“Si soy capaz de hacerlo querrá decir que estoy vivo y me convertiría en la única persona que ha repetido las 14 cumbres más altas del mundo. No quiero que se interprete como algo espectacular”, cuenta Juanito Oiarzabal. Su proyecto arranca en breve y él insiste en que, aunque ya está todo hecho en montañas de ocho mil metros, él tiene la oportunidad delante y va a por ella. Estas son las cumbres que le esperan: Dhaulagiri (8.167m), Nanga Parbat (8.125m), Broad Peak (8.047m) y Shisha Pangma (8.046m).

El proyecto de los 2x14x8.000 arranca ahora después de un parón de algunos años. ¿Cómo está tu salud?
Este proyecto lo paralicé tras quedarme a 50 metros de desnivel de la cumbre del Manaslu. Fui a diferentes centros hospitalarios, me hicieron pruebas y me dijeron que tenía una válvula con alguna carencia y se me obstruía alguna arteria. Esto hacía que se me produjeran los edemas de pulmón que he sufrido en el Manaslu y en el Shisha Pangma, consecuencia todo ello de la embolia pulmonar que tuve en el Lhotse. He vuelto a hacerme pruebas médicas y me han determinado que ya puedo ir a montañas de ocho mil metros. Estos años he estado en el Aconcagua, por ejemplo, y no he tenido ningún problema.
¿Ya no hay riesgo, entonces?
Me encuentro bien en cuanto a aclimatación, físicamente no es lo de antes, pero lo superaré poco a poco. Andaré con cuidado porque me han dicho que no estoy exento de otro edema de pulmón así que intentaré cuidarme.
«No se trata de repetir porque sí»
Eres el único alpinista que se ha embarcado en repetir los 14 después de haberlos conquistado una vez. ¿Por qué?
No se trata de repetir porque sí. Me planteé el proyecto porque, tras terminar todos los ochomiles en el año 99, empecé a trabajar en el programa de TVE Al filo de lo imposible a las órdenes de Sebastián Álvaro, lo que hizo que repitiera varias montañas. Tras bajar del Kanchenjunga, en aquella segunda ascensión que hice con Edurne Pasabán, me dijeron que los repitiera, y llegó un momento en el que pensé que igual era el momento de hacerlo. Es algo que tengo al alcance de mi mano y que si puedo hacer, haré. No le quiero dar mayor importancia, es cierto que casi todos los que han completado los 14 se han plantado y no han repetido porque, en cierta manera, es un poco absurdo. En mi caso han sido circunstancias especiales: estábamos en un programa, nos pagaban todo, había proyectos acompañando a Edurne Pasaban y eso me hizo empezar a repetir.
De los ochomiles que has repetido, ¿cuáles han sido los más duros?
El Annapurna porque perdimos a un compañero. Es la montaña que más me ha marcado por el fallecimiento de Tolo Calafat, fue un momento muy complicado. El K2 también fue complejo, subí por la ruta vasca y fue una experiencia única, salió todo perfecto: fuimos los primeros en subir en la temporada; pero en la segunda ascensión fue todo muy malo, me tuvieron que amputar los dedos de los pies. Por otro lado, la primera vez que subí el Everest fue por la vía polaca, después en el 2001 subí por la norte sin oxígeno, convirtiéndome en la tercera persona más joven en subir sin él. Los demás ochomiles creo que han sidorelativamente asequibles y cómodos.
¿Cuál es la montaña que más respeto te da de las que te quedan?
El Dhaulagiri, además en España tenemos antecedentes no muy agradables, me refiero al fallecimiento de Juanjo Larra y Pepe Garcés. He visto morir gente y es una montaña complicada, pero si quiero hacer el proyecto la tengo que repetir. En la medida de lo posible iré acompañado de la gente que considere conveniente y que me ayudará.