Semanas atrás, el blogger alemán Stefan Nestler acuñaba el término helidoping para definir la ayuda externa creciente que las expediciones a los ochomiles están recibiendo por vía aérea. Unas prácticas apenas intuidas hace pocos años y que empiezan a generalizarse en el Himalaya. Básicamente, consiste en usar helicópteros no solo para rescates y evacuaciones, o para viajar con rapidez hasta el campo base, sino para transportar material y personas a los campamentos de altura.

Sorprendente Annapurna
La situación se viene dibujando desde hace años. Inicialmente fue una anécdota, algunos casos aislados. Posteriormente, se comenzó a debatir como posibilidad para facilitar la instalación del campo 2 del Everest –un CBA con todas las de la ley– con mayor seguridad para los sherpas, que se juegan la vida cada vez que transitan por la Cascada de Hielo del Khumbu. Y finalmente ha llegado la situación del Annapurna 2021.
No puede decirse que haya sido una situación totalmente inesperada, pero lo cierto es que las muestras de sorpresa, e incluso de clara animadversión, han corrido como la pólvora. Para aquellos que no hubieran tenido la ocasión de seguir la actualidad, el mes pasado se batieron todos los récords de ascensiones en el Annapurna, uno de los ochomiles menos ascendidos.
La cosa no pasaría de un dato estadístico más, si no fuera por las circunstancias. Y es que el mayor número de personas de la historia en lanzar un intento a cima se vio sorprendido por las condiciones del terreno a más de 7.400 metros. El hielo duro había sustituido la nieve prevista. No era seguro progresar sin cuerdas fijas… y no llevaban cuerdas para equipar aquel largo tramo.
En ese contexto, la consecuencia habitual hubiera consistido en cancelar el intento, descender al campo base a descansar durante unos días, mientras el equipo de sherpas responsables de equipar la ruta se ponían manos a la obra con el duro de trabajo de cargar cuerdas montaña arriba.
Sin embargo, las cosas no transcurrieron de ese modo. Las potentes agencias organizadoras movilizaron con rapidez el servicio de los helicópteros. Los expedicionarios tuvieron que esperar un día más de lo previsto en los campamentos de altura. Durante ese día, centenares de metros de cuerda llegaron desde el CB hasta el C3 y de allí por tierra hasta el C4. El mismo trayecto que realizaron docenas de botellas de oxígeno, para suplir la jornada extra en altura de los expedicionarios.
Doblete de ochomiles
Tras descender de nuevo al campo base, muchos de quienes alcanzaron la cumbre del Annapurna ocuparon su plaza en un helicóptero que los llevaría directamente al CB del Everest o del Dhaulagiri, para un particular doblete primaveral de ochomiles. Se sospecha que alguno incluso solicitó una evacuación desde el mismo C3 del Annapurna para evitarse el resto del descenso e ir más descansado a otra montaña.
El caso del Everest
Una vez con los focos puestos en el Everest, los helicópteros siguen jugando su papel. Más allá de las personas evacuadas en los últimos días del campo base por coronavirus, los aparatos han batido sus hélices con fruición por encima de la Cascada de Hielo del Khumbu. Según los testigos, ha habido un sinfín de viajes entre el CB y el C2.
Según han informado las agencias organizadoras, las cuerdas destinadas a equipar la parte alta de la ruta fueron trasladadas en helicóptero hasta ese C2. Ayer mismo, partió del CB el equipo de doce sherpas encargados de dicho trabajo, con una mochila ligera como única carga.
Paralelamente, también se ha informado del servicio de heli-taxi que algunos expedicionarios están usando para ahorrarse la Cascada de Hielo del Khumbu e iniciar su ascensión directamente en el campo 2.
Dudas sobre el estilo
Todo ello invita a reflexionar sobre el estilo de estas ascensiones, cuyas cuerdas fijas han sido transportadas en helicóptero y cuyos protagonistas puede que hayan empezado la ascensión con los primeros mil metros en la mochila. Hubo una época en que ser evacuado en helicóptero desde un campamento de altura comprometía la pureza de la ascensión…
Están matando la gallina de los huevos de oro. Yo no iría a unas montañas donde la gente sube en helicóptero. Lamentable espectáculo