El K2 ha enseñado los dientes esta semana a la expedición rusa que intenta alcanzar por primera vez la cumbre más alta de Pakistán en invierno. Después de las informaciones que apuntaban que unos vientos huracanados habían barrido el C1 de los rusos e incluso habían hecho volar parte del campo base, ha llegado una ampliación que cuenta que en ese C1 se encontraban en el peor momento posible tres alpinistas de la expedición, Vladimir Belous, Evgeny Vinogradskiy y Alexey Bolotov.
La explicación llegó a través de una llamada telefónica vía satélite de Vinogradskiy a su casa en Yekaterinburg, que reproduce ExplorersWeb. Según contó el veterano montañero ruso, Belous, Bolotov y él mismo habían partido del campo base con destino al campo 1 el pasado sábado. Entonces, nada hacía presagiar que los elementos se desatarían de aquella forma: “Excepto por el fuerte viento, esa primera noche fue buena”, comentó.
El objetivo era trabajar en la ruta durante los siguientes tres días, pero el domingo por la noche las condiciones cambiaron repentinamente. Las primeras ráfagas de viento huracanado golpearon con fuerza la tienda en la que dormían hacia la una y media de la madrugada. “Les dije a mis compañeros que se vistieran, se pusieran las botas y los arneses”, señaló Vinogradskiy. Una decisión que les evitó mayores problemas, ya que “la siguiente ráfaga rasgó nuestra tienda y el material que había dentro salió volando”.
Lo peor de todo era que los propios alpinistas corrían el riesgo de ser barridos hacia el borde de un risco, según reconocía el propio Vinogradskiy, quien explica que “Vladimir Belous y yo tuvimos tiempo de ponernos los crampones, pero los de Alexey Bolotov salieron volando con el viento… por suerte, conseguimos descender hasta el campo base.
Un descenso para nada sencillo, habida cuenta de que lo tuvieron que realizar en plena noche, con un compañero sin crampones, y bajo unas condiciones extremas de frío y viento. De hecho, Belous sufrió las consecuencias de dicha bajada, con congelaciones en los dedos de los pies que le han obligado a poner fin a la expedición y regresar a Rusia para su tratamiento.
Además, el escenario que se encontraron a su llegada al campo base era casi dantesco, según la percepción de Vinogradskiy: “A nuestra llegada, vimos que la tormenta había chafado seis tiendas y se había llevado un montón de material”.
Una vez que la intensidad del viento hubo bajado, los expedicionarios se afanaron a reparar los desperfectos en el campo base. El 17 de enero, el trío formado por Nickolai Totmjanin, Valery Shamalo y Vitaliy Gorelik regresaron al C2 –que no había sufrido daños graves-, para continuar trabajando en la ruta durante un par de días. Dos jornadas después, el equipo de Andrey Mariev Ilias Tkhvatullin y Vadim Popovich regresaron hasta la ubicación del C1 para restituir este primer campo de altura.
A pesar de ese regreso al trabajo, los rusos reportan que el tiempo continúa siendo malo, con nubes, viento y mucho frío. Y las previsiones no anuncian ninguna mejoría.