La expansión mundial del coronavirus COVID-19, la cantidad de personas infectadas y fallecidas, y la plaga de cancelaciones de eventos que ha traído consigo amenaza la temporada de expediciones pre-monzónica en el Himalaya. En un completo artículo, The Himalayan Times informa de las primeras cancelaciones que han recibido las agencias que operan expediciones al Everest, de alpinistas procedentes de China e Italia.
Pero las derivadas son múltiples, desde las escasas medidas de control y contención que aplica el gobierno de Nepal hasta la intensa afectación que sufre China, pasando por la mala relación de las aseguradoras internacionales con Nepal. A continuación las repasamos.
El Tibet podría cerrar
No existe ninguna comunicación oficial de las autoridades chinas acerca de la temporada de expediciones en los ochomiles del Tibet (Shisha Pangma, Cho Oyu y cara norte del Everest). Sí ha trascendido que ha sido rechazada una solicitud de permiso de ascensión del Cho Oyu por una ruta diferente de la normal, esgrimiendo motivos de seguridad.
No obstante, se han disparado las especulaciones sobre un posible cierre de todas las montañas del Tibet esta primavera. De hecho, la medida no sería excepcional, puesto que las autoridades chinas lo han hecho repetidamente y con motivos variados, aunque básicamente de trasfondo político.
El hecho de que el COVID-19 se originara en China y desde allí se transmitiese al resto del mundo y que el país asiático sea el más afectado con diferencia, no ayuda al optimismo. Como tampoco son alentadoras las noticias de cancelaciones masivas de eventos deportivos en China en las últimas semanas.
China como cliente
La reflexión sobre el origen del COVID-19 y su afectación en China tiene también implicaciones en Nepal. No solo para las agencias nepalíes que organizan ascensiones al Everest por la vertiente norte o al Cho Oyu, sino también por los clientes de origen chino que eligen la vertiente nepalí para intentar el Everest. Se calcula que el año pasado fueron una de las nacionalidades más numerosas y representaron la sexta parte del total.
Otros países asiáticos como Japón o Corea del Sur también suelen estar entre los más representados en el campo base del Everest e, igualmente, son algunos de los más afectados por el coronavirus. Del mismo modo, las agencias nepalíes piensan que difícilmente tendrán este año clientes de Italia o Irán, entre otros.
Escasas medidas de contención
Nepal es un país pobre y la eficiencia de su gobierno no es ejemplar ni mucho menos. The Himalayan Times critica estos días con dureza la falta de medidas para monitorizar y contener el coronavirus en el país. Una situación que podría pesar en algunos alpinistas, que valoren que el riesgo de infección es allí superior que en sus propios países, especialmente en un campo base de un ochomil, donde es difícilmente evitable el contacto con personas de muy diferentes orígenes.
En este sentido se expresa el propietario de Seven Summit Treks, Mingma Sherpa, en declaraciones a The Himalayan Times: “muchos miembros de nuestra expedición –la mayor del Everest cada año– han expresado su seria preocupación sobre el plan del país y su preparación para afrontar la amenaza”.
Aseguradoras en alerta
Por otro lado, la falta de soluciones al fraude a las aseguradoras en Nepal sobrevuela también la cuestión y añade elementos de riesgo a la economía del país, basada en el turismo de montaña. Según han apuntado fuentes del sector turístico, han empezado a encontrarse con aseguradoras europeas que rechazan cubrir viajes al país, mientras que otras han elevado de forma notable los precios de las primas.