La pandemia de coronavirus obligó a suspender todas las expediciones previstas para la primavera de 2020 en el Himalaya. El brote iniciado en China unas semanas antes llegó a casi todo el mundo en marzo y Nepal y Tíbet cerraron sus fronteras a la entrada de viajeros extranjeros. La repercusión económica fue gigantesca para una población rural cuyos ingresos dependen de los expedicionarios.
En verano, las cosas apenas mejoraron, pero en otoño e invierno se comenzaron a relajar algunas medidas y se pudieron ver las primeras expediciones. Eso sí, con PCR negativo y visado previo para entrar en el país, con una cuarentena obligada de una semana en un hotel de Katmandú y un seguro contra Covid por valor de 5.000 dólares.
Ha pasado ya un año de las primeras restricciones, pero la situación epidemiológica continúa grave, especialmente en los países de origen de los turistas. En Nepal, las curvas de incidencia del coronavirus han descendido notablemente, después de marcar sus máximos en los meses de octubre y noviembre. La situación actual es parecida a la del verano, aunque la fiabilidad de los datos está mediatizada por la escasez de tests y la realidad de su sistema de salud. Una sanidad precaria que tampoco estaría en condiciones de asumir un brote importante.
Medidas más laxas… o no
Todo apunta a que las medidas de prevención contra el coronavirus se mantendrán en las próximas semanas, mientras se acerca la temporada de expediciones de primavera de 2021. Hay voces que señalan, eso sí, que se podría dar cierto relajo en las mismas, más allá de la laxitud ya imperante en cuanto a su cumplimiento.
Esa es, por supuesto, una referencia a Nepal, puesto que las autoridades chinas continúan con su firme política de cierre de fronteras y no se espera que el Tíbet no se abra a visitantes extranjeros hasta la temporada de otoño, cuando la campaña de vacunación esté mucho más avanzada en Occidente.
Algunas cancelaciones internacionales
A pesar de la calma relativa que se adivina en Nepal, sigue siendo un panorama demasiado inestable para el gusto de algunas agencias internacionales. No habrá temporada de expediciones en la cara norte del Everest ni en el Cho Oyu y las cosas no están del todo claras en el lado sur del Everest y el resto de ochomiles de Nepal, pues las regulaciones pueden cambiar de la noche a la mañana.
En ese contexto, la prestigiosa Alpenglow Expeditions ya ha anunciado en sus redes sociales que no organizará ningún grupo para el Everest esta primavera. Tampoco irán los Benegas Brothers, quienes hace tiempo que son críticos con la masificación del Everest en primavera y ahora solamente quieren organizar expediciones al techo del mundo en otoño, según han recalcado en Rock & Ice.
Otras agencias son prudentes y están a la expectativa e incluso las hay que no tienen dudas al respecto y que ya planean su desembarco en el Everest, como Madison Mountaineering, que ya organizó una expedición al Ama Dablam a finales del pasado otoño.
Los nepalíes, adelante
Quienes no se plantean en ningún caso perder la temporada de primavera son las agencias nepalíes, con Seven Summit Treks a la cabeza. Totalmente comprometidos con la economía de su país, ya trabajan en la planificación de esta temporada. Vale la pena recordar que buena parte de sus clientes proceden de otros países asiáticos, como India y China, e incluso de Oriente Medio, de donde ya en 2020 comenzaron a llegar expediciones con elevados recursos.