ENTREVISTA A SU REGRESO DEL HIMALAYA

Carlos Soria regresa del Shisha Pangma «Una expedición triste y dura»

Hablamos con Carlos a su regreso de la expedición al Shisha Pangma, en la que su equipo no ha podido pasar del C2 por las condiciones de la montaña, que acabó con la vida de otros dos montañeros. Nos relata lo vivido mientras piensa ya en su próximo objetivo «La próxima primavera queremos intentar dos cumbres: el Annapurna y el Dhaulagiri»

Carlos Soria a su regreso a Madrid el día 5 octubre 2014 tras intentar el Shisha Pangma.  (© Darío Rodríguez/DESNIVEL)
Carlos Soria a su regreso a Madrid el día 5 octubre 2014 tras intentar el Shisha Pangma.
Darío Rodríguez | No hay comentarios |

Carlos Soria ha regresado de su expedición al Shisha Pangma de este otoño de 2014 sano y salvo. Es la mejor de las noticias ante las enormes complicaciones que ha planteado la montaña a quienes habían planeado ascenderla en esta época. Llegaba con dudas sobre cómo respondería su rodilla, pero el balance en ese sentido es positivo a pesar del dolor que lo ha acompañado en todo momento y que ha hecho las cosas todavía más duras de lo que ya lo son.

Sin embargo, también vuelve triste por el trágico desenlace de los hechos. El Shisha Pangma no estaba en condiciones de ser ascendido y lo demostró de la peor manera al desencadenar una avalancha que se tragó a tres alpinistas esquiadores del equipo Dynafit. Dos de ellos, el alemán Sebastian Haag y el italiano Andrea Zambaldi, perdieron la vida. El tercero, Martin Maier, salió por su propio pie y salvó la vida milagrosamente.

No ha llegado el duodécimo ochomil principal para Carlos Soria, pero ya tiene planes de regresar al Himalaya en primavera para intentar el doble objetivo Annapurna y Dhaulagiri. El Shisha Pangma sigue estando en la lista de pendientes, pero no tiene prisa por volver a enfrentarse a ella.

«Ha hecho un tiempo muy raro y la montaña estaba en unas condiciones terribles»

¿Cómo definirías esta expedición?
Lo primero, esta expedición ha sido triste y dura. Ha hecho un tiempo muy raro, prácticamente no ha nevado y sin embargo la montaña estaba en unas condiciones verdaderamente terribles como pocas veces ha estado. La prueba son las cosas que han ocurrido, y la verdad es que desde que llegamos allí sabíamos que teníamos muy pocas posibilidades de subir a la montaña, pero siempre tienes la esperanza, como no nevaba, de que el viento y el sol fuera mejorando aquello… pero verdaderamente no lo ha mejorado. Luego ha hecho muchísimo más frío de lo normal, aunque en este campamento siempre hace frío porque está prácticamente a 5.700 metros. Pero más que frío es que además hacía viento y no hemos estado tranquilos en ningún sitio, siempre con viento y con frío. Cuando no estabas metido en el saco, la verdad es que tenías frío.

Y en el campo 1, igual, se nos metía la nieve por todas partes en cuanto abrías un poquito la tienda. Esos días del salvamento de este muchacho (Martin Maier), no podías casi ni hacer agua, la tenías que hacer dentro de la tienda por el viento tan salvaje que ha habido. El único día que ha sido bueno —y por ello, ellos se confiaron un poco— fue el día que iban a la cumbre. Creo que ese fue el único día de verdad bueno y sin viento que nos ha hecho en todo el tiempo que hemos estado.

Luego, por la rodilla, verdaderamente podría haber subido a la montaña si hubiese habido condiciones. Estoy seguro de que habría podido. Pero me ha dado la lata y me ha dolido. He tenido dolor, y eso continuamente es también un poco duro. Los primeros días en el saco de dormir estrecho, y luego sobre todo en las bajadas… cualquier movimiento que haces cuando te duermes profundamente, simplemente por haber colocado mal la pierna te levantas con dolor. Como te digo, ha sido una expedición triste y dura: triste por lo que ha ocurrido y dura porque ha hecho un tiempo que no era lo lógico para esta época.

Aparte ha sido una situación atípica, porque lo normal es llegar a la montaña y que las condiciones se te pongan malas y lo que os ha pasado es que desde el principio las condiciones eran malas… No ha sido consecuencia de las nevadas ni del mal tiempo, sino que la montaña estaba así.
Exactamente, la montaña estaba así. Nos ha nevado menos de lo que yo creía que iba a nevar, y sin embargo la parte alta de la montaña seguía en unas condiciones infernales. Creo que ha sido un monzón durísimo. Muchas veces el monzón es muy fuerte en los valles pero en la montaña nieva poco, pero este año ha debido de nevar demasiado y quizás con viento, porque se han formado unas placas de viento verdaderamente espantosas. La prueba es que ha habido unas inundaciones, poco antes de la frontera de Nepal y China, como a una hora de llegar a Kodari, terribles, que han destrozado carreteras y que ha provocado que haya 170 personas censadas desaparecidas —que han debido de ser muchas más—, con la consiguiente pérdida de viviendas y de todo tipo de cosas.

«Este año creo que nadie ha hecho la cumbre Central, ni siquiera en primavera»

Y eso, claro, ha influido en cómo estaba la montaña cuando llegasteis vosotros…
Debe de haber sido. Otras veces no te puedes fiar del todo, ya que puede llover mucho en los valles y en los pueblos bajos, pero nieva poco en la montaña. Hay veces que ha llegado el final de un monzón y he visto en el Manaslu o en algunos sitios el glaciar pelado de nieve y en cambio ha llovido mucho por abajo. Pero en este caso, el monzón ha sido muy duro también en la montaña.

Cuando llegamos allí, el equipo de Dynafit y Ueli Steck llevaban ya tiempo, y Ueli nos dijo «no contéis con hacer esa vía porque está terriblemente peligrosa, lo hemos visto desde el collado…». Pero siempre puede ir a mejor y, al ver que solamente hacía viento y no nevaba, pensábamos que la situación mejoraría, pero no ha mejorado en absoluto. Y cuando ha ocurrido lo del accidente, el colmo. Y justo el día que nos fuimos nosotros del campo base, gente que salió al día siguiente nos ha contado que cayeron 20 cm de nieve en el campo base. O sea que un otoño verdaderamente fatal. Yo recuerdo el otoño que subí a la cumbre Central, que subimos con toda tranquilidad y sin ningún problema, y este año la cumbre Central creo que no la ha hecho nadie ni siquiera en primavera. Si la ha hecho alguien ha debido de ser desde el sur, pero desde el norte conozco un guía que estaba con gente y tampoco pudieron subir. Un año un poco atípico.

Otra vez has vivido la tragedia muy de cerca…
Cuando te enteras, estando allí en el campo 1, es como si te cayera un bomba. Siempre pensábamos que iban a llegar a un punto y se iban a dar la vuelta, pero no sé lo que les hizo a ellos cambiar… Eran esquiadores y en principio querían bajar esquiando desde la cumbre pero no lo vieron muy claro y se dejaron los esquís en el collado. Y aun sin esquís, y siendo esto una arista, ha ocurrido lo que ha ocurrido. Muy triste.

Y tú, ¿cómo lo ves? ¿Otra vez se ha forzado mucho la montaña?
Es gente muy experta, como Ueli Steck, a quien yo no le puedo poner pegas por lo que hace ni mucho menos. Él veía la situación, pero parece que sí han forzado un poquito de más quizás… aunque no te puedo decir porque yo no estaba allí. Y no es gente despistada, es gente que sabe lo que hace. Quizás el hecho de que fuera la tercera vez que los del equipo iban les condicionó un poco y sobre todo el buen día que hacía les engañó un poco. Eso es fácil que te haga confiarte un poco más.

«En malas condiciones, no merece la pena, pero a tiro pasado es fácil decirlo»

Quizás la conclusión sea «en malas condiciones, nunca intentar la montaña»…
Eso siempre, claro. En malas condiciones no merece la pena. Pero todo es relativo, porque si hubiesen bajado y no hubiese ocurrido nada, todo cambia. A tiro pasado es fácil decir lo que hay que hacer.

Luego, dentro de lo trágico, lo positivo es que aparece un superviviente de la tragedia, ¿no?
Esa ha sido la única alegría que nos ha dado la montaña este año. Al final, se ha podido salvar una vida, a base de su propia fuerza física y del empuje que ha tenido para salir de la avalancha y llegar al campo 3, y una casualidad de que alguien, desde el campo base y con unos prismáticos, viese que se movía algo. Luego, la fuerza increíble de los tres sherpas que han actuado allí arriba, sobre todo Norbu, que me ha parecido un tío excepcional y con unas ganas de ir allí… Es magnífico que haya gente como ellos y que se haya salvado una vida. Y no se le puede achacar a nadie que no sea capaz de ir a ver, porque la montaña estaba muy peligrosa y eso no se le puede pedir a nadie, desde luego. Hay que saber que si te ocurre, te ha ocurrido y que estás expuesto a esto, pero que no te van a ir a sacar de un sitio tan peligroso como aquel.

Tú siempre has defendido que cuando hay accidentes en altura es imposible ayudar.
Sí, sin ninguna duda. Puede ocurrir un milagro, como ha ocurrido aquí, pero nada más. Y más en China… Creo que se pidió un helicóptero, pero aquí es muy complicado conseguir uno, casi imposible. Y no se puede achacar a nadie que se dé la vuelta… y no por este caso, sino en general en todos, porque uno quiere cuidar de su propia vida, eso es lo primero; y luego, intentar ayudar a los demás, si se puede.

Luego, el tema de llevar médico como hacéis vosotros se está convirtiendo en un tema clave…
Para muchas expediciones. A nosotros no nos pasa nada, gracias a dios, pero el tema de llevar médico está muy bien. Esto que ha hecho el BBVA de prácticamente obligarme a llevar un médico, me parece lógico y está muy bien. Y hemos ayudado en esta y otras ocasiones, en lo que hemos podido, a mucha gente, tanto en pequeñas cosas como en cosas más grandes: cualquiera que tiene un problema, viene y Carlos le ausculta, le hace un pequeño chequeo, le dice lo que a él le parece y eso siempre ayuda.

«Si la montaña hubiese estado bien, hubiera subido y —aunque con dolor— hubiera bajado»

Dices que la rodilla te ha molestado pero es algo que si la montaña hubiera estado bien no te hubiera impedido subir, ¿no?
Sin ninguna duda. Si la montaña hubiese estado bien, yo hubiera subido a la montaña y hubiera bajado. Hubiera bajado con bastante dolor, pero hubiera bajado sin duda.

En cualquier caso te muestras positivo respecto a la rodilla…
Sí, sí, totalmente positivo. Tengo que empezar a quitarme el dolor, a base de ejercicio con mi entrenador, porque nos volvemos a Nepal en el mes de febrero.

Eso es ya mismo… volvéis muy pronto, ¿no?
Sí. Hay que ponerse las pilas y ponerse a entrenar. Yo me he ido recuperando. Un día hicimos un recorrido para probarme, en la morrena, que es lo más duro de allí, y fui despacio, me dolió, tardamos más de lo que pensábamos, y la siguiente vez, en hora y media le quité media hora, aunque me dolía.

O sea, que se trata más de dolor que de que no puedas hacer algunos movimuientos…
Eso es. Se trata de quitarme este dolor, porque me limita… una cosa tan tonta como es hacer pis por la noche, que con esto de la próstata yo lo hago muchas veces, es un número. Una cosa que parece tonta pero que ha sido muy incómoda para mí. Pero te adaptas a lo que hay que hacer y no hay más remedio.

«La próxima primavera queremos intentar dos cumbres: el Annapurna y el Dhaulagiri»

Ahora, ¿cuál es tu plan? Dices que queréis volver al Himalaya en febrero, ¿es normal ir tan pronto?
No, no es normal. Es normal este año porque queremos ir pronto al Annapurna, porque creemos que es más seguro empezar allí, que el mes de marzo suele ser bueno, y a principios de abril hacia el día 10, hay más nevadas. Además, queremos intentar ir a dos cumbres: la del Annapurna y la del Dhaulagiri. Y antes vamos a ir a aclimatar a algún otro sitio, para llegar al campamento base del Annapurna en helicóptero, porque en esa época con porteadores es casi imposible llegar; hay unas pendientes muy peligrosas con hierba que con nieve son terribles. Ya lo vivimos la otra vez que estuvimos y no puede ser.

Y si todo va bien, ¿en otoño del año que viene volverás al Shisha Pangma?
Pues no lo sé. Si subiese las dos cumbres, igual lo que haría sería ir a despejarme y subirme al Ama Dablam y dejar el Shisha Pangma para la primavera, para que fuese un poco más seguro el asunto. Eso es lo que a mí me gustaría hacer el año que viene.

¿Ves que el Shisha Pangma no es una montaña de otoño?
Aquella vez que yo subí a la cumbre Central había unas condiciones perfectas para todo, y hace diez años. Eso nunca se sabe.

Aquella vez subiste a la Central porque venías recuperado de una lesión, ¿verdad?
Sí, me había caído escalando en el Peñón de Ifach y tuve un pinzamiento en la espalda que me dejó casi tres meses sin andar, y tardé bastante tiempo en recuperarme de aquello.

¿Cuántos intentos llevas ya a la cumbre principal del Shisha Pangma?
El segundo. Cuando subí a la Central, ni pensaba en la principal siquiera. Ya me valía. Había estado casi todo el año parado por esta lesión y poco a poco la fui recuperando a base de bicicleta y fisioterapeuta, y me fui en otoño con Toti Sánchez, que se volvió rápidamente. Hizo un tiempo estupendo, con unas condiciones fenomenales. Ahora lleva unos años que no se sube en otoño… y sin embargo el Manaslu, que tiene los mismos problemas de avalanchas y que yo los he vivido, ahora se está haciendo en otoño. Porque van muchas expediciones comerciales y porque se arriesga un poco más, porque también hace dos años hubo una terrible avalancha en el campo 2 donde murió mucha gente.

¿Cómo es la ruta normal del Shisha Pangma?
La del Shisha Pangma es una ruta muy larga. Al principio, muy pesada la morrena, que son casi dos horas y media o así… Luego hay que cruzar unos penitentes también de sube y baja durante hora y pico, y luego ya empiezan unas pendientes de nieve muy suaves hasta debajo del campo 3. En el campo 3 se endereza un poco y luego viene la arista, que no tiene que dar problemas de avalanchas en unas condiciones normales. La ruta va pegada a algunas rocas, pero esta vez había tanta nieve que casi no se notaban las rocas.

«La ruta del Shisha Pangma normalmente no es peligrosa en absoluto»

¿Es una ruta peligrosa?
No. Normalmente, no es peligrosa en absoluto. En otoño puede haber más nieve, pero esta vez se ha convertido en muy peligrosa. Tanto esta ruta como la llamada ruta de Iñaki Ochoa.

Y habéis llegado juntos al campo 2, ¿no?
Sí, pero yo ni siquiera he subido al campo 2. El día que subieron al campo 2, que bajaba el herido, no merecía la pena que subiésemos los tres. Como llevaba la rodilla y tal, me quedé en el campo 1 haciendo agua, que era más complicado todavía que subir, con el viento que hacía, y subieron Carlos Martínez, el médico, para ver al que bajaba y ayudarle en la bajada y Luis Miguel López para que no subiese Carlos solo y para ayudar también en lo que pudiera.

O sea que tú has llegado al campo 1…
Sí, no he pasado del campo 1.

¿Cuántas veces has intentado el Annapurna?
Una.

El que has intentado más veces es el Dhaulagiri, ¿no?
Sí, lo he intentado quizás cinco veces. Muchas de ellas en otoño, menos una en primavera. Por eso no me apetecería ir en otoño, preferiría ir en primavera. A ver si ahora tenemos suerte y en primavera vamos a estos dos.

«Que la gente corra por las montañas, a mí lo que me da es envidia»

La clave es optimizar la primavera a tope, que ves que es la temporada ideal…
Sí, desde luego. Vamos a ver si nos da tiempo de ir a los dos.

De las que te quedan, ¿cuál te preocupa más?
Las tres son montañas complicaditas… el que más, el Annapurna, seguramente. También igual variamos un poquitín la ruta de subida y la ponemos algo más a la izquierda, por donde subieron los catalanes para ir a la punta este. Hemos hablado con alguna otra gente y también están de acuerdo… allí donde a nosotros nos cayó alguna avalancha y variamos un poco la ruta. Aunque luego sea más larga y haces una travesía hacia la cumbre a la derecha también más larga, pero quizás la modifiquemos un poco para minimizar las caídas por este couloir.

¿Cómo ves la gente que sube tan ligera a los ochomiles? Lo has vivido ahora con Ueli Steck y el equipo Dynafit y lo viviste también con Andrzej Bargiel el año pasado…
Que la gente corra por las montañas, a mí lo que me da es envidia.

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