Más allá de la cordillera Darwin y el monte Sarmiento, en un laberinto de fiordos y montañas australes, se encuentra el campo de hielo Cloue, en la isla de Hoste (Tierra del Fuego chilena). “Estas son pequeñas grandes montañas”. Esta fue la frase con la que el legendario escalador y científico americano Charlie Porter definía las montañas y el campo de hielo Cloue a uno de los miembros del equipo en 2009.
Y es que el campo de hielo es posiblemente la zona más expuesta a los vientos antárticos de toda Patagonia. Los componentes del equipo han tenido que enfrentarse a un acceso por navegación complicado, tormentas, viento y condiciones cambiantes en un entorno prácticamente desconocido e inexplorado hasta la fecha donde la logística y estrategia han sido clave.
Alpinismo, exploración y ciencia
Evan Miles (USA) e Ibai Rico (Vitoria) volvieron de Nepal (apertura de Burning Kharkas 650 m WI 5+ 90o, M4) con ganas de más. Tras recabar información sobre Cloue con Camilo Rada (segunda histórica al Monte Sarmiento) decidieron unirse con Eñaut Izagirre (Elgoibar) para poner en marcha una expedición al extremo sur de Tierra de Fuego. Al equipo se unieron el joven tripulante Caesa Schinas y Keri Lee-Pashuk (Velero Northanger).
La expedición ha tenido un objetivo doble: alpinismo de exploración y ciencia para comprender el entorno y los glaciares. El campo de hielo casi no tenía expediciones y cruzarlo y escalarlo era un reto en sí mismo. Por otra parte, el equipo ha estudiado la evolución reciente de los glaciares en base a depósitos geomorfológicos. La muerte de Charlie en 2014 dejo su red de estaciones meteorológicas abandonadas, y uno de los objetivos ha sido el de recuperar y poner en marcha parte de esa red para poder monitorizar la relación entre el clima y los glaciares. Todo ello va a quedar plasmado en un mapa cartográfico de calidad y públicamente disponible.
Travesía del Campo de Hielo
“La tormenta de nieve y granizo se había desatado contra todo pronóstico y el viento era tan fuerte que nos tiraba al suelo en una noche negra. El viento huracanado y glacial nos comía por dentro como una gran boca negra amenazaba con engullirnos. Tierra del Fuego. Estábamos por fin en las pequeñas grandes montañas del campo de hielo Cloue, y ahora entendíamos todo…” así nos relata Ibai Rico uno de los momentos críticos de la travesía.
El campo de hielo, de 227 kilómetros cuadrados, había sido mencionado en la expedición Romanche del siglo XIX y una expedición en 1989 exploró el extremo oeste, pero las cumbres principales estaban sin ascender y el campo de hielo sin explorar. Partiendo desde Puerto Williams y tras una semana en el velero Northanger (Velero en el que los hermanos Pou escalaron Zerua Peak en la Antártida) lidiando con una navegación y vientos complicados, el equipo llego al extremo occidental de la isla de Hoste y al campo de hielo Cloue.
Evan e Ibai decidieron optar por un estilo ligero para cruzar los 30 Km de bosques cerrados, glaciares, picos y aristas de la isla en dirección oeste este. Con material ligero y combustible para una semana partieron del fiordo Coluane con equipo de esquí-alpinismo y una tienda. Tras cruzar una zona de hielo vivo y un corredor descompuesto llegaron al plateau superior.
Viento huracanado, nieve y granizo, visibilidad de 2 m y un mar de grietas escondidas en finos puentes…
A pesar de una predicción favorable para tres días, esa misma tarde tuvieron que establecer un campamento y quedaron atrapados en una tormenta todo el día siguiente en un collado rocoso en el extremo oeste del campo de hielo. Mientras tanto, el velero tuvo que negociar vientos y malas condiciones para acercarse al otro extremo del campo de hielo por el mar.
Animados por una mejoría relativa, subida de presión y meteo favorable, durante esa próxima noche y día siguiente Evan e Ibai recogieron campamento y salieron a las 2:00 AM. La meteo una vez mas no se cumplió y fue entonces cuando se vieron envueltos en lo que consideran la peor tormenta que han experimentado. Viento huracanado, nieve y granizo, visibilidad de 2 m y un mar de grietas escondidas en finos puentes… La pareja siguió esquiando en la noche, guiados por el GPS (mapas creados por el equipo ad hoc) hasta llegar al extremo este de la isla.
El viento entonces no les permitía sino progresar muy lentamente y tuvieron varias caídas en grietas de las que pudieron salir. Sin posibilidad de poner la tienda ni de parar para excavar una cueva (vientos de 120 km/h y sensación térmica de – 45 Cº) decidieron continuar sin parar hasta el amanecer y durante el resto del día siguiente, sorteando zonas de seracs, grietas, aristas rocosas y rapeles durante un total de 18 h de actividad hasta llegar al fiordo de Foque. Tras establecer contacto por teléfono satélite con el velero Northanger, este consiguió recogerlos en la costa este.
Primeros ascensos de Monte Cloue y Torre Saia
Unos días mas tarde y tras realizar algunos trabajos científicos en la zona, Evan e Ibai decidieron volver al campo de hielo para ascender algunas de las cumbres vírgenes. Los accesos y la logística tienen un papel clave en una zona tan remota como Tierra del Fuego. La falta de información, mapas, comunicaciones o posibilidad de rescate hacen que se dedique un 80% del tiempo a explorar accesos y estrategia para disponer de un 20% para actividad.
Con esta realidad y el velero alejado en una cala protegida del mal tiempo, Evan e Ibai dedicaron varios días a establecer un campamento a nivel del mar y otro en altura. La temperatura subió repentinamente y se encontraron con muy malas condiciones de nieve y hielo. El 26 de marzo atacaban las rampas inferiores del Monte Cloue (1.356 m) para cruzar varias rimayas y escalar varios largos de mixtos muy descompuestos con viento y lluvia. En conjunto quedo una primera ascensión por una línea de 300 m con dificultades de 75 o de hielo, IV y M4. El descenso estuvo marcado por desprendimientos y viento pero pudieron llegar al campamento.
Al día siguiente el equipo se desplazó al amanecer con esquís hasta la base de una estética torre sin nombre. La cordada escaló rampas y rimayas hasta la base de un gran diedro. Las malas condiciones y el agua cayendo por la línea (literalmente una cascada) no impidieron que escalasen varios largos en condiciones muy duras, reuniones precarias y desprendimientos hasta el final del gran diedro y así alcanzar por vez primera la cumbre de esta torre (1.323 m) que decidieron llamar “Saia” (Arpón o lanza de caza en la lengua Yagan de los indios locales – Yamana – exterminados por la colonización occidental). En total, las dificultades en esas condiciones quedaron en 350 m, AI3, 70°, V , M5. Los rapeles fueron tediosos, con mas desprendimientos que golpearon a la cordada, enganchones de cuerda y mal tiempo.
Cartografía glaciar
Los frentes glaciares del campo de hielo han sido objeto de estudio de la expedición. Mediante la cartografía de formas, depósitos glaciares y consulta de fotografías aéreas, el equipo de Incógnita Patagonia ha constatado un retroceso drástico de las masas de hielo, con un 20 % de perdida de área en 50 años.
Sin embargo, se observó cómo algunos frentes glaciares habían avanzado sustancialmente en casos puntuales. Esto es debido a condiciones locales muy particulares de sobrealimentación de nieve en una de las zonas con mayores precipitaciones de la Patagonia (exposición al océano Pacífico, redistribución por viento).
Eñaut Izagirre junto con Caesar Schinas (tripulante Northanger) trabajaron en la puesta a punto de numerosas estaciones meteorológicas de Charlie Porter. Estas estaciones permiten comprender la tendencia climática futura y relacionarla con los cambios observados en los glaciares.
Finalmente, el equipo ha recopilado la toponimia local, mapas previos parciales de la zona y nombres ligados a las tribus indias Yamanas para así rescatarla y actualizarla en un mapa cartográfico que puede servir de base tanto para objetivos científicos, culturales, educativos o para futuras expediciones de alpinismo en la zona. Los resultados de la parte científica cartográfica son preliminares y estarán disponibles próximamente en www.incognitapatagonia.com.
La expedición ha sido patrocinada por National Geographic Society, Marmot, ? RGS, Ayuntamiento de Azpeitia?,? TentMeals?, Skout Backcountry?, Honey Stinger, DAP? Aerovías, Seguros SOS y British Mountaineering Council.
Valientes…..gracias
Aún sigue habiendo exploradores, estas noticias da gusto leerlas. Más aventura y menos deporte.