Mientras el pequeño equipo formado por Simone Moro, Denis Urubko y Matteo Zanga llegaba ayer al campo base del Nanga Parbat para su intento en estilo ligero de la primera invernal a esta montaña, la expedición rusa del K2 ya trabaja desde hace un par de días en la ruta de ascenso de la que también podría ser la primera invernal al pico más alto de Pakistán.
Los expedicionarios rusos finalmente fueron transportados hasta su campo base en helicóptero desde la base militar de Skardú en tres grupos a partir del 30 de diciembre, después de haber tenido que esperar desde el día de Navidad a que el tiempo y los militares dieran su beneplácito a los vuelos. Según informan en el blog de la expedición, los primeros en llegar fueron Iljas Tkhvatullin, Andrei Mariev, Alexey Bolotov, Vadim Popovich y Vladimir Belous, junto a tres porteadores de altura pakistaníes.
En el mismo vuelo transportaron algunas partes del material necesario para montar el campo base. De inmediato, los ocho hombres se encargaron de iniciar las tareas de instalación del campo base, situado al pie del K2, a 5.000 metros de altura.
Primeras cuerdas fijas
Al día siguiente, el último del año 2011, un segundo grupo de alpinistas realizó el mismo viaje en helicóptero desde Skardú hasta el campo base del K2. En este vuelo llegaron Evgeny Vinogradsky, Nikolai Totmjanin, Valery Shamalo, Vitaly Gorelik, Nikolai Cherny y Sergey Bychovsky. Con catorce personas en el campo base, y a la espera de la llegada de un tercer grupo y más cargamento de material, los alpinistas iniciaban su trabajo en la ruta puntualmente el 2 de enero.
Siguiendo el estilo expedición anunciado, el primer día de operaciones consistió en fijar los primeros metros de cuerdas en la parte baja de la montaña. Se encargaron de ello Tukhvatullin, Mariev y Popovich, quienes alcanzaron los 5.600 metros esa primera jornada. Al día siguiente (ayer 3 de enero), tomaron el relevo Bolotov, Belous y Vinogradsky, quienes fijaron otros seis tramos de cuerdas y alcanzaron la cota 5.900 m.
Hoy día 4 de enero, está previsto que los restantes tres alpinistas que todavía no han entrado en juego –Totmjanin, Shamalo y Gorelik- reanuden la tarea donde sus compañeros la han dejado y consigan superar los 6.000 metros de altura. Cabe recordar que los expedicionarios rusos llevan ya una cierta aclimatación, que obtuvieron en los trekkings realizados en las cercanías de Skardú, en los que superaron los 6.300 metros de altura.
Los planes de la expedición pasan por escalar la ruta Cesen hasta una altura de 7.560 m, donde daría inicio una línea nueva que les condujera hasta la cima de la forma más asequible posible en condiciones invernales.