fijada por los sherpas por la que debían transitar todas las expediciones incluida la suya era una especie de ruleta rusa. Marc Batard explicó que las agencias habían optado por equipar la ruta a través de un paso conocido como el couloir de la guillotina, en lugar de hacerlo por otro menos expuesto a caídas de seracs para que la ascensión fuera más fácil y, por ende, asequible a muchos más de sus clientes.
Esta primavera, el Annapurna fue noticia por el apoyo brindado por los helicópteros, que transportaron cuerda y botellas de oxígeno directamente hasta los 7.000 metros, posibilitando así que se pudiera culminar la ascensión. Marc Batard, sin embargo, no tuvo reparos en darse la vuelta ante unas prácticas que considera peligrosas y alejadas de todo alpinismo, que harían “remover a Louis Lachenal en su tumba”.
Vistazo al Everest
Sí aprovechó los helicópteros Marc Batard para echar a continuación un vistazo desde el aire a la sección baja de la ruta del Everest. El francés, apodado “sprinter del Everest”, conoce de sobras una montaña que ascendió en dos ocasiones durante los años ’80 y ’90. Sabe, pues, de primera mano que la primera parte de la ruta, que cruza la Cascada de Hielo del Khumbu presenta unos riesgos inaceptables, a su modo de entender la seguridad en montaña.
Durante aquella exploración aérea, Marc Batard fue capaz de situar sobre el terreno una sección de ruta que ya había planeado sobre el mapa. Su idea es crear una variante de esa primera sección de la ruta normal, que conecte el campo base del Everest con el C1 o el C2 a través de los flancos del Nuptse.
A la práctica en otoño
Ahora que ya tiene la seguridad de que es una alternativa viable, quiere ponerla a la práctica antes de su expedición de 2022 y a ello se dedicará durante la próxima temporada de otoño. Ya ha reunido un equipo, en el que figura el habitual Pasang Nuru Sherpa, así como el hijo del desaparecido Ali, Sajid Ali Sadpara, y de los jóvenes franceses aspirantes a guía Lucien Boucansaud y Yorick Vion.
Tiene previsto llevar a cabo su expedición durante el mes de noviembre. Los objetivos principales detrás del proyecto son la mejoría de la seguridad tanto para alpinistas como para sherpas, y la transmisión de su conocimiento alpinístico a un pequeño grupo de sherpas en formación.