La llegada unas semanas atrás de las noticias sobre las primeras cimas del Everest por la vertiente nepalí en tres años fueron acompañadas por una observación –quizás anecdótica pero que no deja de ser relevante– acerca del Escalón Hillary. El último obstáculo de la ruta normal de la cara sur y un punto icónico en el itinerario era más fácil este año de lo que se recordaba en anteriores ocasiones.
A partir de los testimonios que llegaban de la montaña, se concluyó que el terremoto que asoló Nepal y la región del Himalaya en 2015 había provocado el colapso del Escalón Hillary, desprendiendo varios enormes bloques de roca de su posición. Ese cambio dejaba, de hecho, un camino más asequible y expedito hacia la cima. El alpinista mexicano David Liaño, que el 12 de mayo alcanzaba la cima del Everest por sexta vez, lo exponía gráficamente en su página de Facebook, con sendas fotos del Escalón Hillary en 2013 y en 2016.
Sin embargo, unos días más tarde, otros observadores indicaban que quizás no era esa la razón de que el paso fuera más sencillo este año que en años precedentes. Estas fuentes, entre las que figuran expertos sherpas como Mingma, coincidían en la opinión de que el Escalón Hillary era más fácil este año, aunque lo explicaban más bien a causa de una mayor acumulación de nieve en ese punto en comparación con otros años. De este modo, la zona del Escalón Hillary se presentaba en 2016 como una rampa de nieve, mientras que otros años era efectivamente un escalón rocoso.
Un punto clave de la ruta
En cualquier caso, el Escalón Hillary es una referencia a nivel histórico y alpinístico en el Everest. Se encuentra situado a unos 8.790 metros de altura, entre la conocida como Cima Sur y la cima principal. El propio Edmund Hillary, de quien tomó su nombre ese resalte rocoso, hablaba de esta forma en una entrevista concedida a Desnivel en 1992: «Sabíamos que este Escalón estaba allí, porque se podía ver desde lejos. También sabíamos que podía representar un problema. Cuando alcanzamos la base del Escalón aquello parecía muy vertical, y nos encontrábamos un poco cansados en aquel momento. Pero teníamos que superarlo para llegar a la cima. De pronto me di cuenta que en el lado derecho había una cornisa hielo, y que entre ella y la roca había una especie de fisura. Decidí intentarlo por ella, con los crampones sobre el hielo y las manos en la roca. Lo fui superando así, un poco asustado, pues de romperse la cornisa caería por la vertiente del Kangchung. Al superar el Escalón fue cuando, por primera vez, estuve totalmente seguro de que alcanzaríamos la cima»
Actualmente, el Escalón Hillary se equipa completamente con cuerdas fijas, pero su configuración natural lo convierte a menudo en un cuello de botella para las expediciones comerciales. Se trata, pues, de un punto peligroso en el que existe el riesgo de largas esperas que comprometan la integridad de los alpinistas, que pueden sufrir congelaciones. Por esta razón, en 2014 se especuló con la posibilidad de que los sherpas instalaran allí escaleras que facilitasen el tránsito a quienes pretenden hacer cima, evitando las aglomeraciones.
L’acumulació de neu «diferent» també pot ser gràcies al terratremol. Pot ser pel mateix.