Carlos Soria, sus 82 años de edad y su prótesis de rodilla ya está de nuevo instalado en el campo base del Dhaulagiri, junto con su compañero Luis Miguel Soriano. Es un lugar que conoce a la perfección, después de haber vivido trece expediciones allí anteriormente, desde la primera en 1998 hasta la más reciente, la pasada primavera.
Situación pandémica controlada
De hecho, han pasado apenas cuatro meses desde que se marchó la última vez de allí, el pasado mes de mayo. Entonces, vivió una de las experiencias más inusuales de toda su trayectoria, debido a las consecuencias generadas por la pandemia de coronavirus. La situación sanitaria dinamitó todos los argumentos alpinísticos y el trabajo en la montaña tuvo que ser suspendido y finalmente cancelado antes de tiempo.
En esta ocasión, parece que la situación pandémica está más controlada. Según cuenta Carlos Soria desde el campo base, hay tres comedores con sus respectivas cocinas, para separar de la mejor manera a la treintena de alpinistas y sus respectivos equipos de apoyo y evitar contagios. Además, todo el mundo ha sido vacunado y sometido a pruebas PCR antes de desplazarse hasta el campo base.
Decimotercer ochomil
El objetivo de Carlos Soria será intentar alcanzar la cima de su decimotercer ochomil, en un mensaje de empoderamiento hacia las personas mayores. El octogenario español ya cuenta con doce cumbres en su haber y, además del Dhaulagiri, solo le queda el Shisha Pangma para completar el reto de los 14×8000.
Por el camino, ha batido una gran cantidad de récords de longevidad en los ochomiles, aunque del que se siente más orgulloso es de haber descendido siempre por su propio pie de todas las montañas que ha intentado, haya hecho cumbre o no.
El Dhaulagiri en esquís
Carlos Soria compartirá campo base y montaña con muchos menos alpinistas de los que se encontró la pasada primavera. Esta vez, habrá unos treinta montañeros internacionales en el CB del Dhaulagiri, anhelando realizar la ascensión del séptimo pico más alto del mundo. Irán, por supuesto, acompañados de un nutrido contingente de sherpas que se encargará de equipar la ruta con cuerdas fijas y abrir huella.
Entre ellos, destaca el proyecto de Luke Smithwick e Iain Kuo, que pretenden ascender el Dhaulagiri sin apoyo ni oxígeno suplementario y realizar un descenso completo en esquís. Luke Smithwick va en camino de esquiar las mejores 500 líneas del Himalaya y acumula casi 80 expediciones a los gigantes asiáticos.
Hasta la fecha, nadie ha realizado un descenso integral en esquís del Dhaulagiri. El sueco Fredrik Ericsson se quedó cerca en 2007, pero no alcanzó la cima y su descenso comenzó una altitud de unos 7.900 metros. El checo David Fojtik sí consiguió llegar a la cumbre en 2009 y comenzó a esquiar desde unos 20 metros por debajo, aunque no fue capaz de enlazar los 500 metros de desnivel entre el C3 (7.200 m) y el C2 (6.700 m) con los esquís.
Luke Smithwick asegura haber descubierto una línea viable hace años. Una línea con la que sueña y cuya evolución ha podido seguir durante todo este tiempo desde algunas de las cumbres de menor altitud que ha escalado y esquiado en los alrededores.
A ver si esta es la buena, porque he leído la misma noticia del Daula montones de veces. Espero que la próxima sea la del Shisha.