Jost Kobusch sigue abonado a las aventuras con pocas posibilidades de éxito y grandes dificultades. Conocido por sus varios intentos al Everest en solitario invernal de los últimos años, el alpinista alemán vuelve este año a Alaska, para intentar ascender el Denali en la estación más fría del año y también en solitario.
No es la primera vez que Kobusch se plantea este objetivo. Ya lo quiso intentar en enero de 2019, pero entonces las autoridades no le dieron permiso para acceder al Parque Nacional Denali, que estaba cerrado. Finalmente, entonces se tuvo que rendir a la evidencia y conformarse con otras ascensiones no tan ambiciosas.
El pasado otoño, Jost Kobusch estuvo aclimatando en el Himalaya de Nepal. Una operación que tuvo que interrumpir cuando contrajo la epidemia del dengue. Parece que se ha recuperado satisfactoriamente y está listo para una nueva aventura.
Cuatro precedentes
A pesar de la popularidad del Denali, especialmente entre los alpinistas de aquel lado del Atlántico, apenas existen cuatro precedentes de ascensiones en solitario y en invierno. El primero en conseguirlo fue Naomi Uemura, en 1984, aunque su expedición acabó en tragedia cuando falleció durante el descenso. En 1988, Vern Tejas logró la segunda ascensión invernal en solitario del Denali, seguida el año siguiente por la tercera, a cargo de David Staeheli. En 2015, Lonnie Dupre completó la exigua lista con su escalada en lo más crudo del invierno.
Todos ellos optaron por llevar a cabo su ascensión a través del Pilar Oeste, con la única excepción de David Staeheli, quien siguió la ruta de la arista Oeste. Por su parte, Jost Kobusch pretende escalar la ruta Messner, que es una línea independiente alternativa al Pilar Oeste y que asciende un evidente couloir hasta enlazar con el pilar a unos 5.800 metros.
Frío, viento y oscuridad
A pesar de las muchas incertidumbres que lleva asociada una expedición como esta, Jost Kobusch tiene bastante claro que va a tener que enfrentarse a un frío extremo, con temperaturas que probablemente se situarán por debajo de los -50ºC. También sabe que el Denali suele ser barrido por vientos de más de 150 km/h en esta época del año. Y no hay duda de que gozará de pocas horas de sol cada día.
A pesar de todo ello, Jost Kobusch rebosa ilusión y optimismo, y se considera preparado ante cualquier eventualidad. Una avioneta ya lo ha trasladado hasta el glaciar a los pies del Denali y se ha instalado de la mejor manera para iniciar su asalto a la montaña en cuanto la meteorología se lo permita. En sus planes, tiene marcado como fecha límite de su intentona el 28 de febrero.
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