El Everest 2017 ya está abierto. Lo ha hecho un equipo de 9 sherpas que conseguía ayer alcanzar la cumbre de sus 8.848 m montando cuerdas fijas desde la vertiente norte. Los sherpas, trabajadores de una agencia india, han retomado el trabajo que sus homólogos tibetanos habían dejado en la cota 8.300 m unos días atrás. En cualquier caso, la ruta normal del lado tibetano ya está lista para que las expediciones comerciales lancen sus intentos y la temporada queda inaugurada para que los alpinistas sin oxígeno artificial y con proyectos interesantes se pongan también en marcha.
Una situación muy diferente se está viviendo en el lado sur, en la vertiente nepalí de la montaña. Después de alcanzar el Balcón (8.450 m) a principios de semana, los sherpas de diferentes expediciones encargados conjuntamente de fijar la cuerda hasta la cima no han podido volver a trabajar a esa altura. El tiempo en el lado de Nepal de la montaña es mucho más inestable este año que en el lado de Tibet y calculan que la ruta no estará abierta quizás hasta el 17 de mayo, según informaciones aportadas por Alan Arnette en su blog.
De hecho, las previsiones apuntan que en un par de días se intensificará el viento, cerrando la ventana aprovechada en el norte para fijar la cuerda hasta la cima.
Los intentos más interesantes por Tibet
Probablemente no será esta la ventana de buen tiempo que permita llegar a la cumbre a los alpinistas que pretenden escalar el Everest sin oxígeno por la cara norte esta primavera. Alan Arnette ha calculado que unas 300 personas están a los pies del Everest en Tibet ansiando la cima. De ellos, sólo un puñado lo hará sin oxígeno y con un proyecto interesante:
Kilian Jornet
Sin duda, el catalán propone una de las aventuras más destacadas de la cara norte del Everest esta primavera. Su proyecto, aplazado en 2015 por el terremoto y frustrado en 2016 por las condiciones de la montaña, pasa por realizar una ascensión lo más rápida posible de la montaña, con la mirada puesta en el récord de mayor velocidad. Eso sí, lo hará a su manera, cubriendo un recorrido que no consta que haya intentado nadie antes y que responde a su personal filosofía de las ascensiones rápidas a la montaña: hacerlo desde el último lugar habitado que, en este caso, es el monasterio de Rongbuk. Todavía no tiene decidida la ruta que seguirá –al menos no ha sido publicada–, aunque siempre se ha hablado de varias posibilidades diferentes de la normal, como el corredor Norton o el corredor Hornbein.
En cualquier caso, su apuesta ha ganado fuerza con las noticias que llegan desde su aclimatación en el Cho Oyu (8.188 m), donde consiguió alcanzar el plató somital inmerso en la niebla en un ataque extraordinariamente rápido habida cuenta los pocos días que llevaba en altura.
Ralf Dujmovits
El alpinista alemán se halla inmerso en su octava expedición al Everest y su séptimo intento de coronarlo sin la ayuda de oxígeno artificial, después de haberlo hecho con oxígeno en 1992. De momento, ha aclimatado hasta el C2 (7.700 m), donde ha pasado una noche, y piensa que con ello tendrá suficiente para lanzarse a por el intento de cumbre. Lo realizará desde el CBA (6.300 m), donde se ha instalado.
Nobukazu Kuriki
El japonés es otro de los multireincidentes del Everest. En su caso, será el séptimo intento al techo del mundo y, tras haber realizado los anteriores en otoño, igual que Kilian se ha visto obligado a cambiar de estación debido a las restricciones aplicadas por el gobierno chino. En sus redes sociales informa sobre el progreso de su expedición. De momento, está explorando la vertiente para decidir la ruta exacta por la que llevará a cabo su intento.
Adrian Ballinger y Cory Richards
La cordada estadounidense ya compartió expedición sin oxígeno al Everest el año pasado, cuando Cory Richards hizo cumbre por primera vez mientras Adrian Ballinger no lo consiguió, a pesar de haber estado en la cumbre ya seis veces con oxígeno. Su objetivo era realizar una conexión de Snapchat desde la misma cumbre, algo que no se pudo cumplir al quedarse inoperativo el teléfono de Richards. Este año, el dúo regresa a la montaña y volverá a intentarlo: la motivación de Cory Richards es hacerlo en compañía de su amigo y el objetivo de ambos es completar la citada conexión de Snapchat desde la cumbre.