Vivian Bruchez es de Chamonix y tiene 29 años. Su nombre es especialmente conocido entre los aficionados al esquí extremo (él prefiere llamarlo steep ski), pues ha protagonizado buena parte de los descensos más innovadores de los Alpes en los últimos años. Es amigo de Kilian Jornet, con quien comparte correrías alpinas y esquiadoras, como el reciente descenso de la arista Peuterey. Además, forma parte del cuarteto que partirá al Everest en un par de semanas para el proyecto Summits of my Life (los otros dos son Jordi Tosas y el realizador Seb Montaz). Allí ejercerá de cámara de altura, un trabajo nada fácil cuando es Kilian el sujeto a filmar.
Aprovechamos que coincidimos con él en Chamonix y, después de guiar a un grupo durante la Arc’teryx Alpine Academy e instruirlos sobre los rudimentos de la técnica de progresión en glaciar, hablamos con él tranquilamente para conocerlo un poco mejor. Le pedimos primero que se presente a sí mismo: «Soy guía de montaña, steep skier y también entrenador de esquí. Empecé a esquiar a los 3 años de edad; a los 4 esquié por primera vez en Les Grands Montets, uno de los lugares más famosos de Chamonix… ese fue el inicio de mi carrera como esquiador. Después de eso, competí mucho en pruebas de esquí alpino de competición, hice pruebas más bien técnicas que de descenso (me gustan el eslálom y el gigante). Dejé de competir a los 19 años de edad, y empecé a escalar porque quería pasar el examen de guía de montaña. Busqué la mezcla entre el esquí y el alpinismo y por eso empecé a esquiar en las grandes montañas«.
«Mi vida es la montaña y ser guía»
Empezaste como esquiador, pero a los 19 dejas las pistas…
Dejé el esquí de competición y empecé a escalar mucho, porque quería convertirme en guía de montaña. Esa es claramente mi vida: la montaña y ser guía de montaña.
¿Por qué deseabas tanto ser guía de montaña?
Para mí, es algo totalmente normal, porque vivo en un lugar famoso como Chamonix y siempre estoy en este entorno, un entorno especial, viviendo en la montaña, tratando de escalar siempre en roca, esquiar en todas partes… No es que quisiera convertirme en eso, era mi pasión. Eso es muy importante para mí. Lo que hago es mi pasión: esquiar, alpinismo y guiar.
Hablemos de tu actividad. Comentas que esquías y haces alpinismo. ¿Qué tipo de actividades llevas a cabo?
Mi actividad específica es el steep ski, que es una mezcla al 50% entre el alpinismo y el esquí. Ese para mí es el mejor equilibrio entre las dos actividades que creo que hago mejor. Steep ski no es sólo tratar de encontrar un lugar muy empinado. No tengo ese enfoque. Me encanta intentar encontrar mi camino, un camino nuevo, e intentar descubrir algo diferente en el esquí. Eso es algo importante para mí. He hecho muchos descensos clásicos de esquí, en Chamonix, o en los Alpes, el Himalaya, o Noruega.
«El steep ski se conocía como esquí extremo, pero no me gusta la palabra ‘extremo'»
Resulta un poco confuso para nosotros el término steep ski. Se situaría en algún punto intermedio entre el esquí extremo y el esquí de montaña?
Creo que lo que yo hago antes se conocía como esquí extremo, pero no me gusta nada la palabra ‘extremo’, porque no tengo la sensación de que lo que hago sea peligroso… Bueno, sí es peligroso, porque el entorno es peligroso, pero no siempre es extremo, no es que en cada giro ponga mi vida en peligro. Pero bueno, las pendientes están entre los 45 y los 55 grados, o sea que es empinado y expuesto, sin duda, pero eso no es lo único en lo que pienso. Es más importante la línea y el recorrido en la montaña.
¿Cuáles son las líneas de las que te sientes más orgulloso?
Creo que este invierno 2016 ha sido un muy buen invierno para mí, porque siempre estuve haciendo nuevos descensos… Hacer un nuevo descenso no es lo único importante, pero buscar un descenso nuevo, tener la idea de ir, planearlo y finalmente llegar a hacerlo, es un largo camino. Este invierno hicimos varios descensos preciosos con Kilian Jornet en el Chardonnet, como la Vire de Lune, que es una de las famosas que hice. Antes que eso, realicé con Kilian un descenso verdaderamente famoso también en el Chardonnet, el espolón Migot. Creo claramente que ese descenso me abre una nueva perspectiva en mi carrera en steep ski. Durante los años 2000, esquié muchísimas líneas clásicas, pero en 2012 hice mi primer primer descenso en el Chardonnet con Kilian Jornet. Y eso me aporta algo nuevo. Kilian me aporta su visión, no sólo de ir rápido sino también de ir ligero. Y eso me ha dado muchísima experiencia de compartir y desde ese punto me metí en algo nuevo: nueva línea, nuevo espíritu, ligero, grandes desniveles…
«La montaña es un gran lugar para la libertad»
Parece que es una actividad bastante creativa…
La montaña es un gran lugar para la libertad, y creo que cada uno puede tener su propia actividad en la montaña, ya sea algo nuevo o algo realmente clásico. Esa es la razón por la que adoro la montaña y por la que soy realmente feliz practicando mi disciplina de steep ski.
Además del steep ski, comentas que el alpinismo forma también parte de tu actividad. ¿Qué tipo de alpinismo practicas?
El alpinismo es una gran parte del steep ski, sin duda, porque estamos en la alta montaña y debes tener grandes habilidades montañeras para hacer steep ski. Para mí, ambas disciplinas trabajan conjuntamente: alpinismo, steep ski… e incluso la escalada; todo va junto. Lo mejor es mezclarlo todo: escalar algo, llegar a algún sitio blanco, esquiarlo, escalar de nuevo, bajar… como los animales. Empiezas en un punto y la cima está ahí, pero ¿cuál es tu camino para llegar hasta arriba? Eso es lo más importante, y además cada día ves algo nuevo y aprendes algo. Y cuando enlazas los dos puntos y llegas a tu objetivo, sientes algo dentro de ti que creo que es la felicidad.
«Creo que conozco una parte de Kilian que no hay mucha gente que conozca»
Haces mucha actividad con Kilian Jornet, ¿cómo os hicisteis amigos?
Conocí a Kilian porque yo trabajo con el realizador Sébastian Montaz como cámara ayudante. Al principio yo era un fan de Kilian y estuve muy contento de tener la oportunidad de conocerle. Aunque al principio sólo trabajábamos juntos, no nos conocíamos muy bien mutuamente. Él hacía muy bien lo que hacía, y yo intentaba hacer lo mío lo mejor posible. Compartimos el descenso del espolón Migot en el Chardonnet, que fue la primera vez que esquiamos juntos. En aquel entonces, Kilian no hacía demasiado steep ski, y creo que desde que lo probó le encantó. A partir de ahí, continuamos yendo juntos a esquiar y a pasarlo bien. Porque compartir un día con Kilian no es sólo ir rápido, rápido, rápido, sino que también es estar juntos: caminar juntos, estar en la montaña, compartir el mismo proyecto, ayudarnos el uno al otro… Creo que conozco una parte de Kilian que no hay mucha gente que conozca. Soy muy afortunado de escalar con él.
¿Quién es Kilian desde tu punto de vista?
Kilian tiene una gran pasión por la montaña y le gusta ir a todas partes… como un animal. Creo de verdad que Kilian quiere correr para divertirse, para ser feliz. Y yo lo conozco así, no desde la vertiente de la competición, porque él nunca habla de eso ni de las competiciones que ha ganado, es una persona verdaderamente humilde.
«Kilian tiene mucho talento, simplemente toca algo y lo aprende»
¿Quién es Kilian? Él tiene mucho talento. Toca algo y lo aprende. No siempre es muy, muy bueno desde el principio, pero con trabajo, con pasión, con tiempo llega a ser el mejor en todo. Incluso en steep ski ahora mismo, es uno de los mejores del mundo, indudablemente, porque puede mezclarlo todo: puede escalar bien, puede ir rápido, puede esquiar muy bien… una gran mezcla para ser muy bueno.
Cambiando de tema, comentabas que habías esquiado también en el Himalaya, ¿cuál es tu experiencia allí?
Estuve en el Himalaya en 2009, en el Tilisho Peak, un pico de 7.100 m que está entre el Dhaulagiri y el Annapurna. Fuimos con un equipo de Chamonix para esquiar esta montaña. Fue una experiencia muy bonita, esquiar a esa altura, aunque no conseguimos alcanzar la cumbre y nos quedamos a unos 150 metros de ella. Teníamos los pies fríos porque no habíamos bebido suficiente y, aunque el tiempo era perfecto, muy claro, tuvimos que darnos la vuelta. No importa, porque esquiamos muy bien.
En el Himalaya, el acceso es muy largo. No es como aquí en Chamonix, donde subes a la Aiguille du Midi y estás arriba del todo y puedes esquiar hacia donde quieras y la dificultad que quieras. En el Himalaya no es lo mismo, necesitas tiempo, necesitas una buena aclimatación y tienes que ser verdaderamente paciente porque no se puede esquiar todos los días y a veces tienes que quedarte en la tienda esperando si el tiempo no es bueno. El Himalaya es muy especial para esquiar.
«El Denali me dio muchísima experiencia en montaña»
Esa fue tu primera experiencia, ¿has vuelto desde entonces?
No al Himalaya, aunque sí hicimos una muy buena expedición a Alaska, al Denali, con Kilian y los otros miembros del equipo, Jordi Tosas y Seb Montaz. El Denali me dio muchísimo en cuanto a experiencia en montaña: llegas en avioneta a un glaciar, sales del aparato, llevas una pulka y ahí está todo lo que tienes para 15 o 20 días en la montaña y el glaciar. Lo que cargas en tu mochila y en tu pulka es tu vida. Cuando regresé de esa expedición en 2014 –no puedo explicarlo muy bien–, sé que algo había cambiado en mi manera de ver la montaña. Ahora prefiero dormir bajo una roca que dormir en el refugio, porque no es la misma aventura… El Denali fue una gran expedición, y es una montaña buenísima para esquiar: grande, con muchos couloirs por todas partes… Una gran experiencia.
Este verano vuelves al Himalaya con Kilian Jornet, Jordi Tosas y Seb Montaz para el proyecto del Everest, ¿cómo vives esta experiencia y cómo entraste a formar parte de este equipo?
Lo vivo como un hombre afortunado. Formo parte de uno de los mejores equipos; son verdaderamente fuertes. Jordi Tosas es un hombre muy famoso, y es muy buena persona y te da muchísima energía; además de ello, tiene un nivel altísimo de alpinismo. Kilian es buenísimo, y Seb es muy fuerte también. Yo formo parte del equipo porque trabajo desde hace tiempo con Kilian en el proyecto Summits of my Life y creo que sentimos una gran confianza el uno en el otro. Es mi amigo. Creo que en una montaña tan grande como esa, es normal querer tener amigos a tu lado. A esta expedición, igual que al principio del proyecto Summits of my Life, voy para filmar la aventura de Kilian, así que soy un ayudante de Seb Montaz. Intentaremos hacer todo lo que podamos para coger algo con la cámara.
«Tienes que conocer bien tus propios límites; yo intentaré hacerlo lo mejor que pueda»
Probablemente serás quien pueda grabar a Kilian lo más alto posible…
Eso intentaré. Mi objetivo no es seguir a Kilian o a Jordi, porque están demasiado fuertes y tienes que conocer bien tus propios límites, porque ellos no tienen los mismos. Yo formo parte del proyecto y estoy muy contento de ir, intentaré hacerlo lo mejor que pueda, trataré de filmar algo y, algo muy importante para mí, intentaré ganar experiencia. Creo que para todo el equipo, incluido Kilian, lo más importante es ganar experiencia a gran altura, porque no sabemos exactamente cómo nos desenvolveremos. No tenemos estrés ni presión por el proyecto; somos seres humanos y ya veremos las condiciones de nieve, el tiempo, nuestras capacidades físicas, todo.
Cuando estés ahí, ¿piensas en la opción de esquiar algo especial allí?
No estoy allí para esquiar. Estoy allí para ayudar a Kilian, para filmar. Tendré mis esquís, por supuesto, pero para aclimatar… Porque es un viaje muy largo. Estaremos allí dos meses y eso es mucho. Y esquiar te hace sonreír, porque te deslizas, no es sólo caminar arriba y abajo. Llevaremos los esquís para disfrutar, pero no tenemos proyectos de esquí.
Comentas que estaréis dos meses, ¿cuáles es la «agenda» de esta aventura?
No lo sabemos todavía exactamente. Sabemos que partiremos el 7 de agosto y regresaremos a finales de septiembre o principios de octubre, dependiendo de la ventana en que podamos intentar escalar. Está todo abierto. Empezamos el 7 de agosto, pero luego ya veremos. Tenemos tiempo.
«Todavía quedan cosas por hacer en los Alpes»
¿Tienes otros proyectos personales, aparte del Everest con Kilian?
Sí, como decía antes, he encontrado mi camino, tratando de esquiar mezclando diferentes disciplinas y he pensado en otros viajes, como a Noruega. Noruega es un lugar verdaderamente bueno para esquiar, acampar, pescar… Un buen lugar para la aventura. Y también tengo muchas ideas en los Alpes, por supuesto. Todavía quedan cosas por hacer en los Alpes. Si mezclas actividades y no estás sólo centrado en grandes couloirs que vayan desde arriba del todo hasta abajo, e intentas enlazar cosas: esquiando un couloir, atravesar la montaña, esquiar otro couloir… no se trata de rapelar, es algo muy diferente. Yo prefiero descubrir la montaña. Tengo muchos proyectos para los Alpes, para los próximos 2, 3, 5, 10 años…