CERRAR UN CÍRCULO
Òscar Cadiach: “Hay un magnetismo que nos atrae hacia las montañas y nos hace volver”
El pasado mes de julio Òscar Cadiach ascendió el Broad Peak y que cerró la lista de los Catorce. Han sido muchos años, casi setenta expediciones y un sentimiento al terminar este proyecto: «Una alegría inmensa de estar vivo». En esta vídeo-entrevista repasa los momentos clave de su trayectoria.
Oscar Cadiach, marzo 2018
Òscar Cadiach en el Broad Peak. 2016
Òscar Cadiach en el campo base del Broad Peak
A sus 64 años Òscar Cadiach se convirtió, al alcanzar la cima del Broad Peak (27 julio 2017), en el alpinista de más edad en completar la lista de los Catorce ochomiles, que -además- ha conseguido sin oxígeno. Es el quinto alpinista español, tras Juanito Oiarzabal (1999), Alberto Iñurrategi (2002), Edurne Pasabán (2010) y Ferran Latorre (27 mayo 2017) en conseguir la cima de las Catorce cimas más altas. Por dos meses Ferran le arrebató el título de ser el primer catalán en conseguirlos, pero Oscar consiguió ser el primero sin oxígeno.
Òscar ascendió su primer ochomil, el Nanga Parbat, en 1984, hace 33 años. Algunos pensarán que ha sido mucho tiempo (Jerzy Kukuczka tardó ocho años), pero Òscar ha estado más interesado en otros proyectos en el Himalaya que en completar los Catorce. Entre su ascensión al Lhotse (2001) y Manaslu (2011) no ascendió ningún ochomil, y de hecho no se planteó completar los Catorce hasta su regreso de esta última cumbre. En aquel entonces llevaba ocho cimas principales de más de 8.000 metros y elaboró un plan para ascender las seis que le faltaban lo más rápidamente posible. Así, en 2012 consiguió tres cumbres (Annapurna y Dhaulagiri en primavera, y K2 en verano) y en 2013 hizo otras dos (Kangchenjunga y Gasherbrum I), aunque el Broad Peak se le atragantó en sus intentos de 2014, 2015 y 2016.
En el Kanghenjunga (2013) vivió de cerca una gran tragedia pues murieron cinco de los catorce alpinistas que alcanzaron la cima el mismo día que él. Pero dónde vivió las tragedias más cercanas fue en el K2 (2004), con la muerte de su compañero Manel de la Matta en la Magic Line y en el Kangchenjunga (2007) con la desaparición de otro compañero, Iñigo de Pineda.
Oxígeno, motivación, peores momentos, instantes sublimes… Las 67 expediciones en las que Òscar Cadiach se ha embarcado a lo largo de su vida han dejado muchísimos temas que hemos podido repasar con él en esta vídeo-entrevista. “Me puedo considerar afortunado después de tantas expediciones, son muchos años, más de 35”, cuenta.
«Vamos a las montañas en busca de vida, si la experiencia fuera mala no iríamos»
¿Qué sentiste al acabar los Catorce?
Un cúmulo de satisfacciones y sobre todo una alegría inmensa de estar vivo. Ha habido muchos momentos duros relacionados con amigos y compañeros que no han regresado, esto te hace pensar que, en las 67 expediciones que he hecho, te puede ocurrir a ti, por eso estoy feliz de estar hoy aquí.
¿Cuál ha sido el ochomil más difícil?
Es difícil de valorar. El K2 es muy difícil, me quedé muy cerca de la cumbre en 2004. El Broad Peak, que tiene tres puntas y las tres las he conseguido, quizá sea la más complicada cuando lo hice por la vertiente de China. Fue la primera mundial y creo que fue un paso de gigante bastante más comprometido y expuesto que cuando intentas la montaña por la ruta normal.
«Aún hay pendiente un proyecto, escalar el Gyachung Kang»
¿Y cuál ha sido el más fácil?
Ochomil fácil no hay. La gente que ha hecho los Catorce te habla de algunos que tienen fama de ser más fáciles o que les han costado menos. Para mí es así el Cho Oyu, pero para otros no porque lo han tenido que intentar muchas veces.
¿Qué supone acabar la lista?
Cerrar un círculo, pero aún hay pendiente un proyecto, escalar el Gyachung Kang, en la frontera del Tíbet y Nepal, el sietemil más alto del mundo.
¿En qué has cambiado con los años?
La aspiración siempre ha sido la misma, pero llega un momento, con el paso de los años, en el que la constancia y la potencia no es la misma que cuando afrontabas un ochomil por una ruta nueva. Con el paso de los años la vida cambia mucho y los alpinistas se transforman, quizá más por el día a día que por su manera de ser.
¿Qué buscas en las montañas?
Vamos a las montañas en busca de vida, si la experiencia fuera mala no iríamos. Hay un magnetismo que nos atrae hacia las montañas y nos hace que podamos regresar a ellas aún con más motivación.
Escucha la entrevista completa:
En este número: El santo grial de la escalada deportiva: Margalef. Entrevista: Urko Carmona. Sueños de agua inerte: Bielsa y Pinet…