La pandemia de coronavirus sigue de actualidad en el techo del mundo. El campo base de la vertiente nepalí del Everest ha registrado un elevado número de casos de Covid y de personas evacuadas con síntomas, a pesar de que el gobierno de Nepal y las agencias organizadoras siguen empeñadas en negar la realidad. Cierto número de expedicionarios se han retirado, abandonando sus ambiciones de alcanzar la cumbre –como en el caso de Álex Txikon– y ahora le llega el turno a la vertiente norte.
Las autoridades chinas han decidido finalmente cancelar la actividad en el lado tibetano de la montaña por su temor a importar casos de Covid cuando se mezclaran personas procedentes de ambas vertientes en la zona de la cima. Del lado norte solamente se había autorizado una expedición, formada íntegramente por ciudadanos chinos y con aproximadamente unos cuarenta miembros.
Inicialmente, se había informado que China quería delimitar una línea fronteriza de separación en la zona de cima, que evitara el contacto con quienes suben desde Nepal y prevenir que la situación descontrolada de coronavirus que se vive en el país vecino pudiera afectarles. Finalmente, anuncian haber desistido de ese deseo y lo sustituyen por la suspensión inmediata del único permiso aprobado esta primavera.
Una expedición top abandona en el sur
En este contexto, la expedición de Furtenbach Adventures ha decidido también abandonar el campo base debido a la situación epidemiológica. Esta agencia austriaca proporciona servicios de alto nivel a sus miembros y, según asegura en su comunicado, se ha esforzado por cumplir con todas las precauciones y protocolos para evitar contagios. Ellos mismos habían llevado centenares de test para controlar la salud de su equipo y sus expedicionarios regularmente.
Sin embargo, se han visto sorprendidos por la actuación de otras expediciones, que consideran negligente. Ante la eventualidad de coincidir con gran cantidad de personas en la ruta de ascenso durante el intento de cima, con el riesgo que conllevaría, han decidido tomar la decisión de marcharse para casa.
“No ha sido una decisión fácil de tomar. Pero escalar por encima del campo base con números crecientes de coronavirus y arriesgar las vidas de nuestros 20 clientes, 4 guías y 27 sherpas desprecocupadamente, sería una irresponsabilidad”
sentenciaba Lukas Furtenbach.
El director general de la compañía se exclamaba ante la forma de proceder de otros equipos, que no toman medida alguna contra la pandemia: “Hay reuniones entre los equipos, se han hecho celebraciones y fiestas”, señalaba. Lukas Furtenbach, aconsejado por la doctora de su equipo, prefiere no exponer a los suyos a una posible infección en altitud, donde la cosas se podrían complicar de verdad.