Mick Fowler y Paul Ramsden habían anunciado en septiembre que regresaban este otoño al Himalaya a por una de sus habituales aventuras de exploración. Los ingredientes estaban claros: un pico virgen de más de 6.000 metros, una región remota y un estilo irrenunciablemente alpino. Eso sí, en esta ocasión no anunciaron el nombre de la montaña elegida para evitarse problemas como los que tuvieron el año pasado en el Hagshu, donde se encontraron con que los eslovenos Marko Prezelj, Luka Lindic y Ales Cesen se les habían adelantado en la línea elegida (y que les valdría el Piolet d’Or).
Vale la pena recordar que Fowler y Ramsden han destacado en numerosas ascensiones de alpinismo de aventura, por las que han sido galardonados con el Piolet d’Or en dos ocasiones: en 2003 por la cara norte del Siguniang (6.250 m) en China, y en 2013 por la proa de Shiva (6.142 m) en el Himalaya indio.
Gave Ding (6.400 m)
El último descubrimiento de Fowler y Ramsden, el Gave Ding (6.400 m), se encuentra situado en una de las regiones más remotas de Nepal, en el extremo oeste del país, en un valle que no constaba que hubiera sido visitado jamás por occidentales. Mick Fowler había visto la montaña durante una expedición anterior a la zona y se la adjudicó como objetivo para esta expedición de 2015. Junto con Paul Ramsden y con el apoyo de Steve Burns e Ian Cartwright, viajaron desde el Reino Unido, montaron el campo base y seleccionaron la línea de ascensión.
Todavía no hay muchos detalles sobre los pormenores de la expedición, pero sí se sabe que la ascensión se realizó por la cara norte en un ataque que duró seis días, seguida por un descenso al campo base que duró otros dos días a través de la arista oeste y el flanco norte. El día de cumbre fue el pasado 22 de octubre, aunque los británicos no lo comunicaron hasta que no estuvieron de regreso en la capital administrativa regional, Simikot, el 27 de octubre.
En un escueto mensaje, Mick Fowler aseguró que este había sido uno de los mejores viajes que había hecho jamás. «Mi burbuja de felicidad está a punto de estallar», aseguraba en una metáfora bien gráfica. Antes de partir de expedición, comentaba que «aparte de las imágenes de Google Earth y una fotografía lejana tomada desde el oeste, tenemos poca idea de lo que podemos encontrarnos», aunque tenía claro que «como mínimo, sabemos que tenemos un valle remoto rodeado de picos vírgenes. Añadidle los étnicos placeres garantizados y los agradables paseos durante una aproximación a pie de seis días y realmente no puede más que ser un buen viaje». Y parece que así ha sido.
Esto es Alpinismo de verdad. Mirando su pasado, estos dos «abueletes» están entre los que «dormir dos en una repisa donde apenas caben los pies, aguantando la nieve polvo que viene desde arriba constante y helada» es algo perfectamente normal y corriente. Chapeau!
Charles!! La llama no es debil, es pequeña, pero es la de verdad.Y mientras seamos unos cuantos los que lo tenemos claro, no se puede apagar en la vida, porque es la autentica. Nosotros ya sabemos quien son estos dos. Luego, cuando salgan las fotos de la aventura, ya saldran los garrulos de turno diciendo cosas como «se ve muy tumbao», «para dos abueletes no esta mal», pero esos, no se enteran de la misa la mitad…
La llama es débil, pero sigue encendida, y sus cuidadores (Mick Fowler y amigos) luchan día a día para que no desaparezca. Para todos los que amamos el alpinismo real (cualquiera de los comentaristas) , estos señores son nuestra guía.
Son los mejores.
Llevo siguiéndoles años y cada vez me sorprenden más. Son de los mejores. Alpinistas puros.
Alpinismo ideal. La sana envidia de cada otoño cuando nos lo cuentan . . .
El día que esta gente falte .. q sera de nosotros?? Enhorabuena un buen ejemplo a seguir.
ALPINISMO!
Un fenómeno!! Hace años estuvo en la semana de Gijón, y con la genial traducción de su paisano Robin Walker dio una charla maravillosa… otro nivel!! ALPINISMO.