Por la Oeste y en alpino, dos concepciones de la montaña, la de la innovación y la de la limpieza, unidas en una cima que Valeri Babanov y Sergei Kofanov lograban ayer, 21 de octubre de 2007, tras abrir una nueva ruta en la arista Noroeste. A las 9:10 de la mañana los dos hombres comenzaban su ataque, a pesar de que la noche vino cargada de nieve. A las 10 del día 20 ya estaban escalando ligeros desde los 7.400 metros, dejando parte del equipo y tratando de cargar lo mínimo imprescindible, la tienda y el gas, pues su intención era pasar la noche a 7.600 metros, sin sacos, y salir a las 6 de la madrugada. Cumplieron sus planes y a las 9:30 conectaron desde la cima.
Tras la toma de fotos, la cordada descendió por la misma ruta. Olga Babanova, desde el Campo Base, informa del estado de los dos alpinistas rusos: «Están muy cansados y se han levantado un frío y un viento extremos. Van a tratar de hacer noche, aunque no estoy segura de si tienen alimento, pero sí de que tienen gas, tiendas y los sacos». La próxima conexión de Babanov y Kofanov está prevista para hoy a las 10, algo que harán con la primera ascensión de la Oeste del Jannu bajo el brazo, una incógnita más resuelta por dos hombres que han marcado algunas de las pautas de alpinismo moderno y lógico en los últimos años, siguiendo el camino de alpinistas de vanguardia que otrora realizaran sus actividades buscando un estilo más comprometido. Estilo que Roger Baxter-Jones utilizara cuando en 1978 completó la primera ascensión en alpino al Jannu.
Una cumbre a la medidad de las hazañas
El Jannu (Kumbhakarna, 7.710 m) está situado al este de Nepal. Pertenece a la zona denominada Himalaya del Sikkim y se encuentra muy próximo al Kangchenjunga, el ochomil más oriental. Sus líneas siempre han atraído a alpinistas de primer nivel, y aunque su ascensión es laboriosa, casi cada año una expedición asedia alguna de sus vertientes. La primera ascensión fue en 1962, gracias al empuje de una selección irrepetible de montañeros: René Desmaison, Robert Paragot, Jean Ravier… dirigidos por el gran Lionel Terray. Hasta diez de ellos lograron la cumbre. 14 años de intentos después, el japonés Naoe Sakashita (en 1976) escalaba por vez primera su vertiente norte.
Esta montaña es una referente de la máxima dificultad en el Himalaya, una cima codiciada por muchos, lo que siempre da lugar a gestas y controversias. En 1989, Tomo Cesen añadía a su currículum la ascensión por una nueva ruta directa y en solitario del Jannu, en 23 horas y superando 2.800 metros con dificultades de 6b/A2 Y 90º. Una hazaña dudosa que siempre ha despertado suspicacias.
El último gran mordisco a la cima se lo dieron los rusos, un 26 de mayo de 2004. Alexander Ruchkin y Dimitry Pavlenko culminaban con éxito una nueva ruta en su cara Norte, por una línea que secciona el centro de la vertical y desplomada -en su parte final- falda. Más de dos meses de expedición, un equipo multitudinario capitaneado por Alexander Odintsov y con intento fallido a sus espaldas, eran los ingredientes que se juntaban para establecer la tercera ruta (tras la japonesa del 76 y la supuesta de Cesen en el 89) a la Norte del Kumbhakarna. Hoy, los rusos, gracias a Kofanov y Babanov, vuelven a brillar en dicho pico, aunque esta vez dejando de lado las grandes movilizaciones y la logística militar, para dar paso a una escalada ágil, limpia y preciosista en sus objetivos.