El K2 (8.611 m) ha ofrecido este verano su cara de los peores años. Esa cara que niega a los alpinistas la cumbre y que pone en un nivel de peligro inasumible cualquier tentativa de alcanzarla. Las copiosas nevadas caídas durante la estación, acompañadas por unas temperaturas inusualmente elevadas son probablemente las causantes del problema. Las consecuencias, avalanchas de nieve y desprendimientos de rocas por doquier, sepultando campamentos de altura y arrancando cuerdas fijas. Incluso un sherpa resultó herido.
Kami Sherpa, herido y operado
El equipo de sherpas de la agencia Madison Mountaineering trabajaba de camino al C3 cuando su líder Kami Sherpa fue golpeado por una roca cerca del campo 1. Sufrió sendas fracturas en el hombro, el antebrazo y un dedo de la mano, aunque pudo ser ayudado a descender hasta el campo base sin mayores dificultades. Una vez allí, fue estabilizado por los médicos de su expedición y de Himalayan Experience, antes de ser evacuado hasta el hospital de Skardu, donde fue operado.
Kami Shpera, según explica Alan Arnette, es un habitual de la temporada del Everest y este año perdió su casa de Pangboche en los terremotos de Nepal. El alpinista y comunicador estadounidense ha iniciado una campaña de donación de fondos para ayudarle que había recogido más de 3.000 dólares en su primer día de funcionamiento.
El testimonio de Rosa Fernández
El mal estado de las condiciones en el K2 ha obligado a la retirada de Rosa Fernández. La alpinista asturiana apuntaba en su blog el pasado viernes que «el K2 ha estampado su primer bofetón» y explicaba que «nos pusimos en marcha a primerísima hora de la mañana y al llegar poco después al campo base avanzado vimos que una gran avalancha lo había sepultado. Allí no hay gente, sólo material, pero no podemos permitirnos perder todo lo que teníamos almacenado en él».
Ella y sus compañeros pasaron toda la mañana excavando entre los restos de la avalancha para intentar encontrar sus cosas, aunque regresaron al campo base sin conseguirlo. Además, durante aquella operación, vieron caer otros aludes en zonas cercanas de la montaña. «A última hora llegaron noticias de que los campos 1 y 2 están dañados, así como las cuerdas que teníamos instaladas en la vía. La avalancha parece ser que bajó desde los 7.000 metros de altura y arrolló cuanto encontró en su camino».
Rosa Fernández todavía tiraba de optimismo cuando señalaba que «la buena noticia es que el propio alud ha quitado mucha nieve de la montaña».
Sin embargo, esa punta de optimismo quedaba reducida a cero al día siguiente. En la entrada del sábado 25 de julio en su blog, Rosa Fernández describía gráficamente la situación: «Ayer tocados, hoy hundidos. Ha caído un gigantesco serac desde la parte alta de la montaña y ha arrasado todos los campos, cuerdas y tiendas que ha encontrado. Afortunadamente, no había nadie en el K2, pues de ser así la tragedia estaba asegurada». Y concluía diciendo que «algunas expediciones ya están organizando la retirada y lo más probable es que todos tengamos que hacer lo mismo, dando por terminada la temporada del K2 sin cumbres».
Las comerciales se van
En ese sentido, las dos más grandes agencias internacionales presentes en el K2, las citadas Madison Mountaineering de Garret Madison e Himalayan Experience de Russell Brice, ya han iniciado su retirada. Algunos de los clientes de esta última han hecho un cambio de última hora para intentar el Broad Peak.
Como decía Rosa Fernández, es poco probable que sin el concurso de estos equipos se mantenga el pulso con el K2 en unas condiciones tan poco favorables.
Carlos Suárez regresa. José Fernández quiere intentar el Broad Peak [actualizado 16:45, 27 julio]
Carlos Suárez regresa al no disponer de más tiempo para intentar el K2, pues a final de la primera semana de agosto tiene que estar en España debido a sus compromisos laborales. Su compañero José Fernández permanece pues quiere intentar el Broad Peak.
Las estadísticas de los últimos años
El K2 sigue siendo una montaña bastante esquiva, a pesar de la creciente comercialización que está experimentando en los últimos años. De hecho, de las últimas siete temporadas (desde 2009), su cumbre sólo ha podido ser alcanzada en dos por su ruta normal (2012 y 2014; además, el grupo de Gerlinde Kaltenbrunner lo logró por la vertiente norte en 2011). Es cierto que esos dos años registraron un número de ascensiones récord, pero en los otros cinco veranos (si contamos ya 2015) nadie ha sido capaz de subir. Además, algunos de los que lo han intentado sufrieron accidentes que terminaron con sus vidas, como Fredrik Ericsson en 2010 y Marty y Denali Schmidt en 2013.