La comunidad alpinística de Pakistán lleva años siendo consciente de que necesita dar un paso adelante en formación y planteamiento de negocio para poder coger las riendas del turismo de montaña en el Karakórum. Los pakistaníes han sido mudos testigos del desarrollo de Nepal primero y del desembarco de las agencias nepalíes en su país después. Los sherpas son actualmente quienes organizan, equipan, guían y coordinan mucho de lo que sucede en los ochomiles pakistaníes.
Ante ello, el experimentado alpinista pakistaní Mirza Ali, director de Karakorum Expeditions, decidió poner en marcha un plan para que los porteadores de altura baltíes puedan realizar todas esas funciones. Su desafío pasa por equipar la ruta normal del K2 a través del Espolón de los Abruzzos con un equipo local, liderado por dos guías de reconocida experiencia internacional: el austriaco Stephan Keck (un histórico de la agencia Himex de Russell Brice) y Jordi Tosas.
El tercer K2 para Jordi Tosas
Las funciones de los dos guías serán las de coordinación y formación técnica de los fuertes porteadores de altura baltíes. Además, supervisarán y liderarán la fijación de la cuerda. No tiene nada que ver con las actividades por las que Jordi Tosas es especialmente conocido: apertura de nuevas rutas en en solitario a sietemiles como al Jannu y el Palung Ri, descensos en snowboard desde el Shivling o el Cho Oyu, intentos en la cara sur del Lhotse…
En el K2 ha estado dos veces, aunque nunca ha ido por las rutas normales ni tampoco ha alcanzado la cima. En 2002, intentó la cara sur de Kukuczka con Jordi Tosas y Mikel Zabalza, hasta unos 6.900 metros. En 2004, formó parte del equipo que logró la repetición de la Magic Line con Jordi Corominas, aunque él tuvo que regresar a casa por trabajo antes del intento definitivo a cumbre, en el que además falleció Manel de la Matta.
A sus 53 años, tiene también una larga trayectoria como guía, tanto en Pirineos como en Alpes e Himalaya. Fue uno de los responsables de acompañar a Kilian Jornet en sus primeros pasos en los ochomiles. Su tarea en el K2 estará enmarcado dentro del compromiso de la plataforma Offtrailacademy de que la formación y la educación de montaña llegue a todo el mundo.
“Esto viene desde septiembre y es independiente de la cuestión con los nepalíes”
¿Cómo surgió la iniciativa de ir a Pakistán con el equipo que equipará la ruta al K2?
A raíz de la expedición al Muchu Chhish con Philipp Brugger el verano pasado, Mirza Ali nos trasladó sus inquietudes respecto al negocio de las expediciones y la necesidad de que alguien les formase. Ellos ven el negocio, lo necesitan, pero les hacía falta ayuda para dar el siguiente paso.
Entonces, ¿no tiene nada que ver con la prohibición de que los nepalíes entren a Pakistán este verano?
No, no, la historia viene del pasado mes de septiembre y es totalmente independiente de la cuestión con los nepalíes. Yo di mi OK en noviembre, porque es un proyecto que me emociona y me llena a nivel personal.
De hecho, al ver todo lo ocurrido con la pandemia durante la temporada en Nepal, contacté con Mirza la semana pasada para cancelar mi participación. Hasta este lunes, ni tan siquiera había permisos para el K2 todavía. Después de todo lo sucedido estos días, me he vuelto a animar y, además, me siento éticamente comprometido después de dar mi palabra. Ellos también están realizando un esfuerzo muy importante ante la ausencia de sherpas: de doce porteadores pasan a veinte. Mirza ha hecho que los vacunen a todos…
“Los pakistaníes lo aprenden todo de forma autodidacta”
¿Qué ayuda necesitan?
Los porteadores de altura pakistaníes son gente muy comprometida con la montaña, tanto en lo profesional como en lo deportivo. No dudan en coger unas tablas de esquí de pista de hace veinte años, subirse a un seismil y bajar esquiando, aunque ni tan siquiera sepan esquiar. Lo aprenden todo de forma autodidacta. Les tengo mucho cariño y pienso que haciéndolo todo por su cuenta se harán daño.
Además, nos encontramos en un momento clave, con la entrada de las expediciones comerciales a gran escala y de una manera… No me gustaría que el Karakórum se convirtiese en otro Himalaya. Desearía que hubiera un acuerdo de convivencia entre el alpinismo y las expediciones comerciales.
Abogas por un equilibrio que se ha demostrado muy complicado en Nepal, ¿cómo se puede alcanzar?
Con respeto por quien tienes al lado. Lo hemos conseguido en el Aneto, en el Mont Blanc, en el McKinley e incluso en el Cervino… en estas montañas, nos podemos cruzar alpinistas y guías haciendo actividades muy diferentes y no pasa nada. Cuando vas de guía, incluso te alegras cuando te cruzas con un tipo corriendo en zapatillas o con otro que se va a hacer la Peuterey. En cambio, en Nepal, nadie puede pasar por delante de los sherpas y ni tan siquiera caminar por su huella sin pagar. Siempre se ha pagado una tasa por el uso de las cuerdas fijas y ahora ya está incluido en el precio de las expediciones, pero más allá de eso, la libertad en la montaña debería ser absoluta. La montaña no es de nadie.
“Podemos conseguir que el Karakórum no se convierta en un Khumbu”
El respeto es la clave…
Sí, se ha pervertido un poco el espíritu de la montaña… fíjate que ya no hablamos ni de alpinismo. Creo que tenemos la posibilidad de conseguir que el Karakórum no se convierta en un Khumbu. Me gustaría que en un futuro, hubiera respeto entre quienes están trabajando y quienes están escalando. En los espacios comunes, hay que llegar a acuerdos… es triste incluso tener que decirlo; debería ser de sentido común.
¿Qué plan de viaje y trabajo tienes?
Si todo va bien, me termina de llegar el visado y no me vuelven a cancelar el vuelo, salgo para Pakistán el 17 de junio. Ya estoy vacunado y me gustaría ir muy rápido hacia el campo base, porque ya vamos con retraso. Llegaré el 18 de junio a primera hora a Islamabad y me gustaría poder volar ese mismo día a Skardu y estar en el CB del Broad Peak el 24 o 25 de junio.
Realizaremos la aclimatación en el Broad Peak. Sobre todo para los porteadores y también para ver al equipo y dividir las tareas. La idea es no desgastarse demasiado en el Broad Peak para poder focalizar el trabajo importante, que es el K2.
Una vez allí, habrá que revisar cómo están las cuerdas que pusieron los sherpas en la parte baja de la montaña este invierno y refijar lo que haga falta. E ir subiendo…
“Me gustaría encontrar a los desaparecidos y saber qué sucedió”
Es posible que seáis los primeros en ir más allá del Cuello de Botella después de la desaparición allí este invierno de Ali Sadpara, John Snorri y Juan Pablo Mohr, ¿tenéis intención de buscar sus cuerpos?
Lo primero es lo primero y nuestra misión no es ir a buscar los cuerpos. Dicho esto, todos queremos ir a recuperarlos. Ali era un referente para todos los alpinistas pakistaníes y queremos saber qué sucedió. Me gustaría poder cerrar esta puerta tan dura, encontrar los cuerpos y poder bajarlos hasta el Memorial o bien depositarlos en una grieta. Que las familias puedan cerrarlo y que sepan que descansan en paz.
Por cierto, ¿entiendo que al ir trabajando usaréis oxígeno?
Habrá oxígeno. Y siempre que lo hay, lo uses o no, ya es con oxígeno.
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