Subir y bajar el Everest (8.848 m) del tirón desde el monasterio de Rongbuk, el lugar habitado más cercano a la montaña. Ese es el proyecto que Kilian Jornet tiene entre manos desde hace varios años. El último intento lo hizo el pasado mes de agosto junto a Jordi Tosas, Vivian Bruchez y Seb Montaz, pero volvieron a casa sin la cima porque el mal tiempo les complicó la expedición. Hablamos con él sobre la experiencia.
¿Cómo se desarrolló la expedición?
Fuimos a Nepal primero. Estuvimos en Langtang aclimatando un poco y viendo cómo iba el proyecto con la ONG SOS Himalaya para reconstruir 116 viviendas [afectadas por el terremoto de 2015] y de allí volamos para el Tíbet. Llegamos al campo base, en Rongbuk, hacia el 20 de agosto. Queríamos montar el campamento en el campo base normal pero los yaks no llegaron allí, así que lo hicimos a mitad de camino, a 6.000 metros, y a partir de ahí nos movimos.
¿Cómo aclimatasteis?
Aclimatamos por la cara noreste, algunos días subimos hasta 7.000 metros, otros hasta 7.700… Pero luego cambió la meteorología: empezó a hacer viento y cada día a mediodía entraba el mal tiempo y la nieve. Hicimos un ataque pero enseguida vimos que el peligro de aludes era muy grande y que ir a la cima no era posible. Así que, como solo teníamos margen hasta las doce de la mañana porque luego empeoraba el día, la última semana aprovechamos para hacer otras cimas.
«El Everest no era solo sufrimiento, había mucha parte de juego»
¿Qué actividades hicisteis?
Hicimos un sietemil con esquís Vivian, Seb y yo; otro día me fui al Changtse, un 7.500; otro al Everest hasta 8.000… No podíamos hacer tiradas muy largas porque entraba el mal tiempo y en las partes más altas, salvo que no te salieras de la arista, caían los aludes.
¿Cómo fue la experiencia?
La experiencia de estar allí solos fue una cosa muy bonita. Además, la buscábamos. El Everest es una montaña muy grande y como al final cada uno iba un poco a su aire, un día te podías encontrar a 8.000 metros y sabías que no había nadie más en la montaña. Además, cuando ya estás aclimatado sientes que te puedes mover y correr bien, bajar esquiando… puedes jugar y eso son sensaciones muy agradables.
Estar aclimatado y en forma te permite hacer cosas como en Los Alpes, por ejemplo: hacer dos mil metros en tal sito para llegar a una cima… En nuestro viaje las cosas no eran solo sufrimiento, había mucha parte de juego. También te das cuenta de que la meteorología cambia rápido y, si te pilla una tormenta cerca de los 8.000 metros, hay que estar en forma para ir rápido hacia abajo. Como todas las montañas, cuando hay problemas o tormenta el Everest es más crudo, pero igual que el Mont Blanc o el Cervino. Simplemente hay que ir más preparado y en forma.
«Salí de casa con una bolsa de 23 kilos, que es lo que te dejan las aerolíneas»
Comentas que cada uno ibais a vuestro aire…
Cada uno íbamos a nuestro ritmo y decidíamos los descansos. Escalamos tres o cuatro días juntos y luego cada uno iba a su rollo. Montamos el campo a 6.000 metros y de ahí salíamos cada día, pero luego íbamos a dormir abajo. Fue interesante porque al no pasar noches en altura, estábamos descansados. Si duermes bien puedes hacer tiradas largas y llegar bien. Tardábamos en llegar al campamento dos horas, lo montamos para aclimatar. La idea era bajar a Rongbuk una vez aclimatados para intentar la cima.
Hicisteis algún intento de cima…
Hicimos un intento Seb y yo y nos cogió una tormenta. Luego lo intentamos otro día pero esa segunda vez, a 7.400 metros, nos dimos cuenta de que no se podía y nos bajamos.
La extrema ligereza es una de las características del proyecto, incluso en el equipaje inicial. ¿Qué material llevabas?
Salí de casa con una bolsa de 23 kilos, que es lo que te dejan las aerolíneas, con la mochila, dos piolets ligeros de carbono [fabricados para la ocasión por un amigo que trabaja en la industria naval], unas botas con crampones, zapatillas de correr, un tornillo de hielo, 30 metros de cuerda, un poco de comida liofilizada, una colchoneta y ropa de abrigo. Lo mínimo necesario. Menos dos o tres cosas, lo usamos todo. Hacía bastante calor. Lo bueno de ir en agosto es que en el campo base puedes estar en manga corta y arriba, incluso a 8.000 metros, con un softshell y unas mallas era suficiente.
«La idea es volver el verano que viene»
¿Y qué llevabas concretamente en las salidas que hiciste?
A la montaña íbamos muy ligeros porque, al no dormir ningún día en campos en altura, siempre salíamos con lo necesario para el día: la mochila con un plumas, un pantalón de Gore-Tex, unas manoplas y los piolets y crampones. Una barrita, medio litro de agua… tres o cuatro kilos.
¿Volverás a intentar el Everest?
La idea es volver el verano que viene. Estoy ahora con los permisos. La diferencia es que queremos ir sin agencia y organizarlo nosotros para tener más libertad. Si vamos en verano sabemos que las condiciones quizá no serán las perfectas. El año pasado nos encontramos con mucha nieve, abríamos huella con nieve hasta las rodilla o la cintura… pero el que haga calor y estar solos son dos cosas a las que no queremos renunciar.
¿Tenéis alguna vía en mente?
El año pasado probamos la cara noreste por una ruta que iba a la derecha del corredor de los rusos. Esta es una posibilidad. Si hay muy buenas condiciones, el corredor Hornbein es la posibilidad más directa, la Norton también, aunque hay un serac que no tiene muy buena pinta… todo dependerá de las condiciones. Si son muy buenas, yo creo que en treinta horas se puede hacer, pero todo depende de la cantidad de nieve que haya, porque eso lo cambia todo.
Lecturas relacionadas

Desnivel nº369
En este número: ENTREVISTA Sir Chris Bonington. REENCUENTRO EN EL SERSANK Fowler & Saunders. CRISTAL PURO EN Islandia.…
- Etiquetas: Everest, Kilian Jornet
20 comentarios
y que pesados con lo de los 23 kilos…. Que esta luego esos 2 meses comiendo barritas y durmiendo debajo de una piedra ??. Ese tipo de datos son los que le quitan le credibilidad a la actividad ,que por otro lado el no necesita demostrar.
Pues yo creo que hay una diferencia muy grande entre un corredor – alpinista como kilian y un alpinista rápido como Loretan, Troillet, Kurtika.Steck y esta serie de máquinas. Son dos estilos diferentes de hacer montaña. Es sólo mi opinión. Ánimo a kilian y ojalá lo consiga.
* Goran Kropp
Estoy con Pipiolillo. Aún y siendo que Rongbuk está distante, me parecen muchísimo más interesantes otras ascensiones al Everest. Por poner un ejemplo, la del sueco Böran Kropp. Salió de su casa en bici, llegó, subió y se fué otra vez en bici. Distancia? 12.000 kms. Saludos
Ante todo , por favor no insultar…» Hay gente que no tiene ni puta idea…» Ya se que saldrá de mucho más abajo y con más distancia a recorrer…Pero lo que a mi me interesa es la escalada real de la montaña , no si sale de Katmandú o de Barcelona , ALPINISTICAMENTE la ascensión no va a ser distinta de la del año 86, y repito 30 años después no ha sido superada , ya lo dijo uno que no tenia ni puta idea de alpinismo como Messner , que dijo que esa ascensión equivalía a tres ochomiles
Loretan y troillet tardaron 38 horas en subir, kilian busca hacerlo en 30 horas subir y bajar y haciendo más distancia. Son épocas diferentes, con lo que no es comparable, pero los datos son esos. Ahora está por ver si lo logra. Yo creo que es capaz.
Esta claro que el alpinismo de los años 80 era muy diferente al actual Loretan y Triollet hicieron algo totalmente excepcional para la epoca.En la actualidad actividades como las que propone Kilian tienen un aspecto deportivo excepcional,eso si,el Everest jamas se domesticara como el Mont Blanc y tener «controlada» una montaña tan grande parece practicamente imposible. Si alguien lo puede hacer es el.Animo Kilian.
Hay gente que no tiene ni puta idea de la salvajada que tiene planeado hacer kilian,y todavía siguen pensando que es un simple corredor de montaña…son unos 50km más de lo que hizo loretan y más desnivel en el mismo tiempo. Puta makina
Kilian Jornet deberá recorrer unos 30km antes de llegar al campo base avanzado de la cara norte -Zombie Camp- (a 6.500m de altura) desde el monasterio de Rongbuk
Loretan y Troillet ascendieron en 31 horas en el año 86…Sin los materiales, el conocimiento y las ayudas en cuestión de previsiones metereologicas que hay actualmente , asi que con todos los respetos y reconociendo que sigue siendo una actividad increíble , no se que de tan extraordinario tiene dicha ascensión…