Gerlinde Kaltenbrunner vuelve a encontrarse a los pies del K2 (8.611 m), donde el año pasado vivió en primera persona la tragedia de la muerte de Fredrik Ericsson. Su objetivo vuelve a ser convertirse en la primera mujer en alcanzar la cima de los catorce ochomiles sin haber utilizado oxígeno en ninguno de ellos y en un estilo ligero, para los estándares ochomilistas.
Una de las motivaciones para que la austriaca se haya decidido a regresar a la montaña ha sido el hecho de haberse rodeado de grandes alpinistas y amigos (la acompañan su marido Ralf Djumovits, los fortísimos kazajos Maksut Zhumayev y Vassili Pivtsov, el argentino Tommy Heinrich y el polaco Darius Zaluski) y tomarse la expedición como una aventura total. Para ello, eligieron una ruta de ascensión poco frecuentada por la arista Norte, en la vertiente china de la montaña, y un modo de aproximación menos habitual todavía: en camello.
Crónica de la aproximación
Los expedicionarios se reunieron el 16 de junio para partir hacia la frontera china y el paso de Turugart, sin poder contar finalmente con el sherpa Lavang, que no pudo conseguir el visado correspondiente. Tras pasar un par de noches en Kashgar, continuaron viajando –todavía por carretera- hasta Kargilik, donde los kazajos empezaron a recordar su experiencia anterior en la misma zona con la expedición rusa de 2007.
A partir de Kargilik, el estado de la carretera les obligó a reducir drásticamente la velocidad. Además, tuvieron una avería en el vehículo todoterreno que les retrasó ligeramente. Finalmente, el 21 de junio, llegaron a la aldea donde les esperaban los camellos para iniciar la caravana de aproximación al día siguiente. Fueron necesarios 50 camellos cargando cada uno de ellos entre 80 y 100 kg de peso para poder mover todo el material de la expedición.
Según cuenta Maksut Zhumayev en su blog, el fuerte sol convirtió el avance en algo más duro de lo previsto, con los ríos glaciales como principales obstáculos para unos camellos asustados ante la necesidad de cruzarlos. En el recorrido, tuvieron también que superar el paso de Akal y el bellísimo cañón de Shaksgam.
Tras unas últimas dificultades para cruzar un último río glacial más caudaloso de lo previsto, la expedición llegó sin incidentes al campo base el domingo 26 de junio. Sin embargo, no se quedaron allí mucho tiempo y al día siguiente ya empezaron a transportar el material necesario hasta el conocido como campamento italiano, a medio camino del campo base avanzado, donde instalarán su cuartel general, y en la base de la montaña.
Según parece, las condiciones del K2, y del Karakórum en general, son más secas que otros años. Eso significa que las expediciones pueden encontrar menos nieve que en otras ocasiones pero, por el contrario, encontrarán más tramos de hielo y roca descubierta. Según Zhumayev, esas condiciones harán la escalada al K2 más técnica y lenta.