El Gobierno de Nepal quiere limpiar el Everest y para ello ha lanzado una campaña que cuenta con la colaboración de los sherpas. Veinte de ellos liderados por Namgyal –quien ha subido cinco veces al techo del mundo- formarán una ambiciosa expedición de limpieza que operará durante 40 días (del 25 de abril al 4 de junio). El Everest ha vivido otras expediciones de limpieza en el pasado, pero la novedad de esta es que pretende realizar su misión en la zona de la muerte, más allá de la línea de los 8.000 metros. Es difícil calcular la cantidad de residuos que hay en la parte alta de la montaña, después de más de medio siglo de expediciones alpinísticas. La expedición tiene previsto descender de la montaña dos toneladas de basura, incluyendo botellas de oxígeno vacías, envoltorios de alimentos, restos de ropa y tiendas y antiguas cuerdas. Los sherpas harán varias subidas y bajadas a la zona de la muerte, e irán acumulando la carga en el Campo Base (5.300 m), para evacuarla de allí al finalizar la expedición. Además, el equipo también se plantea descender algunos de los cerca de 300 cadáveres que se calcula que hay más allá de los 8.000 metros en el Everest, especialmente los situados en un estrecho paso entre el Collado Sur y la cima. Al tratarse de un tema delicado, que tiene que contar con la conformidad de las respectivas familias, de momento sólo está confirmada la operación de descenso del cuerpo de un alpinista suizo muerto en una expedición de 2008.
Consecuencias de la masificación
La acumulación de basura en el Everest es una clara consecuencia de la masificación que ha experimentado esta montaña en las dos últimas décadas. Actualmente, unas mil personas solicitan permiso anualmente para ascender la montaña, y alrededor de 500 culminan con éxito la escalada. Así pues, la cumbre se ha convertido en uno de los principales reclamos turísticos de Nepal, y las autoridades del país tienen intención de preservarlo, en la medida de lo posible. Además, la expedición quiere expandir “el mensaje al mundo sobre el impacto del cambio climático en la región desde la cima del Everest y promover el Año del Turismo en Nepal 2011”, según rezan sus propios objetivos. El proyecto, totalmente voluntario y sin ánimo de lucro tiene un presupuesto de 200.000 dólares, financiado por el Gobierno de Nepal, el Nepal Investment Bank, el operador suizo Kuoni y aportaciones particulares. Tiene entre sus filas al bilbaino Pablo Chertudi, socio de Namgyal en la nueva empresa Feeling Nepal, especializada en viajes montañeros al Himalaya. Fuentes: Extreme Everest Expedition, Feeling Nepal