EXPLORANDO

El Shisha Pangma de Carlos Soria

De vuelta ya de la montaña tibetana, el veterano alpinista abulense nos cuenta los detalles de su ascensión a la cima central de este lejano ochomil.

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Llegando al Campo 1, en la cara norte del Shisha Pangma. Foto: Carlos Soria
Llegando al Campo 1, en la cara norte del Shisha Pangma. Foto: Carlos Soria

El montañero abulense ya está en casa, desde el Tíbet, después de haber ascendido a la cima central del Shisha Pangma. No pudo llegar a la cima principal, debido a que las condiciones de la nieve volvían muy peligrosa la travesía entre ambas cimas.

Pero Carlos Soria asegura que no le importa «porque para mí ha sido definitivo poder subir a una montaña grande, después del año de lesiones que he pasado». Carlos, a sus 66 primaveras, ya prepara una nueva expedición al Broad Peak para el verano que viene, y planea una incursión en invierno a las cascadas del área de Boulder, en Colorado.

En esta entrevista nos cuenta los detalles de su ascensión, y su opinión sobre una montaña que le ha parecido «fácil, aunque pesadísima de ascender».

¿Cuéntanos cómo fue tu ascensión al Shisha?
Bueno, pues formé un grupo con el colombiano Camilo López y Juan Llopis, que es riojano, y ascendimos los tres juntos, compartiendo mis tiendas, e hicimos cima el mismo día. Nos ayudó el serpa Muttu. La verdad es que fue una experiencia bonita, tanto que Camilo, que vive en Boulder, me ha invitado a que vaya allí a escalar en hielo en enero.

Y en cuanto la ascensión en sí del Shisha la verdad es que es un poco «rollete» al principio porque para llegar al campo 1 tienes que cruzar una morrena durante casi tres horas en un sube y baja en el que no ganas casi ni un metro de altitud.

Es una zona dura, de llanos y cuestas interminables, así hasta llegar al campo 3 donde hay una pendiente muy bonita y desde el campo último hasta la cima, donde la pendiente también es muy atractiva. Yo, claro, quería haber hecho la cumbre principal, pero la verdad es que la arista que une ambas estaba muy, muy peligrosa.

Allí estaba también un grupo de italianos entre los cuales estaba Silvio Mondinelli, pero a él tampoco le fue posible ascender a la principal, aunque lo intentó.

Y comparado con respecto a los otros ochomiles que has hecho, ¿cómo has visto el Shisha?
Es un ochomil sencillo. Es una ascensión, además, pesada, como te he dicho, y no está mal para llevar esquís, lo que pasa es que también es cierto que desde el campo 1 para abajo había muchísimo hielo y a mí no me compensaba el llevarlos.

Aunque creo que es más fácil el Cho Oyu, por ejemplo, porque no se hace tan pesado, al no haber tanto llanos al principio.

¿Cómo ha sido la experiencia para ti?
Admirable. Yo iba en muy malas condiciones físicas, en verano estuve en Colombia y creía que allí iba a mejorar de mis problemas físicos y lo cierto es que no me encontré mucho mejor.

Tenía un pinzamiento en la espalda del que mejoré un poco antes de venir, montando en bicicleta, pero la verdad es que a la hora de caminar me molestaba muchísimo cuando caminaba en llano, más que cuando caminaba montaña arriba, es curioso.

Por otro lado, a la vuelta de Colombia me surgió un problema de oído que me provocaba pérdidas de equilibrio, aunque fui a un otorrino y pude solucionarlo.

Carlos Soria, en el centro, con Juan Llopis a su derecha, y Camilo López a su izquierda.- Foto: Carlos Soria
Carlos Soria, en el centro, con Juan Llopis a su derecha, y Camilo López a su izquierda. Foto: Carlos Soria

Un problema inesperado también fue el problema de la soledad ¿no?, al volverse a casa tu compañero, Ángel Sánchez.
Sí, sin duda. Ahí me llevé un golpe fuerte. Cuando me dijo que se iba no me lo creía. Le dije «pero Ángel, piénsatelo con tranquilidad, durante la noche». Y al día siguiente, le digo «vamos mañana hasta el campo 1» y me dice «no, si no estoy mal, estoy bien, aunque tengo el cuerpo un poco revuelto, no sé…» El caso es que no quiso venir.

Y cuando ya bajaba yo me dijo que había ido hasta el depósito y que creía que se marchaba, aunque se lo pensaría. Pero a la hora de la cena dijo «Mañana me voy». Y la verdad es que sí, que fue un golpe, porque además cuando recibí su llamada para decirme que se había enterado de que yo venía al Shisha y de que se venía conmigo me alegré porque Toti es un tío divertido, pero así son las cosas…

La experiencia habrá sido dura, porque no es el primer ochomil en el que te ves solo…
Bueno, como luego en seguida conocí a Camilo López y a Juan Llopis, pues no lo hice solo, aunque claro, no era lo que yo había previsto, que era hacerlo con la persona con la que lo había empezado.

¿Y cuáles son tus próximos proyectos?
Bueno, pues ahora tengo en mente mi viaje a Boulder en invierno a escalar en hielo y luego, más tarde, en verano, me quiero ir otra vez a mi querido Broad Peak que tantas veces he intentado, a ver si este año lo consigo. Estoy animado de nuevo.


 

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