
Se acabó. Antes de que vientos huracanados casi le barrieran de la pared, elalpinista ruso Valeri Babanov ha decidido abandonar la vertiente sur del Nuptsey su intento al todavía inescalado Pilar sureste de este sietemil adosado algrupo Everest-Lhotse. Eso, y el fin de su permiso postmonzónico, que no diopara más. Hora de irse.

La meteo no ha estado este otoño de su parte. Mucho viento en una vertienteya de por sí complicada, por su orientación sur, que se traduce en unaconstante exposición al sol con buen tiempo. Con nubes resulta tan complicadacomo los técnicos muros que suelen caracterizar las últimas incursiones deBabanov en el Himalaya (norte del Kangtega,norte del MeruCentral). Y además, esta vez las nevadas estuvieron barridas por vientoshuracanados más propios del invierno, y que han hecho retroceder al solitarioalpinista ruso.
Con buen tiempo la situación tampoco fue demasiado favorable. La sur delNuptse se convirtió en una auténtica sartén, donde Valeri aseguraba tener laimpresión de que todo terminaría por fundirse y precipitarse hacia abajo, élmismo incluido. Nieve muy deteriorada, y extremadamente peligrosa.
La tecnología también falló

Una vez fijado hasta 5.700 m el ruso decidió vivir en la pared. El pilar deroca inicial quedaba así resuelto. Hora de bregar con hielo y nieve, encondiciones muy precarias gracias a un cambio del tiempo y días de cieloslimpios. Entonces falló el teléfono satélite, y sin él, tampoco habíapartes meteorológicos desde el campamento base que permitieran esbozar planesde tirar hacia la cima.
El 20 de octubre, ya recuperada la línea, Babanov se hallaba justo bajo laprimera sección clave de la ruta, la conocida Devilish Tower, que en su momentomarcó el final de alguno de los intentos precedentes a esta vía. Entonces losfortísimos vientos que finalmente han forzado su retirada, hicieron acto depresencia. Y cuatro días después, el 24, Valeri continuaba en el mismo punto acausa del vendaval, y sin posibilidad de retomar su trabajo en la vía.
Conclusión, tras más de un mes de asedio, el permiso de Babanov expiraba elpasado 2 de noviembre, y ante el escaso avance, las continuas avalanchas, y losbrutales soplos postmonzónicos, el ruso abandonaba definitivamente su intentoal Nuptse.Queda saber ahora si retomará su proyecto en primavera -el Meru Shark le costódos «pegues»-, con la montaña presumiblemente menos cargada de nieve.Pero eso será otra historia…