Ferran Latorre ha conseguido su noveno ochomil principal, con la cumbre del Cho Oyu (8.201 m) realizada este jueves 26 de septiembre. El alpinista catalán ha completado de esta manera con éxito una expedición totalmente diferente a lo que es habitual en él: primero viajó al Himalaya sin compañeros por primera vez en su carrera montañera, y después ha resuelto la ascensión en menos de dos semanas de campo base, con escasa aclimatación y con un ataque directo a cumbre de 30 horas de duración de CB a CB.
En declaraciones al programa Esports en Xarxa de la emisora de radio La Xarxa de Comunicació Local escasos minutos después de haber regresado sano y salvo al campo base del Cho Oyu, Ferran Latorre decía sentirse “contento, porque con sólo 12 días de campo base, que es muy poco tiempo para aclimatar en una montaña tan alta, he podido subir en 20 horas desde el campo base hasta la cima. En el ataque a cima, que normalmente la gente tarda entre 15 y 16 horas, nosotros hemos tardado 7 horas. Hemos hecho muy buenos horarios a pesar de la falta de aclimatación”.
El plural que utiliza el alpinista de Vic se refiere al montañero iraní Azim Ghychisaz, junto con quien decidió compartir estrategia de ascensión al formar parte ambos de la misma expedición comercial que les proveía la logística de campo base y el permiso de ascensión. El alpinista asiático es bien conocido por otros himalayistas de nuestro país, especialmente de Òscar Cadiach, con quien compartió las cumbres del Annapurna y del K2 el año pasado.
Adaptado al estilo de Azim
De hecho, Azim Ghychisaz es un experto en ascensiones realizadas con poco tiempo de campo base, como ya demostró esta misma primavera, cuando logró el primer ochomil de la temporada en el Makalu. Ferran Latorre explicaba en el último post publicado en su blog que “el primer día que hablamos, ya me dijo que él no necesitaba aclimatar demasiado y que con un viaje por allí arriba ya tenía suficiente”. “De hecho, me explicó que cuando escaló el G2 lo hizo en 60 horas, es decir, dos días y medio después de llegar al campo base”, añadía.
Con algunas dudas respecto a su adaptación a un sistema de aclimatación tan rápido, Ferran Latorre aceptó sumarse a la estrategia que él bautizó como NAAS (“No Aclimatation Azim System”). Así pues, a los siete días de haber llegado al campo base, ya pasaba una noche en el C2 (7.100 m), y cuatro días más tarde se lanzaba a por la cumbre del Cho Oyu, que conseguía con éxito. “Estoy contento porque es el primer ochomil que hago en menos de 24 horas desde el campo base”, afirmaba a Esports en Xarxa.
Ferran Latorre y Azim Ghychisal han seguido la estela del americano Adrian Ballinger, el ruso Sergey Baranov y los nepalíes Passang Bhote Sherpa y Namygal Sherpa, quienes conseguían las primeras cumbres de la temporada en el Cho Oyu minutos después del mediodía, hora local.
Noveno ochomil principal
Con el Cho Oyu, Ferran Latorre suma ya nueve ochomiles principales en su particular carrera por completar los 14×8000. En su currículum figuran el Annapurna, Shisha Pangma, Broad Peak, Dhaulagiri, Kagnchenjunga, Manaslu, Gasherbrum 2, Lhotse y ahora Cho Oyu. Además, su primer ochomil fue el Shisha Pangma Central en 1992, que no cuenta para la lista).
Entre sus cuentas pendientes, destacan especialmente los dos ochomiles más altos, el Everest y el K2, que ya ha intentado sin éxito anteriormente. Además, también le quedan el Gasherbrum I y el Nanga Parbat en Pakistán, y el Makalu en Nepal. Aunque todavía no tiene claro sus planes para el año que viene, ya ha comentado que “intentaré hacer dos o tres, pero los picos exactos dependerán de los compañeros con los que vaya”.