El Everest ha vivido ya las primeras cimas de la temporada. Fue el pasado viernes 7 de mayo, cuando el grupo de doce sherpas de la agencia Seven Summit Treks responsable de equipar la parte más alta de la ruta llevó la cuerda fija hasta la cima de 8.848 metros. Al frente, el sherpa más experimentado en el Everest, Kami Rita Sherpa, que sumó su cima número 25 del techo del mundo.
Los otros once sherpas en hollar la cumbre fueron Phurtenzi Sherpa, Lakpa Nurbu Sherpa, Ngima Tashi Sherpa, Mingma Tenji Sherpa, Fura Tshering Sherpa, Tenjing Sherpa, Chheten Dorjee Sherpa, Tenjing Gyaljen Sherpa, Phurba Chhotar Sherpa, Mingma Dorchi Sherpa y Furba Kusang Sherpa.
A sus 51 años de edad, Kami Rita Sherpa amplía su propio récord, que ostenta desde 2018, cuando alcanzó la cima del Everest por 22ª vez, superando a Apa Sherpa y Phurba Tashi Sherpa. Su doblete de cimas de primavera de 2019 le permitió colocar la marca en 24 y ahora ha llegado a las 25.
Además, según se apunta desde Nepal, el sherpa de Seven Summit Treks estaría planeando volver a pisar la cumbre esta misma temporada con alguno de los grupos que gestiona la agencia.
Las multitudes que se acercan
Precisamente, uno de esos grupos es el de la Guardia Real de Bahréin, que ya se encuentra en el C4, situado en el Collado Sur (8.000 m). Todo indica que serán de los primeros en intentar seguir los pasos de los sherpas hasta la cima.
No obstante, el contingente de aspirantes es mucho más dilatado. Numerosos pequeños equipos andan camino de la parte alta de la montaña para intentar aprovechar la ventana de buen tiempo que se mantendrá abierta hasta el miércoles 12 de mayo, si se cumplen las previsiones del tiempo. Según los cálculos de Alan Arnette, cronista del Everest, la cifra de cimas de los días 11 y 12 de mayo podría superar holgadamente las 150.
Muchos quieren darse prisa y sacar partido de la primera ventana de una temporada muy incierta debido a la amenaza de cancelación que sobrevuela el campo base por culpa de la situación epidemiológica que vive Nepal. Las noticias del país hablan de hospitales totalmente colapsados y con carencia de oxígeno.
Los sin oxígeno esperan su oportunidad
Un oxígeno que, precisamente, se distribuye a manos llenas en el Everest. De hecho, los poquísimos alpinistas que tienen intención de ascender sin usar oxígeno suplementario deberán esperar a que la montaña se vacíe un poco. Y es que ellos no se pueden permitir una espera de horas causada por una aglomeración a más de 8.000 metros de altitud.
Los partes meteorológicos, eso sí, auguran un empeoramiento de las condiciones a partir del 13 de mayo que se extendería, al menos, durante toda una semana. Así pues, quienes no estén ya en los campamentos de altura camino de la cima deberán aguardar con toda probabilidad hasta el 20 de mayo para lanzar su intento.
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