La histórica primera ascensión invernal al Nanga Parbat (8.126 m) protagonizada por Álex Txikon, Ali Sadpara y Simone Moro ha dado como resultado paralelo la ascensión del italiano hasta la primera posición en el ránking del ochomilismo invernal. El de Bérgamo ha sumado de esta manera su cuarta primera ascensión invernal a una montaña de 8.000 metros, algo que sólo él puede acreditar.

Nacido en la ciudad de Bérgamo (Lombardía) en 1967, Simone Moro llevó a cabo su primera gran expedición invernal en 1993, cuando consiguió la cima del Aconcagua en invierno. Desde entonces, ha protagonizado grandes gestas en la estación más fría del año, aunque también ha vivido en sus carnes notables tragedias, como la de 1997, cuando una avalancha barrió la cara sur del Annapurna que intentaba con Anatoli Boukreev y Dimitri Sobolev y él fue el único superviviente.
Su currículum de primeras invernales en los ochomiles se estrenó en 2005, cuando llevó a cabo la del Shisha Pangma en compañía del polaco Piotr Morawski. En 2009, repitió gesta en el Makalu con Denis Urubko, con quien ha formado una exitosa cordada a lo largo de los años. Ambos, acompañados por el estadounidense Cory Richards, firmaron la primera del Gasherbrum II en 2011.
Los otros mejores ochomilistas invernales
El ochomilismo invernal vivió su primera época dorada durante la década de 1980. Entonces era prácticamente monopolio de los alpinistas polacos, quienes firmaron una tras otra las primeras invernales de las siete montañas de más de 8.000 metros que inauguraron esta lista. Fue un tiempo en casi cada año desde 1980 fueron cayendo las ascensiones históricas, y los nombres de sus protagonistas fueron entrando en el imaginario del mundo del alpinismo.
Jerzy Kukuczka (1948-1989) fue el mayor exponente de aquella hornada. Quienes escalaron con él lo definen como un tipo fortísimo, casi imparable en la alta montaña, que facilitaba las cosas a sus compañeros. Suyas fueron las indiscutidas primeras ascensiones del Dhaulagiri (1985), el Kangchenjunga (1986) y el Annapurna (1987), y muchos le cuentan también la primera al Cho Oyu (1985), aunque en aquel caso llegó a la cima en una segunda cordada, tres días más tarde que sus compañeros de expedición Maciej Berbecka y Maciej Pawlikowski. Sólo su prematura muerte en el Lhotse en 1989 evitó que ampliara su leyenda.
Krzysztof Wielicki (1950-) fue el encargado de abrir la cuenta de los ochomiles invernales con la cima del Everest (1980), y se ha mantenido siempre como el gran tótem del ochomilismo invernal. Fue la pieza que demostró que era posible hacerlo, y desde entonces participó en expediciones como alpinista, como líder y como ideólogo, e incluso se ha postulado para dirigir una expedición invernal al K2 el próximo invierno. Además del techo del mundo, también estrenó en cuanto a cimas invernales, las otras dos montañas más altas que se han escalado en la estación más fría del año: el Kangchenjunga (1986) con Kukuczka y el Lhotse (1987) en solitario.
Maciej Berbeka (1954-2013) fue uno de los más jóvenes en las expediciones polacas de los años ochenta. En aquella época firmó las primeras al Manaslu (1984) y Cho Oyu (1985). Haciendo gala de una sorprendente longevidad y de una enorme capacidad de sacrificio, volvió a enrolarse en una nueva expedición invernal en el invierno de 2012-2013, con 58 años de edad, al Broad Peak. En un desenlace trágico, perdió la vida junto a su compañero Tomasz Kowalski durante el descenso tras una cumbre tardía, mientras Adam Bielecki y Artur Malek llegaban al campo base sanos y salvos.
Denis Urubko (1973-) se dio a conocer en las expediciones invernales en la segunda edad de oro de estas ascensiones, como compañero de cordada de Simone Moro. Con el italiano, el alpinista de origen kazajo (y que actualmente tiene la nacionalidad polaca tras contar con la rusa y anteriormente la soviética) ascendió el Makalu (2009) y el Gasherbrum II (2011). También realizó un intento al Nanga Parbat en invierno (2011-2012), pero el atentado terrorista de junio de 2013 en el campo base motivó que decidiera no regresar más a Pakistán y, por tanto, que no acompañara a Simone Moro en las tentativas de 2013-2014 y la definitiva de 2015-2016.
Adam Bielecki (1983-) es el presente y el futuro del ochomilismo polaco invernal y auténtico heredero de los grandes de su país. No había cumplido todavía los 30 cuando su palmarés ya registraba dos primeras a sendos picos de más de 8.000 metros en invierno. En 2012, firmó la primera al Gasherbrum I con Janusz Golab; y en 2013 confirmó su fortaleza y capacidad realizando la primera al Broad Peak… y descendiendo sano y salvo al campo base, algo que no pudieron conseguir dos de sus compañeros: Maciej Berbeka y Tomasz Kowalski.
Invernal o estival, depende del hemisferio…
Parece ser que del 11 al 15 de septiembre de 1953, los argentinos E. Huerta, H. Vasalla y F. A. Godoy consiguen la primera ascensión invernal siguiendo la vía normal.