El invierno se acerca y el foco de atención de los aficionados al himalayismo y al alpinismo en general comienza a girarse hacia el K2 (8.611 m), el último ochomil que no ha sido escalado jamás en invierno. Dentro de tres meses viajará hacia allá una potente expedición polaca comandada por Krzysztof Wielicki con el objetivo de cerrar esa estadística.
Sería un buen guiño a la historia que el equipo de Wielicki lograra realizar la primera ascensión invernal al K2, el último ochomil en invierno, habida cuenta especialmente que él fue protagonista de la primera ascensión invernal al Everest, el primer ochomil que se escaló en invierno. Será la tercera ocasión en que el histórico alpinista polaco intenta esta montaña en invierno, después de los inviernos de 1987-88 y 2002-03. Wielicki ha sido la quinta personas en completar los catorce ochomiles y ha realizado la primera invernal de tres ochomiles: Everest, Lhotse y Kangchenjunga.
Esta vez su equipo será íntegramente polaco y bastante nutrido, con una decena de alpinistas entre los que se cuentan las mayores figuras del mundo montañero del país. Un verdadero dream team, con mucha experiencia y un enorme potencial.
Hablamos con Krzysztof Wielicki en el marco del Festival de Montaña de la población de L?dek Zdrój, que precisamente lleva el nombre de Andrzej Zawada, el indiscutible líder histórico de las grandes expediciones invernales polacas de los años ’80. Wielicki nos cuenta algunas de sus impresiones de cara a la gran aventura que están a punto de estrenar.
«Será mi sexta expedición al K2, la tercera en invierno»
¿Qué es para ti el K2?
Una bonita montaña, diría. Esta será mi sexta expedición, pues ya he estado cinco veces en el K2, desde todos sus lados. Sólo lo he escalado una vez, pero con ello quiero decir que he estado allí más de un año… Así que, ¿por qué no? Los polacos comenzamos con el Everest invernal y podemos terminar con el K2.
¿Cómo es el K2 en invierno?
Bueno, yo lo sé porque he estado dos veces: en los años ’80 y en 2002. Desde ambas vertientes, es lo mismo: el mismo invierno, los mismos fuertes vientos, tormentas… no esperamos buen tiempo. Esperamos que va a ser un invierno duro, duro. Pero tenemos que intentarlo, porque si no lo intentas, no asciendes. Y como nuestros amigos europeos no quieren ir –nadie quiere escalar el K2 en invierno– y dicen que ese es un objetivo para los alpinistas polacos… Si ellos lo dicen, que así sea.
Estuvimos pensando sobre ello desde el año pasado, pero no conseguimos encontrar presupuesto. Este año tenemos la suerte de contar con la ayuda del Ministerio de Deportes. Es el tercer intento y espero que sea un éxito. Tenemos que creer en ello. Pero incluso si no tuviéramos éxito, es importante que realicemos el intento. Y todos mis compañeros están muy concentrados y determinados para ir allí.
«En 1987 recibimos una buena lección y sólo llegamos a 7.200 metros»
¿Cómo fueron tus dos intentos anteriores al K2 invernal?
En 1987 fue la primera vez y sirvió para recibir una buena lección, porque no sabíamos nada sobre el invierno en el Karakórum. Teníamos el conocimiento sobre el invierno en el Himalaya de Nepal, pero nadie sabía lo que sucedía en el Karakórum. Y fue una gran sorpresa, porque pensábamos que si habíamos escalado el Everest, el Kangchenjunga, el Lhotse y esos picos, iríamos al Karkórum y sería muy fácil. Pero no es verdad. Esa vez sólo llegamos a 7.200 metros, después de tres meses en el campo base, 85 días. Fue mucho tiempo y apenas hicimos nada: 7.200 m para el K2 es una vergüenza. Pero es que recuerdo que tuvimos entre 65 y 70 días de tormentas.
Descubrimos que el Karkórum son montañas situadas más al norte, con lo que tienen mucha influencia de tiempo siberiano del norte. Y otro problema es con el jet stream. El K2 es la primera montaña grande, así que el jet stream es muy fuerte, porque la primera montaña detiene ese jet stream. Incluso en el Broad Peak, que queda algo escondido, hay mejor tiempo, y por eso Maciej Berbeka escaló aquella vez hasta la Antecima del Broad Peak, en marzo de 1988. No fuimos capaces, pero fue una buena lección para nosotros.
«En 2002, ascendimos un poco más, e hicimos 7.650 metros»
Luego estuvimos pensando, porque nadie lo volvió a intentar durante 15 años. Andrzej Zawada estaba pensando en regresar otra vez al K2, pero murió en el año 2000, justo antes de partir para un reconocimiento. Nosotros decidimos que debíamos seguir su idea y fuimos al K2 otra vez. Debido a que habíamos tenido muchos problemas en el glaciar con los porteadores durante el otoño de 1987 y que yo conocía la cara norte porque escalé en 1996 el K2 por esa vertiente, sabía que no íbamos a tener problemas durante la marcha de aproximación, y eso era muy importante. Así que decidimos sacar el permiso del Chinese Mountain Club y en 2002 partimos hacia la cara norte, a China. Nuestra expedición se encontró con gente de las ex repúblicas soviéticas: Denis Urubko, Vassiliy Pivtsov, Illias Tukhvatullin y Gia Tortladze. Al final, de los cuatro sólo Denis Urubko permaneció con nosotros.
Esa vez ascendimos un poco más, e hicimos 7.650 m. Un poco más que 15 años antes, pero todavía a 1.000 metros de la cumbre. Y el tiempo fue exactamente como 15 años antes. Es decir, el jet stream y todo lo que sucede allí. Después del primer intento, pensamos que podíamos hacer un segundo intento, porque mi experiencia en invernales me dice que hacia el final de la estación el jet stream baja; no sólo en las cotas más altas, a 7.800 m, sino que baja y destruye nuestro campo base. Cada día, se rompían dos o tres tiendas, o teníamos que reconstruir la cocina… Después de una semana de lucha contra el jet stream, decidimos bajar.
«El K2 tiene un clima diferente: menos ventanas, mucho viento, días de tormenta… y es muy alto»
¿Por qué es tan difícil el K2 en invierno?
Por lo que he dicho antes. Porque está muy al norte y tiene un tiempo muy diferente ya que, al ser la primera montaña alta, es la primera a la que afecta el jet stream, que es un viento del noroeste. Ese es el problema. E incluso durante el verano, el K2 tiene un clima especial, que es este clima diferente, creo. Hay menos ventanas, mucho viento, días de tormenta… y es muy alto.
Habéis decidido ir por la vertiente sur, ¿verdad?
Sí, esta vez iremos por el sur. Por el norte, se podría probar, pero las autoridades chinas a veces ponen problemas: pueden cerrar la frontera, rechazar el permiso o algo. En Pakistán, no tendremos este problema. Así que hemos decidido ir por Pakistán, donde tenemos buenas relaciones con agencias, experiencia de las últimas expediciones invernales y no tememos organizar la marcha de aproximación.
¿Qué ruta seguiréis?
No lo sé. Todos seguimos la ruta de nuestros amigos vascos – Tomo Cesen intentó anteriormente esta vía pero los vascos fueron los que la escalaron hasta la cima– o el espolón de los Abruzzos. No lo sé ahora. Se me hace difícil decirlo aquí porque depende de las condiciones de la montaña. Si hay mucho hielo, no estoy seguro de que sigamos la ruta vasca, porque hay un problema con los vivacs, pues es una vertiente con bastante pendiente, aunque es buena porque puedes escalar de forma bastante directa desde el campo base. Mientras que si tienes que escalar el espolón de los Abruzzos, tienes que irte más a la derecha, montar un campamento avanzado y desde allí comenzar con la montaña. A nosotros, la ruta vasca nos parece más rápida… hasta el hombro, claro, porque desde ahí sigue la ruta normal.
«No me da miedo la escalada, pero el descenso puede ser muy, muy peligroso»
¿Cuál es la clave en el K2 invernal?
Para mí, el vivac a 7.800 metros. Es decir, el último vivac será el mayor problema, porque tienes que dormir… bueno, pasar media noche, antes de ir hacia la cumbre, y todavía te quedan al menos 800 metros para escalar y volver en un corto día. Otro problema que habrá es que no puedo imaginarme cómo se puede poner cuerda hasta 7.800 metros. Me parece imposible. Eso significa que la clave puede estar en cómo descender, porque hay dos o tres partes muy inclinadas. En mi opinión, el equipo de cumbre, debería llevar una cuerda ligera para el caso de tener que asegurarse durante el descenso, porque creo que puede ser muy peligroso. No me da miedo la escalada, pues [los alpinistas que vayan a la cima] si tienen fuerzas podrán escalar, pero el descenso puede ser un problema. Y lo sé porque he estado allí y, sin cuerda, esos 800 metros y exhaustos… problemas.
De hecho, ya es peligroso en verano, así que en invierno con todo esa pendiente de hielo…
Exacto. Pero es imposible poner cuerdas a más de 8.000 metros. Nadie lo hará. Creo que deben llevar la cuerda para asegurarse en la bajada, o tenemos que mandar un segundo equipo para ayudarles. Considero la opción de que el primer equipo vaya a la cumbre y el segundo equipo «cuide» de ellos.
Suena a gran expedición, ¿no? ¿El K2 no es una montaña para el estilo alpino?
Sí, es grande… ¿Estilo alpino? Bienvenido. Si alguien quiere intentarlo… A ver, creo que primero tenemos que subirlo en invierno. Si lo logramos, será bienvenida gente para mejorar el estilo, subir en solitario, en pequeños equipos, en estilo alpino… Creo que cualquier estilo está bien para escalar la primera vez. Luego puedes mejorar el estilo.
Consideras que es importante contar con un equipo grande, ¿verdad?
Sí, especialmente porque ya sabes que hemos hecho dos intentos, este es el tercero y no podemos arriesgarnos a ir sólo con dos o tres personas. Porque si vas en ese estilo, sabes que vas a tener un 1% de posibilidades de subir. Si tenemos ese dinero que nos dan del Ministerio de Deportes, no nos podemos arriesgar de esta manera. Decidimos hacer un equipo un poco mayor y dar la oportunidad a todo el mundo, para empezar. Y en segundo lugar, puede ser una buena escuela para alguna gente que no ha escalado en invierno todavía.
«Casi la mitad del equipo ha escalado ya el K2»
¿Cómo es ese equipo?
Mitad es gente más joven y mitad es gente más experimentada. Pero casi la mitad del equipo ha escalado ya el K2, eso era importante para nosotros. Al principio, piensas que todo aquel que quiera escalar el K2 en invierno tiene que haber escalado el K2 antes, pero ha sido imposible encontrar un equipo de esas características. Pero la mitad, sí. Cinco personas han escalado ya el K2, y otros dos han estado muy cerca de la cumbre. Conocen esta montaña y es muy importante conocer la montaña, especialmente en la parte alta. Saben lo que viene y lo que pueden esperar cerca de la cima. Esa es la razón por la que construimos el equipo con gente que ya ha escalado el K2.
¿Era más difícil encontrar buenos alpinistas en tu época o ahora?
Ahora es más difícil. Treinta años atrás, tenías a 40 personas para elegir 10. Ahora no veo más gente que la que llevamos al K2. Menos y menos… No sé cómo van las cosas en Europa, pero en Polonia es un poco difícil. La gente intenta escalar en un estilo diferente al de antes y resulta complicado encontrar a 10 personas para construir el equipo.
¿Quieres escalar la montaña o te limitarás a estar en el campo base dirigiendo la expedición?
Por supuesto que quiero escalar, pero no a la cumbre. Creo que tenemos que dejar a la gente más joven que haga algo. Nosotros ya hicimos mucho.
«Para mí, lo más importante es que todos vuelvan a casa»
¿Cuál es tu principal objetivo en esta expedición?
Para mí, lo más importante es que todos vuelvan a casa. Incluso aunque no alcancemos la cumbre, lo más importante para mí, especialmente tras mi mala experiencia en el Broad Peak de 2013. Lo más importante es que toda la gente tenga la fortuna de volver a casa.
¿Preferirías ser sólo alpinista y no el líder de la expedición?
Esa es una especie de lucha interior que tengo: ser un deportista o ser un líder. Pero no, yo voy como líder de expedición.
¿Cómo es el Himalaya en invierno?
El Himalaya de Nepal tiene mejor tiempo que el Karakórum, porque está situado más al este. El Karakórum está más al oeste, así que los primeros vientos le dan de pleno. Si te fijas en la historia, la gente escaló primero los picos en el Himalaya y después se fueron al Karakórum, porque vieron ya en 1990, con los primeros intentos al Nanga Parbat, que en el Karakórum hay vientos muy fuertes en invierno. Pero lo tenemos que intentar. Es el último ochomil que se mantiene virgen en invierno…
Y los polacos quieren hacerlo…
Sí, quieren hacerlo porque sería bonito, si somos capaces de escalar, la historia de que empezamos en el más alto, el Everest, y podríamos terminar en el segundo, el K2.
Esta es una de las últimas expediciones nacionales…
Ahora no está de moda hacer expediciones nacionales. Pero como nosotros recibimos el dinero del ministerio de deportes, tenemos que seguir la idea de que es una expedición nacional. Si tuviéramos un patrocinio privado, por supuesto que no haríamos una expedición nacional. Haríamos una expedición en la que podríamos invitar a gente de España, Italia, Rusia o cualquier sitio, pero en este caso no lo podíamos hacer de esta manera.
¿Crees que habrá más gente intentando el K2?
Este año, no lo creo. No he oído nada al respecto. Creo que seremos la única expedición. Alguien habló de los rusos, pero no lo creo.
«El problema no es subir sin oxígeno sino hacerlo en invierno»
¿Qué piensas sobre el Everest en invierno sin oxígeno?
No creo que sea un problema subir sin oxígeno. El problema es el invierno y la montaña. Los deportistas actuales no lo usan y, si tienes una buena aclimatación, no lo necesitas.
¿Usaréis oxígeno en el K2?
No. Tendremos, por supuesto, pero sólo para uso médico.
¿Qué piensas del desafío de Álex Txikon en el Everest sin oxígeno?
Si no lo intentas, no subes. Le deseo a Álex que finalmente lo consiga, con un pequeño equipo y por supuesto sin oxígeno. Es posible, especialmente para Álex.
Si vas con sherpas que utilizan oxígeno, ¿eso cambia el estilo?
No importa. Lo importante es que él suba.
¿Tu sueño sería subir al K2 en invierno? Una especie de colofón a tu carrera…
No, no, el alpinismo es una pasión. Puedes escalar la cama. No se trata del punto en que tengas que detenerte. Escalamos siempre. Estamos implicados en la exploración de las montañas del Hunza Norte… hay mucho por hacer. El K2 no es la única montaña. Es un punto importante, pero no el único. Seguiremos escalando.
Pero sería realmente un sueño, escalar el K2…
Pero cuando consigues un sueño ya piensas en el siguiente… Es la historia interminable.
La vedad es que habiendo visto muchos documentales sobre el K2 yo diria que el PRINCIPAL PROBLEMA es que la temperatura. del K2 en invierno suele estat muchas veces ¡¡POR DEBAJO DE LOS 40 GRADOS BAJO CERRO!!. …… ESE ES EL PRINCIPAL PROBLEMS. Espero que consigan subir a la cima pero ¡LAS BAJISIMAS TEMPERATURAS ! son un problemas DEMASIADO GRANDE. E E. Espero que no acabe en trajedia ……..
Respecto al comentario de Montana decir que el Everest sí que ha sido subido en invierno en varias ocasiones. Una creo que fue en Diciembre.
Ya te digo, desnivel podríais aclarar este tema? A principios de año parecía fijo que iba, pero ahora no queda claro. Solo van alpinistas polacos, lo que hace pensar que no va, pero por otra parte, se nacionalizo polaco hace poco…
Va o no va Denís Urubko????
El Everest todavía no se ha subido en invierno, si entendemos que la expedición debe de ser realizada íntegramente dentro del invierno.