Los japoneses Kazuya Hiraide y Kenro Nakajima aportaron la información en una conferencia celebrada por su principal patrocinador, Ishii Sports, y posteriormente publicada en el diario dempa-digital.com.
Allí Hirade explicó cómo pudieron cumplir con el objetivo con el que soñaba desde 2001, de abrir una vía por la cara norte del Tirich Mir, un pico de 7.708 m ubicado en el macizo Hindu Kush. Achaca el motivo por el que esta pared permaneciera inexplorada a que está rodeada de una “fortaleza” de montañas que escondían la cara norte.

El dúo japonés llegó a un glaciar ubicado en la cara norte del Tirich Mir en el segundo día de su aproximación, después de haber superado varios collados y valles en una aproximación complicada y desconocida. El 30 de julio instalaron el campo base y declararon sentirse emocionados por empezar por fin a escalar. Al tercer día comenzaron el ascenso, a pesar de que las condiciones no eran las mejores, con una niebla densa desde primera hora de la mañana.

Continuaron la ascensión hasta, en el sexto día, establecer un último campamento a 7.200 m, desde donde se plantearon atacar la cumbre: «Fue el mejor día desde que dejamos el campo base, y pudimos alcanzar al cumbre en perfectas condiciones», explica Hirade.
En cuanto a la cima, Hirade cuenta que era «espaciosa y tranquila. Sentí un tipo de paz completamente diferente».

El regreso al campo base les llevó otros dos días, del que de momento no han aportado más detalles. A su vuelta, recibieron el reconocimiento de los locales.
Bautizaron a esta primera línea que surca la cara norte Secret line y anticipan que están preparando un corto que tienen previsto presentar en algún festival de montaña este otoño, así como una película que estrenarán en Japón la próxima primavera.
Y el año que viene a la oeste del K2
En la conferencia también anunciaron sus planes de acudir a intentar la cara oeste del K2 (8.611 m), persiguiendo su sueño de ascenderlo en su habitual estilo ligero y alpino. En diversas ocasiones, Kazuya Hiraide, tres veces galardonado con el Piolet d’Or (dos de ellas con Kenro Nakajima: en 2018 por su ascensión al al Shispare y en 2020 por la del Rakaposhi) ya ha declarado que este es uno de sus objetivos más ambiciosos como alpinista.
La primera ascensión de la cara oeste del K2 corresponde a una expedición rusa de 23 miembros, que no utilizó oxígeno ni porteadores de altura, sí cuerdas fijas, y que puso a once personas en la cumbre en agosto de 2007 en una meritoria e innovadora actividad. Desde entonces, la línea no ha sido repetida.
El último intento de apertura por esta imponente pared corresponde a los norteamericanos Graham Zimmerman e Ian Welsted en julio de 2021, que tuvieron que abandonar a 7000 m por no encontrar las condiciones adecuadas.