Conversamos con Alberto Iñurrategi, literalmente, en el último momento. A punto de embarcar en el avión, nos habla de lo que significa para él este proyecto para el que ya está, en estos momentos, aclimatando junto a sus compañeros Mikel Zabalza y Juan Vallejo. Los tres comparten la misma forma de entender el alpinismo.
¿Qué significa para ti la travesía que tenéis proyectada del Gasherbrum I y II?
Los tres vamos como hay que ir, motivados, y con una idea más enfocada que el año pasado. La otra vez íbamos con varios planes posibles y esta vez vamos con una idea más definida, pero sin descartar otras posibilidades. Tomaremos la decisión última en función de las condiciones que encontremos de terreno, pero sí tenemos la motivación de poder enlazar las dos puntas de los Gasherbrum.
«Un proyecto muy al límite de nuestras posibilidades»
De los objetivos alpinísticos que habéis intentado ¿en qué nivel de dificultad lo sitúas?
Es uno más; pero, al igual que muchos otros, pensamos que está muy al límite de nuestras posibilidades. Es un objetivo ambicioso que, por una parte, va a requerir un periodo largo de tiempo estable, cosa que no se da todos los años en Pakistán. Por otra parte, nos va a exigir una aclimatación extraordinaria para estar a la altura de las exigencias físicas de la travesía.
¿Qué es lo más difícil de esta travesía? En principio los dos Gasherbrum no tienen fama de difíciles…
Todo depende de la ruta y del estilo. Por las rutas normales, hace años que no se pueden considerar montañas difíciles. Pero cuentan con otras posibilidades, otras rutas, y el estilo está en manos de cada uno. Yo creo que esas variables pueden convertir los Gasherbrum en montañas donde tomar decisiones muy interesantes.
«Es una actividad que exige varios días en la altura»
Esta travesía ya la realizaron Hans Kammerlander y Reinhold Messner, pero vosotros la vais a dar una vuelta de tuerca intentándola por rutas más difíciles.
Sí, creo que ellos lo hicieron siguiendo las rutas normales para ascender. En nuestro caso, la idea es ascender por sitios menos convencionales. Al GI pretendemos ascender por la vía Messner-Habeler y al GII intentaremos subir por la Kukuczka-Kurticka. Yo creo que eso le da más interés y lo convierte en un proyecto un poco más original. Lo otro ya lo hicieron y, además, hace muchos años.
Tiene que ser muy duro volver al Gasherbrum II, donde falleció tu hermano…
Será una experiencia con un punto emotivo especial, pero tampoco es la primera vez que voy a estar ahí desde el 2000. Ya sé lo que es volver al mismo lugar. Estuve al año siguiente, estuve en 2004 cuando escalamos el G3; estuve el año pasado en el intento de este mismo objetivo… este año vuelvo por cuarta vez. Es una forma de mantener ese contacto y ese sentimiento vivo.
¿El alpinismo que más te atrae últimamente es el de las travesías?
No es que me atraiga más que otras actividades que no sean travesías. En este caso, el año pasado, había una travesía entre las alternativas que barajábamos. Viendo la montaña de cerca, pensamos que era la posibilidad que más nos motivaba de todas las que teníamos.
¿Qué puede ser lo más complicado de esta?
Tenemos que dar con un periodo lo suficientemente largo y estable, y tener el suficiente acierto para administrar los días de estabilidad en la parte alta. Luego, que nuestra salud nos acompañe con una buena aclimatación… Todo ello partiendo de la base de que es una actividad que exige varios días en la altura.
«Me sigue sorprendiendo más el horario que hicieron Erhard Loretan y Jean Troillet en el Everest en 1986 que la actividad de Kilian»
¿Qué opinas de las ascensiones de Kilian Jornet en el Everest?
Lo he vivido con interés y con cierto grado de sorpresa. El hecho de saber que en pocas semanas subió el Cho Oyu (no sé si alcanzó cima, pero me da igual), a los pocos días volvió a subir a 8.400 para aclimatar en el Everest, y en seis días volvió a subir dos veces a la cumbre… Independientemente de los tiempos que hiciera, eso ya demuestra una capacidad impresionante.
La noticia está de actualidad, aunque es verdad que es algo que ya hicieron Hans Kammerlander en 1996 y Cristian Stangl en 2006. En ese sentido, tampoco me parece algo tan sorprendente en comparación con lo que ya se había hecho hace veintitantos años. A mí me llamaron más la atención los horarios que estaba haciendo Ueli Steck en la norte del Eiger o del Cervino que el horario que ha hecho Kilian en el Everest… Si hablamos de esta montaña concreta, me sigue sorprendiendo más el horario que hicieron Erhard Loretan y Jean Troillet en 1986 por la norte, subiendo por el corredor Hornbein, que lo que ha hecho Kilian por la ruta normal. Pienso que el valor alpinístico no es comparable.
Sí me parece un hito importante, y el boom mediático que está teniendo la expedición de Kilian junto con las aportaciones de Ueli Steck está marcando una evolución dentro del alpinismo que, seguramente, irá por ahí: el conjugar la velocidad, la capacidad física y la técnica. Se harán ascensiones alpinas con esas conjugación.