La buena impresión que Mikel Zabalza se llevó el año pasado de su expedición al valle del Rolwaling (Nepal) con el Equipo Español de Alpinismo (EEA) motivaron que el alpinista navarro organizara una expedición por su cuenta para explorar alguna de las cumbres y líneas inmaculadas que descubrió entonces.
La que más le llamó la atención fue el Drangnag-Ri (6.801 m), una pirámide de roca, nieve y hielo escalada por primera vez por Sir Chris Bonington en 1995. Después, solamente Bruce Normand (2005) había hollado su cumbre. Mientras el inglés accedió al pico desde el este, por el glaciar Drolombau, y completó la primera ascensión por la arista este con los noruegos Ralph Hoibakk y Bjorn Meyer-Lund (mismos compañeros de la expedición con la que exactamente 10 años antes había coronado el Everest) y los sherpas Lhakpa Gyalu y Pema Dorje; el escocés lo hizo en solitario por la cara oeste y la arista suroeste, accediendo por el glaciar Ripimo.
Mikel Zabalza había planeado intentar la ascensión por la preciosa arista sudeste, que ya ha vivido algún que otro intento sin éxito en los últimos años. Le contó la idea a uno de sus antiguos discípulos en el EEA, el guipuzcoano Alberto Fernández, que inmediatamente se motivó con el proyecto y aportó a los otros dos integrantes de la expedición, los también guipuzcoanos Joseba Larrañaga e Iñaki Arakistain.
Cambio de planes
Tras instalarse en la aldea de Na, donde utilizaron el lodge como campo base (4.150 m), aclimataron ascendiendo un seismil al fondo del glaciar, en la frontera con el Tibet. A continuación, fueron a ver la ruta elegida, para encontrarse con unas condiciones mucho más secas de lo esperado, con una montaña más descarnada de nieve de lo que Mikel Zabalza recordaba. Dadas las circunstancias, tuvieron que descartar la posibilidad de acceder a la arista sudeste y se vieron obligados a cambiar de planes.
El nuevo objetivo sería la arista suroeste, un itinerario mucho más largo pero sin tantos riesgos objetivos. El compromiso vendría en caso de retirada urgente. Montaron una tienda (C1) a unos 5.000 m, donde dejaron el material para la ascensión y desandaron los más de 12 km de camino hasta el CB para esperar la ventana de buen tiempo.
Seis días en la montaña
Las previsiones eran optimistas a partir del 15 de octubre, así que aquel día partieron del campo base con destino a su C1. Desde allí, a partir del día siguiente se adentraron en terreno inexplorado, llevando a cabo una ascensión en estilo alpino con tres vivacs. El primero de ellos, a unos 5.700 m, todavía por debajo del tramo más exigente de la ascensión, que comienza a partir de unos 6.100 m.
Desde ese punto, las dificultades son muy mantenidas hasta los 6.600 m. Por el camino, realizaron su segundo vivac (a unos 6.400 m). El tramo final de la ascensión coincide con la ruta de Bruce Normand. El 18 de octubre, las dos cordadas en que se dividieron para la escalada alcanzaban la cumbre, en medio de un viento más fuerte de lo deseado: sopló con una fuerza de entre 40 y 50 km/h, con rachas de hasta 70 km/h.
Esa noche, repitieron vivac a 6.400 m, ya inmersos en un largo y laborioso descenso por el mismo itinerario, que incluyó “una veintena de rápeles, mucho destrepe y deshacer travesías”. El 20 de octubre volvían a estar en el CB con la nueva ruta en la mochila y un montón de nuevas experiencias. Precisamente, decidieron bautizar la vía con el nombre de Bizipenak, que significa “vivencias” en euskera.
Las impresiones de Mikel Zabalza
Mikel Zabalza, que sumaba con esta del Dragnag-Ri su 37ª expedición fuera de Europa, asegura que Bizipenak “es una de las rutas más bonitas que yo he escalado en el Himalaya”.
Él mismo cuenta con sus palabras los detalles de la ruta:
“La ascensión no tiene ningún largo que nos haya atascado, pero sí que es bastante mantenida en su dificultad, sobre todo en su segunda parte. Tiene una primera parte que subes a un primer torreón, luego tienes que bajar un poco, haces un llaneo… y llegas a la segunda parte, que concentra las principales dificultades, entre 6.100 y 6.600 m, y es bastante mantenida en su dificultad. Es un poco difícil de graduar, pero hemos encontrado tramos de AI5, Vº grado de roca y también terreno mixto. No hemos encontrado ningún largo súper difícil, pero sí una dificultad mantenida y la vía es guapísima. La ruta es bastante física, en el sentido de que es una ascensión larga, en estilo alpino.”
En otro orden de cosas, el alpinista navarro destaca el potencial que todavía existe en el valle del Rolwaling: “Hay picos con opciones de aperturas muy, muy interesantes, e incluso hay picos vírgenes de mucha entidad”.
??? nadie es perfecto
Te has pasao Go kilian, "sólo" pone 68001m ?
Estos vascos son la ostia!!! 680001m ???