Las expediciones invernales en las grandes montañas del Karakórum de los últimos años han vivido demasiados desenlaces trágicos. Sergi Mingote, Atanas Skatov, Ali Sadpara, John Snorri y Juan Pablo Mohr, fallecidos en el K2 de este invierno (así como Alex Goldfarb, que murió en el vecino Pastore Peak), se suman a una lista en la que se han ido inscribiendo nombres como el de Tomek Mackiewicz, Daniele Nardi y Tom Ballard.
Los dos últimos desaparecieron el 24 de febrero de 2019, justo hace hoy dos años, y su recuerdo se mantiene todavía bien vivo. El pasado fin de semana, se puso a la venta la biografía de Daniele Nardi en Italia, con los prestigiosos periódicos Gazzetta dello Sport y Corriere della Sera, y agotó toda su edición.
Es el momento apropiado para rememorar aquellos sucesos de hace dos inviernos en el Nanga Parbat.
El sueño del espolón Mummery
Daniele Nardi regresaba por quinta vez al Nanga Parbat en invierno, después de los intentos de 2013, 2014, 2015 y 2016. Quería volver para intentar la cumbre, pero principalmente para hacerse con la primera ascensión del histórico espolón Mummery, que lleva el nombre del primer montañero de la historia que intentó un ochomil, el Nanga Parbat y por esta ruta en 1895. Lo acompañaba Tom Ballard, una joven promesa del alpinismo británico que ya había demostrado su valía en Alpes y que, además, era el hijo de la malograda Alison Hargreaves. Ambos comenzaron la expedición haciendo equipo con los pakistaníes Karim Hayat y Rahmat Ullah Baig.
Se instalaron en el campo base el 29 de diciembre y en menos de dos semanas ya habían instalado tres campamentos de altura a 4.700 m, 5.200 m y 5.700 m. Era un inicio prometedor de temporada, que se vio truncado de repente por la llegada del mal tiempo. Las nevadas se fueron convirtiendo en el día a día de los expedicionarios y la montaña se fue cargando tan extraordinariamente de nieve que Karim Hayat y Rahmat Ullah Baig decidieron marcharse.
Los elementos destrozaron campamentos de altura y el permiso de ascensión estaba cerca de caducar, pero Daniele Nardi y Tom Ballard no querían para darse por vencidos. Hicieron trámites para extender su permiso y organizaron la llegada de un nuevo contingente de porteadores con provisiones y equipo.
Finalmente, sin embargo, la paciente espera en el campo base parecía tener su recompensa con la llegada de una ventana de buen tiempo, que se abrió el viernes 22 de febrero. Una buena oportunidad para completar la escalada del espolón Mummery (que termina a unos 6.700 m) y quién sabe si alcanzar incluso la cima del Nanga Parbat.
Intento prometedor
Aquel día, las redes sociales de Daniele Nardi informaban que Tom Ballard y él partieron del campo base (4.200 m) con el objetivo de alcanzar el C1 (4.700 m). No obstante, ante las extraordinarias condiciones y su buen estado de forma, decidieron continuar ascendiendo y alcanzar el C2 (5.200 m) ese primer día en la montaña.
El sábado 23 de febrero, siguieron ascendiendo, cargados con material para los campamentos superiores pero llenos también de motivación. Hacia el mediodía, alcanzaban la altura del C3 (a 5.700 m, que tuvieron que volver a instalar ya que había sido arrasado), donde Daniele Nardi se comunicó con su equipo: “Estamos en el campo 3. El día es bueno, hasta hace poco hacía un poco de viento y nubes en altura, pero ahora la situación ha mejorado claramente. Estamos un poco cansados porque hemos tenido que llevar mochilas muy pesadas para montar C3. Ahora empezaremos a excavar para posicionarlo”.
Allí descansaron un rato, pero no se detuvieron, sino que todavía exprimieron más la jornada y lograron montar también el C4, a una altura de unos 6.000 metros.
Última comunicación
Tras pasar la noche en C4, Daniele Nardi y Tom Ballard prosiguieron el domingo 24 de febrero con su aventura. Sus redes sociales, gestionadas por su equipo, informaron: “Daniele nos acaba de comunicar que han llegado a unos 6.300 metros, tal vez incluso algo más. Han subido por un camino diferente del que ascendió con Elisabeth [Revol; en 2013, la francesa y el italiano alcanzaron los 6.450 m en el espolón Mummery]. Ahora descienden al C4. La méteo no es buena, han encontrado niebla, aguanieve y ráfagas de viento”.
Aquella fue la última comunicación realizada por los dos alpinistas. Ocurrió hacia las 19:00 horas del domingo 24 de febrero y su interlocutor fue el cocinero de la expedición, ubicado en el campo base del Diamir, unos 2.000 metros de desnivel más abajo.
Operación de rescate y localización
Las alarmas se dispararon el 27 de febrero, más de dos días después de su último contacto y cuando ya estaba claro que tenían que hallarse en problemas. Hasta entonces, era plausible que se les hubieran agotado las baterías o hubieran estado sin cobertura por radio.
Tras superar una serie de problemas administrativos y meteorológicos, la operación de búsqueda comenzó el 28 de febrero, con dos vuelos en helicóptero en los que participó Ali Sadpara, buen conocedor de la zona. Sin resultados.
El 1 de marzo se puso en marcha una nueva estrategia, que contaría con el equipo de Álex Txikon para localizar a los alpinistas desde el campo base del Nanga Parbat con el uso de un telescopio y drones. El alpinista vizcaíno se hallaba intentando el K2, pero problemas administrativos con los pagos del helicóptero, más obstáculos burocráticos y las malas condiciones meteorológicas no hicieron posible que la ayuda llegar al CB hasta el 4 de marzo.
Para entonces, la alpinista Elisabeth Revol se había integrado al equipo de coordinación de la operación, el jefe de expediciones Agostino Da Polenza ejercía de asesor y contacto con la familia de Daniele, y se había llevado a cabo un exitoso crowdfunding para recaudar el dinero necesario para financiar la operación.
Álex Txikon, Ignacio de Zuloaga, Félix Criado, Josep Sanchis y Rahmat Ullah Baig trabajaron intensamente en el CB del Nanga Parbat y la parte baja de la ruta. Sus esfuerzos dieron sus frutos el 6 de marzo, cuando divisaron las siluetas de los dos alpinistas. Todas las evidencias apuntaban a su fallecimiento y la operación se canceló oficialmente el 9 de marzo. Daniele Nardi y Tom Ballard permenecerían para siempre en el espolón Mummery del Nanga Parbat.