El Ama Dablam (6.812 m) es uno de los picos más estéticos del mundo. Situado en la región del Khumbu, en el Himalaya de Nepal, su figura es muy reconocible. Su ruta normal es también muy frecuentada por numerosos aficionados a las montañas, ya que es una de las que más y mejor comercializan las agencias que organizan trekkings y ascensiones al país asiático. Sin ir más lejos, Carlos Soria la ascendió este mismo otoño.
Pero a pesar de ello, todavía quedan retos innovadores por afrontar, incluso en una montaña tan concurrida como esta. En el campo base coincidieron con Carlos Soria cuatro alpinistas franceses, Fanny Schmutz, Damien Tomasi, Fleur Fouque y Sébastien Rougegré, que realizaron la primera ascensión en estilo alpino del Espolón Lagunak (TD+, IV+/V, 5) en la cara sur del Ama Dablam.
La ruta en cuestión tiene una relación muy directa con el alpinismo de nuestro país. No en vano el guipuzcoano Martín Zabaleta formó parte de la expedición que realizó la apertura en noviembre de 1985, junto a los estadounidenses Hooman Aprin y Randy Harrington. En aquel momento, fijaron entre 700 y 800 metros de cuerda. La línea fue repetida en 1992 y en 2000 por sendos equipos estadounidense y canadiense, siempre en estilo expedición.
El Espolón Lagunak había tenido varias tentativas en estilo alpino. En el año 2000 el canadiense Barry Blanchard realizó un primer ataque junto con su mujer en estilo alpino, pero renunciaron a una altura de 6.100 metros. En 2005, los eslovenos Tomasz Jakofcic y Tina di Batista superaron esa altura, pero el mal tiempo los obligó a retroceder cuando estaban a 6.500 m.
La expedición francesa
La expedición formada por los franceses Fanny Schmutz, Damien Tomasi, Fleur Fouque y Sébastien Rougegré llegó este otoño al Ama Dablam con la intención abierta de ascender una ruta diferente de la normal y terminaron eligiendo completar esa tarea pendiente. Fanny Schmutz nos lo cuenta:
A pesar de las condiciones secas de este año en las paredes de Nepal, el Espolón Lagunak parece en buenas condiciones cuando lo vimos por primera vez a principios de octubre. Después de 15 días de aclimatación, en que nos tomamos el tiempo de observar la pared y los pasos potencialmente delicados, se anuncia una ventana de buen tiempo. Así pues, nos decidimos a intentar la ascensión.
Se necesita una jornada de marcha para alcanzar el pie de la arista a 5.600 metros, donde instalamos la tienda para dormir.
La mañana siguiente comenzamos a escalar en plena noche. Entre 5.600 m y 6.000 m, las dificultades son principalmente de roca, con algunos pasos de 5 sobre una roca magnífica. Por encima, un largo de hielo de grado 5 sobre setas de nieve nos conduce hasta la arista de nieve de media pared.
Elegimos instalar nuestro primer vivac a 6.200 metros al pie de la barrera de mixto. Por la mañana, después de una noche poco relajante, esperamos a los primeros rayos de sol para empezar a escalar. Dos largos de mixto (M4) dan acceso a un largo couloir de nieve flanqueado de setas de nieve. A 6.500 metros, la rampa de salida conduce en dos largos (de nuevo grado 5 de hielo) a la ruta normal, con la que se enlaza a 6.600 m. Llegados al anochecer, vivaqueamos allí.
La mañana siguiente, quedan 250 metros de pendiente de nieve a 50º para alcanzar la cima. El viento se intensifica y las temperaturas caen considerablemente. Sin embargo, tendremos la posibilidad de protegernos del viento en la cima y podremos aprovechar durante una media hora escasa el excepcional panorama que se nos ofrece… Descendemos enseguida por la ruta normal del Ama Dablam, llena de cuerdas fijas y reuniones dudosas.