Nueva fiebre cimera en el Everest, una vez que desde su vertiente sur también se ha abierto la veda. Y como casi todos los años en el techo del mundo, récords varios: el más viejo (70 añitos), el primer diabético (Iosu Feijoo).
No todo son alegrías; Tomas Olsson, uno de los dos esquiadores que planeaban descender el Corredor Norton desaparecía dos horas después de iniciar el descenso desde la cima. Le saltó el anclaje de un rápel obligado, con el que ambos trataban de superar un resalte rocoso, imposible de resolver esquiando.
Mientras, Simone Moro cambia (una vez más) sus planes iniciales en el Lhotse (ha preferido sumar otro Everest), el italiano Silvio Mondinelli pone el turbo hacia esta cima, apenas unos días después de coronar el Shisha. También suma su compatriota Nives Meori con el Dhaula, y ya van ocho ochomiles, los mismos que acumula Edurne Pasaban.
Con 70 al Everest
Definitivamente, la cima del Everest ya no sabe de edades. Los ascensioncitas sexagenarios de años anteriores parecen ya jovencitos al lado del japonés Takao Arayama, que ha acaba de romper la barrera de los setenta, y es desde el pasado miércoles 17 de mayo, la persona de mayor edad en pisar la cumbre, según ha confirmado la agencia de noticias Kyodo. Y es que no es el primero, precisamente. Arayama ha rebajado en tan sólo tres días la edad de su predecesor, su compatriota Yuichiro Miura, quien coronó en mayo de 2003.
La primera sorprendida, su esposa. «No creí que lo lograría», declaró Keiko desde su residencia en Kamakura, cerca de Tokio. Y es que Arayama, de profesión asesor de empresas, comenzó a los 40 años a escalar montañas, y desde entonces alguna cumbre relevante ha caído, aparte de este Everest, como el frío McKinley. El estilo de ascensión, seguramente, no lo sea tanto. Por cierto, que su «contrincante» Miura, parece haber puesto fecha públicamente a la revancha; ha declarado que volverá a intentarlo en 2008, cuando tenga 75 años.
Cima diabética
La última cima nacional de la temporada en el Everest llegaba ayer mismo (18 de mayo), cuando el alpinista vasco Iosu Feijoo coronaba también por la cara norte. Además, el propio Iosu, que ascendió junto al piloto Javier Martín, asegura en su comunicado que es el primer diabético en coronar el techo del mundo, así como el primer vasco que hila los tres polos terrestres (Polo Norte abril 2002, Polo Sur enero 2003, y el Tercer Polo Geográfico mayo 2006).
Sus compañeros dentro de la expedición NEC Everest 2006, Willy Bañales y Jon Goikoetxea, esperan seguir ahora sus pasos hasta la cima, y sin oxígeno, recién llegados del Shisha Pangma, donde una doble ascensión le ha reportado la aclimatación suficiente.
Olsson desaparece

Continuaron hacia abajo, y tras superar un campo de nieve encontraron un resalte rocoso de unos 45 metros, imposible de superar con esquís. Decidieron montar un rapel, pero al no tener alclajes para ropa, hicieron una reunión en nieve, aunque según Granheim, no demasiado dura. Olsson fue el primero en rapelar (con las tablas puestas), cuando la reunión cedió.
Su compañero, que asegura no haber visto el momento exacto de la caída a causa de la niebla, decidió destrepar el muro, y una vez abajo, no pudo encontrar a Tomas (deduciendo que quedaría inconsciente tras la caída), y sí un rastro de su material desperdigado 600 metros hacia abajo. Entonces, decidió que no tenía sentido completar el descenso íntegro de la montaña, así que esquió todo el Corredor Norton, realizando una posterior travesía, siempre sin quitarse las tablas, hasta el collado norte. Al parecer, un helicóptero sobrevolará la cara norte del Everest, en busca del cuerpo de Olsson.
Mondinelli, como una moto

Ese exceso de nieve es, precisamente, lo que ha echado para atrás a Simone Moro. El corredor escogido para su intento aperturista en el Lhostse estaba tan cargado, que el italiano ha decidido seguir hasta el collado Sur, desde donde hoy intentará subir al Everest sin oxígeno.
Nives Meroi, octavo ochomil

Tras descender por la vía normal y con el octavo ochomil en la mochila, Nives, Romano y Luca Vuerich volarán en helicóptero hasta el campo base del Annapurna, siguiente objetivo de la expedición italiana.