Peter, Horia y Marius han decidido dar por terminado su intento de abrir una nueva ruta en la arista noroeste del Dhaulagiri. Así transmitía esta decisión el equipo de Peter Hámor:
«Los pronósticos meteorológicos son los mismos para los próximos días: agradable por la mañana, nublado al mediodía y nieve por la tarde. El único cambio que hay que añadir es la previsión de fuertes vientos. El peligro que supone continuar la ascensión en tales condiciones es inaceptable para ellos. El sueño de la primera ascensión de la arista noroeste ha desaparecido. En nombre de los alpinistas, quiero agradecerles por mantener los dedos cruzados; seguramente sintieron desde la distancia su energía positiva. Durante el último intento, los ángeles de la guarda también sudaron un poco, por suerte todo salió bien».
«Los tres hicieron mucho trabajo duro, avanzando mas que en 2019. El primer intento terminó debido a las condiciones de la meteo que son peores día a día y la nieve está aumentando constantemente. Nuestro trío encontró una línea de escalada a través de la barrera de roca, que era uno de los problemas clave que había en la arista noroeste. Luego continuaron abriendo una nueva ruta en la arista noroeste, por terreno donde nadie ha estado nunca. Las montañas están aquí, y será la próxima vez. Cada alpinista tiene muchos sueños y cada uno de ellos le gusta cumplirlos o soñar el siguiente. De eso se trata: el sueño y los sueños de escaladores son infinitos».
Como os hemos ido contando Horia Colibasanu, Peter Hámor y Marius Gane habían comenzado muy bien la expedición a la arista noroeste del Dhaulagiri de esta primavera. Habían conseguido ascender la sección más dura de su nueva ruta y habían marcado una nueva punta de altura.
El viernes 7 de mayo iniciaron su intento de cima, que los llevó el domingo hasta los 6.800 metros donde se vieron sorprendidos por la avalancha. Su tienda, situada a 6.800 metros de altitud, fue sepultada por una avalancha en plena noche mientras dormían. Los tres alpinistas fueron capaces de salir, abriéndose camino rasgando las paredes de la tienda con sus cuchillos.
Pasaron lo que quedaba de noche en una cueva que encontraron y, con el despuntar del día, tomaron el camino de descenso hasta el C1 (5.000 m). Ya en el campo base, tras estudiar la previsión de la meteo, han tomado -como os hemos contado – la decisión de retirarse de la montaña