DESAPARECIDO EN EL K2

Juan Pablo Mohr, vivir por y para las montañas

El himalayista chileno de 33 años había destacado por su fortaleza en los cinco ochomiles que había ascendido sin oxígeno, incluyendo la doble cima Lhotse-Everest en menos de una semana y sin pasar por el CB. Arquitecto de profesión, lideraba un gran proyecto en las montañas de Chile.

El alpinista y escalador chileno Juan Pablo Mohr en el campo base del Dhaulagiri (primavera 2018).
El alpinista y escalador chileno Juan Pablo Mohr en el campo base del Dhaulagiri (primavera 2018).
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Juan Pablo Mohr ha sido uno de los himalayistas más destacados en los últimos años, por su fuerza y capacidad de aclimatación a la altura, que lo han llevado a conseguir notables ascensiones sin usar oxígeno suplementario. Llegó al K2 invernal como compañero de cordada de Sergi Mingote y se encordó luego con Tamara Lunger tras el fallecimiento del alpinista catalán y el abandono de Alex Gavan.

En el intento definitivo a cima de la semana pasada, Juan Pablo Mohr y Tamara Lunger siempre anduvieron por encima del resto de expedicionarios, ascendiendo con rapidez de un campamento de altura al siguiente. El viernes 5 de febrero, la italiana decidió no continuar, mientras el chileno se sumaba al grupo de John Snorri, Ali Sadpara y Sajid Ali para intentar la cumbre. No regresó.

Comprometido con las montañas

Aunque no se dio a conocer internacionalmente hasta 2017, la relación de Juan Pablo Mohr con las montañas en Chile tiene raíces profundas. Comenzó a escalar con 17 años, antes de empezar la carrera de arquitectura, materia en la que se graduó en 2012. Su máxima ambición, que desvelaba en una entrevista mantenida con Desnivel.com durante el trekking de aproximación al CB del K2 invernal, era tratar de “aumentar la cultura de montaña en Chile”.

En ese sentido, trabajaba al frente de la Fundación Deporte Libre, una organización con una función social: “queremos introducir la escalada y otros deportes entre la gente más vulnerable, tratamos de recuperar espacios en desuso y transformarlos en infraestructura deportiva pública y gratuita para que cualquier persona pueda disfrutar del deporte”, decía.

En el marco de la Fundación Deporte Libre, Juan Pablo Mohr también lideraba desde 2020 un proyecto que lo llevó a las montañas más altas de cada una de las dieciséis regiones chilenas. Allí, había comenzado a trabajar con las comunidades locales para inculcarles una visión más montañera, habilitar y facilitar los accesos a dichas montañas y construir un refugio en cada una.

Su huella en cinco ochomiles

Desde su primera experiencia en 2017, Juan Pablo Mohr había ascendido cinco ochomiles sin oxígeno, y en todos dejó huella. Su primer ochomil fue el Annapurna (8.091 m), al que fue con su compatriota Sebastián Rojas. Allí coincidió con las cordadas de Nives Meroi y Romano Benet y de Alberto Zerain y Jonatan García. Los chilenos sobrevivieron a una avalancha, que motivó que todos decidieron cambiar de ruta por una nueva variante más difícil pero menos expuesta que terminó llevándolos a la cima donde los italianos celebraron sus Catorce y Juan Pablo Mohr y Sebastián Rojas la primera ascensión chilena de la montaña.

El año siguiente, en 2018, fue el Dhaulagiri en primavera, aunque las condiciones meteorológicas no le permitieron intentar la cima. En otoño, volvió a Nepal para ir al Manaslu (8.163 m), donde Jonatan García, a quien había conocido en el Annapurna, fue su compañero.

En 2019, sus caminos se cruzaron con Sergi Mingote. Ambos ascendieron sin oxígeno el Lhotse (8.516 m) –el mismo día que lo hacía también Ali Sadpara–, donde en el descenso se esforzaron por rescatar al búlgaro Ivan Tomov (que falleció) y la rusa Anastasia Runova, a la que ayudaron a descender. A pesar del enorme desgaste, Juan Pablo Mohr todavía tuvo fuerzas para subir al Everest (8.848 m) sin pasar por el campo base, sin oxígeno y en menos de una semana. Esta doble cumbre figura como un récord para alguien sin oxígeno artificial.

En otoño de 2019, Juan Pablo Mohr y Sergi Mingote ascendieron de nuevo juntos y sin oxígeno el Dhaulagiri (8.167 m).

El K2 era la primera experiencia de ochomilismo invernalpara Juan Pablo Mohr.

En la conversación que mantuvimos con él en el campo base del K2 invernal, pocos días antes de partir a intentar la cima, nos resumía su filosofía con esta frase: “La montaña es el lugar al que pertenezco y donde me siento más feliz”.

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