Carlos Soria está disfrutando de unos días de marcha por el valle del Khumbu aclimatando antes de marchar al Dhaulagiri. Hoy llegará a Gorak Shep, ultimo punto que cuenta con servicios (alojamiento y comida) antes del campo base del Everest del que se encuentra a dos horas aproximadamente. Es el lugar que Kilian Jornet ha elegido para establecer su «campo base» para su intento al Everest.
Esta haciendo este trekking con sus dos grandes amigos, Luis Miguel Soriano y Sito Carcavilla, que serán sus compañeros en el Dhaulagiri. Montaña que ya han compartido con él en sus últimos intentos.
Lo que está haciendo a sus 80 años y con una prótesis de rodilla (que le implantaron el pasado mes de octubre) es realmente impresionante. Incluso el doctor Manuel Leyes, cirujano que le operó, está impresionado pues no es habitual a quienes implantan este tipo de prótesis.
Lo más importante que nos está mostrando Carlos Soria es que la vida no se termina a los 80 años, que a esa edad hay mucho que vivir y disfrutar, como él está haciendo.
Lo importante es tener una pasión, marcarse objetivos, e ir a ellos sin buscarse excusas. Y, sobre todo, vivir el momento presente, sin añorar el pasado, sin pensar que otros tiempos fueron mejores. Carlos nos enseña que que, además de vivir el presente, hay que soñar siempre con proyectos a realizar. Hay que marcarse metas. Y cuidarse mucho: entrenar, alimentarse bien, descansar… llevar una vida equilibrada.
Es el mensaje de alguien que a los 11 años tuvo que dejar los estudios para ponerse a trabajar, que a los 15 años descubrió la montaña y soñó con ser Alpinista y, desde entonces, ha dedicado toda su vida a vivir este sueño, que hizo compatible con ser padre de familia (4 hijas), su trabajo de tapicero, la vida en su club de montaña (Peñalara) y la amistad (Carlos mantiene a sus viejos amigos de juventud a los que ha ido sumando amigos de varias generaciones; sus compañeros de expedición son más jóvenes que sus hijas).
Lo que no ha ejercido mucho es de abuelo (tiene 4 nietos) porque lo que quiere es disponer del máximo tiempo posible para entrenar y hacer montaña, lo que no quita para que viviera una bellísima experiencia con sus nietos compartiendo trekking en Nepal.
Este verano ascendió el Pico Lenin, una cima importante para él, pues le permitió ver que su prótesis de rodilla funcionaba bien (es posiblemente la primera persona con prótesis de rodilla que intentará un ochomil; quizás la primera que ha ascendido un sietemil) y, también, que se encuentra fuerte (hasta el punto que subió el Lenin sin estar aclimatado pues una diarrea le impidió hacerlo).
Desde una de las cotas de aclimatación en su recorrido por el Khumbu, el Chukung Ri (5.550m), nos envía el vídeo que encabeza esta noticia.
Este era su último entrenamiento antes de partir de expedición:
Estas son las impresiones que nos transmitía Carlos Soria a su llegada al aeropuerto de Barajas (Madrid) tras ascender el Pico Lenin