Carlos Soria y su equipo anunciaron el viernes que abandonaban su proyecto de hacer cima en el Annapurna. Al día siguiente, el sábado, les sorprendió el terremoto que ha afectado a Nepal. Desde entonces esperan a que las labores de rescate más urgentes terminen y un helicóptero pueda sacarlos del campo base y los lleve a Kathmandú. (Esta entrevista con Carlos Soria se emitió en la sección sobre montaña y aventura que todas los lunes realiza Darío Rodríguez en el programa de radio Al Pimer Toque, de Onda Cero, que dirige Héctor Fernández. Aquí puedes oírla).
¿Cómo estáis?
Estamos relativamente bien. El problema gordo está en Kathmandú. Hay pueblos que han desaparecido totalmente y la cifra de muertos es posible que continúe subiendo.
¿Cómo vivisteis el terremoto?
Nosotros teníamos pedido un helicóptero un día antes del terremoto pero no pudo venir. Luego se produjo el temblor y fue un momento un poco dramático, aunque no demasiado en el sitio donde nos encontrábamos nosotros. Tembló mucho el suelo, había mucha niebla y se oyeron bastantes avalanchas en la montaña pero no llegaron al campo base, ni mucho menos. Nosotros no tuvimos ningún problema.
«Estamos al aire libre y solo hay movimientos de tierra»
Salimos de la tienda de campaña y vimos a una expedición americana corriendo por mitad de una pradera que hay cerca. No pasó nada más que el temblor de tierra, a la media hora de nuevo y ayer otra vez. Mientras el epicentro no sea debajo de nosotros, no hay mucho problema. Estamos al aire libre y solo hay movimientos de tierra.
Las avalanchas que barrieron el campo base del Everest son las que han causado la mayor parte de los problemas. ¿Pueden caer también en el campo base del Annapurna?
Aquí es muy difícil que se produzcan. Podría haber si [el epicentro] estuviese más cercano a nosotros…habría avalanchas incluso peores, de rocas, pero no es el caso.
«El hijo de Muktu Sherpa, Shange, estaba en la cara sur y no le ha pasado nada»
En vuestro equipo todos estáis bien pero los sherpas tienen familia y casa en otras partes del país. ¿Están bien sus allegados?
Eso ha sido lo verdaderamente duro en el campamento. Aquí están nuestros sherpas y los de otras expediciones. Uno en concreto se ha enterado de que su hermano se ha muerto en el Everest. El hijo de Muktu, Shange, estaba en la cara sur y no le ha pasado nada. Muchos sherpas llamaban a sus casas pero el primer día no pudieron contactar con nadie. Parece que todas las familias están bien. La casa de uno está destruida y la de Muktu un poco estropeada. El drama verdaderamente es el de ellos. Están aquí porque no pueden salir pero quieren irse corriendo para ver qué le ha pasado a sus familiares.
¿Qué plan de evacuación tenéis?
Saldremos de aquí en helicóptero. Lo teníamos pedido para que viniese el día antes del terremoto. Solamente llegó uno, pero vino para sacar al alpinista Íñigo Castiñeyra, que estaba en el C3. El mismo helicóptero tenía que haber venido ese día o al siguiente a por nosotros, pero ocurrió la catástrofe y ahora dependemos de que venga cuando pueda.
«El único problema que tenemos es que se nos está acabando la comida»
Nos acaban de decir que vendrá el miércoles, aunque una vez que nos recoja y lleguemos Kathmandú tendremos el problema para salir de allí. Está todo muy complicado…No sabemos lo que va a pasar. El único problema que tenemos es que se nos está acabando la comida. Teníamos la intención de irnos hace tres días, aunque no es muy grave.
Supongo que os estáis preparando para el impacto de viajar a Kathmandú y ver el estado de la ciudad…
Es terrible, lo estamos sufriendo ya porque estamos conviviendo con los nepalíes, aunque ellos tienen un carácter muy especial. Están a acostumbrados a muchas cosas duras. Es gente que se va a quedar sin casa, sin nada, además el terremoto sigue…. Lo que nos pase a nosotros [no tiene importancia] viendo lo que ocurre alrededor.
«Estaba cantado que la montaña estaba llena de nieve e iba a nevar el día de cumbre»
Hablar de montaña parece una ligereza después de lo que ha pasado, pero ¿cómo estaba el Annapurna? ¿Qué os hizo tomar la decisión de abandonar?
La montaña está terrible, cargadísima de nieve y suelta muchas avalanchas.
Hay equipos que decidieron atacar la cumbre en los días previos al terremoto y se encontraron con una situación complicada…
Estaba pronosticado lo que iba a pasar. Gracias a Dios ha pasado muy poco, a Íñigo Castiñeyra lo han tenido que sacar del campo 3 con congelaciones en la mano. Estaba cantado que la montaña estaba llena de nieve e iba a nevar el día que pensaba hacer cumbre y el anterior.
«Lo único bueno era que no habría viento, pero sí nevada segura»
Ha habido dos intentos de cima. Uno solo llegó hasta el campo 2 por las nevadas. Por las condiciones de la montaña, estaba clarísimo [que saldría mal]. Nosotros nos volvimos del campo 1 ese día porque nos decía el meteorólogo que por la tarde nevaba y el día antes de cumbre, también. Lo único bueno era que no habría viento, pero sí nevada segura. Nos apetece mucho subir al Annapurna pero también nos apetece mucho vivir.
¿Qué le lleva a la gente a cometer la imprudencia de atacar la cumbre con mal tiempo pronosticado?
No lo sé, no soy psicólogo. El Annapurna es una montaña muy seria, es difícil equiparla bien y tener los campamentos en su sitio. Es una montaña baja y todo el mundo ha ido con mucho oxígeno y, sin embargo, no ha llegado a la cumbre y ha bajado en malas condiciones.