Carla Pérez ha hecho bueno en el Makalu (8.463 m) aquel aforismo que dice “el que la sigue la consigue”. Después de no haber estado suficientemente aclimatada para intentar la cima cuando sus compatriotas Karl Egloff y Nico Miranda realizaron su ascenso exprés sin oxígeno y el resto de la expedición de Alpenglow Expeditions coronó usando oxígeno suplementario, ha aprovechado de la mejor manera una ventana muy corta de buen tiempo para lograr su objetivo y alcanzar la cima del quinto pico más alto del mundo.

Amistad y amor
La himalayista ecuatoriana anunciaba su ascensión en sus redes sociales ensalzando los valores de la amistad y el amor que finalmente la han ayudado a alcanzar la cima:
Porque lo imposible es nuestro amigo y el amor todo lo transforma… 24 de mayo, en una ventana perfecta pero ultracorta entre días de tormentas, vientos y nevadas, llegamos a la cima del Makalu, 8.463 m, la quinta montaña más alta del mundo, sin la ayuda de oxígeno suplementario. Gracias a Esteban ‘Topo’ Mena, Pemba Gelje Sherpa y Tomás Astudillo por su amor y amistad incondicional.
Makalu-Katmandú-Makalu
Carla Pérez había visto cómo sus compañeros de expedición abandonaban el campo base del Makalu una vez cumplidos sus respectivos objetivos. Ella había tratado de alcanzar la cumbre en su última rotación de aclimatación, aunque el excesivo frío que sentía la motivó a abortarlo cuando ya se encontraba a unos 250 metros de la cima. Regresó al CB y, ya perfectamente aclimatada, se dispuso a esperar una ventana de buen tiempo para lanzar una nueva tentativa.
Mientras tanto, Esteban ‘Topo’ Mena –que había hecho cima como guía y con oxígeno– había regresado a Katmandú con el resto del equipo, para festejar adecuadamente la cima lograda el 9 de mayo. Allí, quedó con su amigo Pemba Gelje Sherpa, quien también regresaba a Katmandú, en su caso de haber guiado hasta la cima del Everest.
Entre café y café, “sin hablar demasiado, como siempre con él”, apunta el ‘Topo’ Mena, “planeamos volver juntos al CBA del Makalu y apoyar a Carla”. Y así lo hicieron, se desplazaron de nuevo hasta el Makalu, donde ella seguía esperando la ventana pacientemente en el campo base avanzado. Dejaron pasar una pequeña ventana el día 21 de mayo, que pilló al Topo con malestar y debilidad, y apostaron por la del día 24.
Los partes meteorológicos no eran muy alentadores, pero finalmente se lanzaron a por “una corta pero posiblemente preciosa ventana el 24”. Esteban ‘Topo’ Mena decidió acompañar a Carla también sin oxígeno, argumentando que “el apoyo que ella necesitaba era el fuego de un equipo junto a ella, así que podría intentar también mi segundo ochomil ‘alto’ sin oxígeno después de nueve años, el primero fue el Everest en 2013”.
Hasta el campo 4, los tres himalayistas tuvieron que vérselas con ráfagas fuertes de viento, nevadas, escasa visibilidad y frío. Pero a partir de ahí, tal como habían esperado, su asalto hasta la cima fue en una atmósfera despejada y sin viento durante 16 horas, mientras negociaban el tramo entre los 7.600 metros y la cima.
Alcanzaron la cumbre el día 24 de mayo a las 8:45 de la mañana. Horas más tarde, durante el descenso, el tiempo volvió a deteriorarse, “brindándonos el ambiente perfecto para el descenso de una gran aventura”, señala con ironía Esteban ‘Topo’ Mena.

Es admirable lo de Ecuador. Tiene tantos y tan buenos alpinistas. Me alegro mucho por este nuevo éxito sin duda uno grande.