CORREDOR HORNBEIN

Kilian Jornet tras los pasos de Hornbein y Unsoeld en el Everest

Intentó la ascensión por la arista oeste y alcanzó el corredor Hornbein, donde lo frenó una avalancha. Desde allí, rehízo sus pasos hasta el campo base.


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“Todavía se puede encontrar un poco de aventura en el Everest en primavera”. Así respondía Kilian Jornet a su amigo y guía Jordi Tosas en un comentario en su publicación de Instagram sobre su más reciente actividad en el Himalaya. Como es habitual en él, no había explicado sus planes ni había anunciado que iba a intentarlo. Simplemente, aprovechó la ventana de buen tiempo para salir hacia la cima del Everest a través de una de sus rutas más icónicas… y menos frecuentadas.

Hacia la arista oeste

Según cuenta en sus redes sociales, Kilian Jornet siguió los pasos de Tom Hornbein y Willi Unsoeld, justo cuando se cumplían 60 años de su histórica ruta por la arista oeste del Everest. Una ruta que él califica de “preciosa” y que accede a la arista a 7.300 m desde el inicio del Valle del Silencio –casi mil metros más abajo– y la deja más tarde para adentrarse en la cara norte e ir a buscar el famoso paso conocido como Corredor Hornbein a unos 8.000 metros.

Como aquellos pioneros estadounidenses, el ultrarunner e himalayista catalán se desvió de la ruta normal en los alrededores del campo 2 (6.400 m), para ir a buscar un empinado corredor que se eleva a mano izquierda en dirección al Hombro Oeste. “Las condiciones eran horribles, con hielo azul por debajo de una capa superior de nieve profunda”, cuenta Kilian, que en aquella sección se veía dando “¡dos pasos arriba y uno abajo durante 1.000 metros!”.

Hasta el corredor Hornbein

Ese fue el primer desafío que tuvieron que superar Hornbein y Unsoeld en 1963 y la primera dificultad que superó Kilian Jornet en 2023. De los miles de personas que han ascendido al techo del mundo, apenas un puñado lo ha intentado por esta vía. Ese contraste era constatable, en un día de buen tiempo para la montaña, en el que muchos expedicionarios andaban camino de la cima: “Cuando alcancé la arista, hacía mucho viento así que me quedé debajo de una cornisa durante tres horas para descansar mientras disfrutaba viento las colas de alpinistas haciendo su progresión tanto en la ruta normal del lado nepalí como la del tibetano”.

El siguiente tramo de la ruta progresa por la estética arista oeste, que viene desde el collado Lho-La y se va elevando hasta la misma cima del Everest, en un in crescendo de dificultades. Los estadounidenses optaron por abandonarla a unos 7.600 metros, para seguir por la cara oeste. Y así mismo fue como lo hizo Kilian Jornet, resiguiendo fielmente un trazado histórico: “Después de que el viento amainara, continué por la arista y realicé una travesía por terreno mixto hacia los pies del corredor Hornbein”.

Kilian Jonert en su intento al Everest por la arista Hornbein
Kilian Jonert en su intento al Everest por la arista Hornbein

Susto con una avalancha

Kilian Jornet se hallaba a más de 8.000 metros de altitud, en el mejor homenaje posible a Tom Hornbein, apenas un par de semanas después de su fallecimiento a los 92 años de edad. “Me sentía muy bien y las condiciones eran perfectas”, apunta Kilian, que ya se veía cerca de inscribir su nombre junto con los de las otras 16 personas que han escalado este legendario tramo de 500 metros de desnivel, con una inclinación sostenida de casi 50º y que llega a los 60º en su parte superior, y que incluye pasos de escalada de una dificultad estimada de IV grado.

Sin embargo, Kilian no pudo terminar de escalar todo el corredor. Cuando había ascendido “unos pocos centenares de metros”, su paso desencadenó el desprendimiento de una placa de viento y se vio arrastrado por la consiguiente avalancha unos 50 metros corredor abajo, según sus propios cálculos. Por suerte, no sufrió ninguna herida y todo quedó en un susto.

Kilian Jonert en su intento al Everest por la arista Hornbein
Kilian Jonert en su intento al Everest por la arista Hornbein

Descenso sin visibilidad

“Dudé si continuar o darme la vuelta y decidí esto último”, explica Kilian Jornet con sencillez. En realidad, es más sencillo decirlo que hacerlo efectivo. Frente a él quedaban unos 2.000 metros de descenso hasta el campo 2, con una travesía por la solitaria y desolada arista oeste y un corredor de hielo y nieve de mil metros.

Para añadirle épica a la bajada, el tiempo cambió y se desencadenó una fuerte nevada. A diferencia de Tom Hornbein y Willi Unsoeld, quienes protagonizaron un descenso tan épico como su ascensión por el Collado Sur tras haber hecho cumbre, Kilian contaba con la evolución tecnológica de 60 años. Con una visibilidad de apenas tres metros y sus huellas cubiertas por la nieve reciente, siguió fielmente el track que le marcaba su reloj GPS por la arista, para no desviarse y arriesgarse a una caída kilométrica. Halló la salida del couloir por el que había subido y regresó al confort de la vida moderna tras su particular viaje en el tiempo.

El cómo es más importante que el qué

“Bueno, un gran día en las montañas, donde todo fue mejor que perfecto exceptuando que no alcancé la cumbre”, concluye Kilian Jornet. Y es que, como él mismo reivindica, la cima no lo es todo: “Creo firmemente que el cómo es muchísimo más grande y más importante que el qué, y en ese sentido la escalada fue sencillamente perfecta. Como un gran puzzle con todas las piezas menos una, la de la cima”.

Kilian Jonert en su intento al Everest por la arista Hornbein
Kilian Jonert en su intento al Everest por la arista Hornbein

Los Everests de Kilian

De todos modos, Kilian Jornet ya tiene esa pieza del puzzle desde hace tiempo y por partida doble. Su pasión por el Everest y por ese “cómo” que defiende con fiereza lo han llevado a la montaña en varias ocasiones. Obtuvo su primer permiso de ascensión por la vertiente norte en 2015, pero el pavoroso terremoto que asoló la región días antes de su viaje dio al traste con sus planes y convirtió su expedición en un proyecto solidario de ayuda a los damnificados del Langtang.

En verano de 2016, Kilian Jornet pisó por primera vez la ruta del Everest, también por la cara norte, pero las malas condiciones en el tramo final de la expedición impidieron que lanzara un intento de cima

Así las cosas, llegó la primavera de 2017, cuando Kilian regresó al Himalaya para su campaña más exitosa. Primero, superó los 8.000 metros durante la fase de aclimatación, en la que alcanzó el plató somital del Cho Oyu. A continuación, otra vez en la cara tibetana del Everest, realizó una ascensión hasta la cima en 26 horas partiendo desde Rongbuk. Pero no terminó ahí su temporada, sino que seis días después volvió a ascender el Everest, ahora en 17 horas desde el campo base avanzado, para completar un récord al alcance solo de sherpas

Uno podría decir que Kilian Jornet ya lo tenía todo hecho en el Everest, pero regresó de nuevo en otoño 2019, por la vertiente nepalí. En una temporada muy complicada, con un amenazador serac que impidió el avance del resto de expediciones, él lanzó un intento en solitario a través de una variante de la ruta polaca de los años ochenta que lo llevó hasta unos 8.300 metros de altitud, donde se retiró. 

La última expedición al Everest de Kilian Jornet fue en la primavera de 2021, cuando se especuló con que iba a intentar la travesía Everest-Lhotse, algo de lo que también se habló esta temporada. Llegó al campo base de la cara sur acompañado por David Göttler y valoraron intentar la arista oeste, que no llegaron a intentar. Tras completar la aclimatación y lanzar un intento de ascensión exprés que abortaron en el Collado Sur, decidió retirarse. 

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Comentarios
4 comentarios
  1. Alb sabi…. Has visto el vídeo? Claramente, cuando se graba a el mismo, se ve la sombra del palo selfie y la cámara. Es más, si alguien le graba desde su izquierda en esa pendiente, debe de medir unos 3-4 metros el compañero para poder grabar a su altura. Que fácil es criticar, antes que pensar. Seguramente, Kilian no dormirá hoy pensando que TU dudas de que haya estado en la cima del Everest. Y estas

  2. Con una cámara de acción deportiva y un palo selfie se habrá grabado

  3. Por curiosidad, si va sólo ¿ Quien lo graba en el tramo de arista horizontal ?.
    Cada vez entiendo menos estas historias.
    Mas bien soy de los que creen que Killian nunca ha subido al Everest, de ahí su obsesión por querer demostrar que su la subió.

  4. 2000 m desnivel el saliendo del campo 2 (6400 m) por la arista oeste y llegando al Hornbein, solo, sin traza, sin cuerda (ni fija ni no fija) sin O2. Ida y vuelta del tirón. No está mal para un "corredor", no? Por mi parte, una reverencia, crack, estoy anonadado

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